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CRÍTICAS - CINE

Rec 4: Apocalipsis

(España, 2014)

Dirección: Jaume Balagueró. Guión: Jaume Balagueró y Manu Díez. Elenco: Manuela Velasco, Paco Manzanedo, Héctor Colomé, Ismael Fritschi, Mark Schardan, María Alfonsa Rosso, Críspulo Cabezas. Producción: Julio Fernández. Distribuidora: CDI Films. Duración: 96 minutos.

Monos enjaulados en aguas profundas.

La gran calidad del terror español, y especialmente la habilidad de los catalanes en este género para construir relatos escalofriantes e ingeniosos, es parte de la recuperación de una tradición cuyos mejores exponentes fueron Narciso Ibáñez Menta con actor y su hijo Narciso Ibáñez Serrador como director, a través del extraordinario ciclo televisivo Historias para no Dormir.

Heredera de ese linaje, Rec 4, la última obra de Jaume Balagueró, es la continuación de la segunda parte de Rec (2007). Después de la extraordinaria Mientras Duermes (2011), el director y guionista vuelve a Barcelona, al rústico edificio en cuarentena infestado de seres rabiosos, para intentar contener el brote que se desató en la primera parte y que reveló sus secretos en el caos de la segunda.

Tras la contención del brote, la conductora de televisión Ángela Vidal (Manuela Velasco), única sobreviviente del virus que convierte a las personas en zombies, despierta en un barco carguero español en alta mar en una especie de clínica clandestina donde unos científicos buscan un antídoto para el virus.

Mientras que en las primeras dos entregas Balagueró unió fuerzas con Paco Plaza, las dos películas siguientes quedaron a cargo de ambos por separado. Plaza escribió y dirigió la tercera parte junto a Luiso Berdejo (coguionista de la primera entrega también) y David Gallart, dejándole a Balagueró el final de la saga junto a Manu Díez (coguionista de la segunda parte). A pesar, o debido a las fallas de la tercera parte, Balagueró decidió volver a los orígenes del terror zombie: a la experimentación indiscriminada, a la falta de ética y moral de los científicos y a los guiños cinematográficos al género, para convertir el último viaje del Capitán Ortega y su tripulación en una pesadilla con una estética claustrofóbica y una construcción de personajes similares a las de las dos primeras partes. Si bien faltan sorpresas, la cuarta parte de Rec logra colocarse como una digna secuela de la saga a través de un humor cínico, grandes labores actorales, un sólido guión, grandes escenas y efectos visuales y sonoros muy bien logrados.

Con esta entrega final, Balagueró confirma su talento como artesano del terror y cierra la saga fuera del edificio con un regreso a las fuentes del terror español para dejar en claro que esta tradición es mucho más que una moda. De esta forma, Balagueró logra transformar los temores de la sociedad encerrándolos y mezclando distintos factores para poner lo escalofriante al servicio de una historia atrapante y de gran calidad estética y técnica.

calificacion_3

Por Martín Chiavarino

 

No caben dudas de que Rec es uno de los mejores exponentes del cine con zombies de los últimos años. La mezcla de El Proyecto Blair Witch y Exterminio, de Danny Boyle, a cargo del tándem Jaume Balagueró- Paco Plaza, llenó los cines, provocó escalofríos y generó secuelas, como la flamante Rec 4: Apocalipsis.

Esta vez la acción no se desarrolla ni en un edificio (Rec y Rec 2) ni durante un casamiento (Rec 3: Génesis) sino en un barco en medio del mar, donde un grupo de científicos trata de encontrar la cura para la enfermedad que convierte a las personas en criaturas hambrientas de otras personas. Allí es trasladada la principal sobreviviente: Ángela Vidal (Manuela Velasco), la periodista que sufrió el ataque en el edificio… y que tuvo un encuentro muy cercano con la Niña Medeiros (Javier Botet), el ente poseído que comenzó todo. ¿Habrá heredado Ángela la esencia del Mal? En tanto, un mono infectado escapa del laboratorio e inicia una nueva epidemia de monstruos sanguinarios. Y si las posibilidades de escapar se reducen debido a la cantidad de agua alrededor y a una tormenta inminente, entonces las cosas no pueden más que empeorar.

Así como la tercera parte fue dirigida por Paco Plaza en solitario, en Apocalipsis le tocó el turno a Balagueró. Al igual que su coequiper en el film anterior, reduce al mínimo el recurso found footage (sólo al registro de cámaras de seguridad) y elije un estilo más clásico, pero siempre al servicio de las emociones fuertes. Ya había dirigido películas en clave solista, y de gran nivel: Los Sin Nombre, La Séptima Víctima, Frágiles y Mientras Duermes. En la cuarta pesadilla zombie vuelve a demostrar su talento tanto para los momentos gore como a la hora de construir personajes y situaciones de pura tensión, donde los seres en apariencia más inocentes (La Niña Medeiros a lo largo de la franquicia, un mono capuccino en esta oportunidad… y también otra sorpresa en el final) son el disparador del horror, o parte del horror. También se da tiempo para citar a clásicos como La Cosa/ El Enigma de Otro Mundo, de John Carpenter, y Braindead, de Peter Jackson, además de la clara referencia al Demeter, el barco que trasladaba a Drácula en la novela de Bram Stoker. Pero el mayor logro es la manera en que desarrolló la mitología de la saga, siempre doblando la apuesta, sin traicionar la esencia original y sin que se agoten las ideas.

Valiéndose de un ritmo implacable, personajes con oscuros secretos e inteligentes giros en el guión y buenas dosis de hemoglobina, Rec 4: Apocalipsis logra renovar el aire de un subgénero que siempre parece agotarse, sobre todo en la actualidad, cuando los zombies se consagraron como íconos multitaquilleros y estrellas del prime time gracias a la serie The Walking Dead. Sin embargo, como en aquella etapa dorada de los ’60, el terror español tiene con qué para igualar -y hasta superar- a las producciones anglosajonas.

calificacion_4

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Así naufragó Zaratustra.

Aunque el furor por las secuelas venía de antes de la década del 80, la edad dorada del VHS le dio un gran impulso a las interminables sagas de las películas de género. Y el cine de horror supo encontrar un nuevo mercado para colocar sus productos que rozaban o pertenecían a una nueva ola de explotación. El tiempo pasó y el Video Home System terminó en manos de coleccionistas nerds o en volquetes en la puerta de un video club quebrado, pero las sagas de género continuaron rebosantes de vida. Y la vieja frase popular “las segundas partes nunca fueron buenas” puede tener su remate en “pero las cuartas sí” o las quintas o la que sea. Porque las actuales continuaciones de una gran idea madre que funcionó ya no son exploitation de nicho ni salen pensadas para el divertimento casero, las continuaciones son gestadas con la seriedad y, a veces, más presupuesto que la primera; con todo lo que ello implica: más pre y postproducción, más horas de montaje, más nombres, explosiones, CGI de calidad y toda la bola.

Rec 4 forma parte de estas producciones grosas de la nueva moda de continuaciones grandilocuentes. No por ello buenas, claro; pero, en este caso, se da todo para bien. Atrás de esta cuarta entrega está un magister del terror como Jaume Balagueró, responsable en parte de la genial movida del renovado “paella horror”, y de los mismos pagos que el mítico Jorge Grau.

La decisión de abandonar por completo el falso found footage de las dos primeras y de escupir en la tumba de aquel pastiche sin alma que dirigió en soledad Paco Plaza unos años antes son dos grandes aciertos de Balagueró, conseguidos mediante la adopción total del punto de vista omnisciente y del destierro de la tercera parte casi por completo. Si en Génesis los amplios espacios en donde se desarrollaba la acción atentaban contra la claustrofobia y enfriaban las corridas zombies que no aportaban tensión, en Apocalipsis el viaje en barco al infierno logra todo en pocos minutos. Como en la primera Rec, funciona mejor el encierro teñido de rojo y la persecución individual a los miembros de un pequeño grupo de buenos personajes que el gigantismo de la tercera.

En esta última todo pasa en el Zaratustra, un real navío expesquero ruso lleno de óxido que transporta a la periodista Ángela Vidal (sobreviviente de la primera), a sus héroes rescatistas, a una viejita senil (única referencia a la tercera parte) y a un grupo simpático de tripulantes junto a un grupo antipático de milicos. Y lo que sigue lo sabemos, ese inoxidable camino encantador que inauguró Romero y actualizó O’Bannon: suspense/ zombies corriendo gente/ gore. Los diálogos a veces trillados y un poco sobreactuados no hacen mella en tan redonda puesta; las buenas películas podrían ser mudas, no todo debe ser culto al diálogo excesivo del posmodernismo tarantinesco ni apología de las sobreexplicaciones subestimadoras de audiencias ni vueltas de tuerca innecesarias. De hecho, Rec 4 sólo cae cuando en el desenlace se pasa de diálogos explicativos y traiciona su historia directa.

Estamos ante otra muestra de lo brillante que es, en líneas generales, el horror español. Nos enseña cuán lejos estamos de su industria y talento en materia de género y le da aire a un año con varias producciones pésimas que pasaron por cartelera sólo para facturar con aquellos que van a ver “una de terror” sea cual sea. Bueno, ésta no es cualquiera, ésta respeta al género y, por añadidura, nos respeta a todos.

calificacion_4

Por Ernesto Gerez

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