Un Vania
Concepción y dirección: Marcelo Savignone. Escenografía: Lina Boselli. Vestuario: Merdeces Colombo. Iluminación: Ignacio Riveros. Producción ejecutiva: Silvia Barona Producciones Belisarias. Elenco: María Florencia Álvarez, Luciano Cohen, Merceditas Elordi, Pedro Risi, Marcelo Savignone, Paulina Torres
De antemano podemos saber que lo que vamos a presenciar es una adaptación de “Tío Vania” de Antón Chéjov por parte de Marcelo Savignone y compañía.
Al entrar al teatro y ubicarnos en nuestros lugares vamos divisando, entre otras cosas, una escenografía dispuesta llamativamente aprovechando todo el largo del escenario. Podríamos definir al espacio propuesto como profundo, mientras va avanzando la obra se va dando lugar a que la profundidad espacial se traduzca metafóricamente en un tratamiento profundo de la obra de Chéjov que nos permite ver tanto lo superficial como lo intimo de cada uno de los personajes y sus relaciones entre si.La trama parte de algo común como la rutina de una familia, con ciertas particularidades, contemplada en una añeja Rusia, pero pudiendo ser trasladable a cualquier familia en cualquier tiempo y lugar. La mirada que se aplica sobre esta rutina es lo que transforma algo ordinario en algo extraordinario.
Siguiendo el estilo Chejoviano, por momentos la acción transcurre simultáneamente en distintos puntos del escenario, cuando esto sucede es de forma prolija y equilibrada, mientras se pone el foco en una acción lo que sucede de fondo no interfiere con la acción principal
La posibilidad de contar con distintos planos bien definidos no solo permite la superposición de acciones, que le da relieve a la obra, sino que también genera la sensación de ver a los personajes en un ámbito común y en otro más privado.
Si bien no se busca la complicidad del público a través de la mirada directa de los actores, la cuarta pared se atraviesa igual, quizá por la cercanía con el público, por un guiño constante en el tono de las actuaciones y hasta por donde se sitúan los actores al salir de escena. Se logra mantener una proximidad, haciendo de alguna forma parte al espectador de lo que esta sucediendo.
Podríamos detenernos a resaltar cada una de las actuaciones, pero todas las actuaciones son valorables y se ajustan perfectamente a los personajes. Como curiosidad podemos apreciar el uso de un maniquí como uno de los personajes, al cual se le logra imprimir vida, haciendo alusión a una ausencia presente y a la vez funcionando como una máscara puesta sobre todos, alterando el comportamiento de cada uno de los personajes que accionan, reaccionan en función a como los modifica.
El fuerte de la adaptación se encuentra en la interpretación, en la actuación, el uso del espacio, la escenografía, la utilería, la generación de imágenes oníricas, todo lleva a darle potencia a la ya contundente dramaturgia. El texto se mantiene, siendo esto prácticamente lo único fijo, la puesta se caracteriza porque todo esta en constante movimiento, pasando por momentos musicales, secuencias coreografiadas, manteniendo siempre el juego físico, dando lugar a que también el humor emerja en medio de tanto desasosiego.
Como una música que se va acelerando, el drama y la tensión van creciendo hacia el final de la obra.
Revisando las más recientes creaciones de Marcelo Savignone nos encontramos con una adaptación de Hamlet a una versión unipersonal, con Un Vania vuelve a tomar el desafío de encarnar la obra de un gran autor y adaptarla a los tiempos de hoy. Podemos apresurarnos a decir que se rescata un clásico para exponer la esencia del teatro. En la elaboración de un teatro puro puede hallarse una búsqueda por seguir mejorando al teatro y por que no algún aspecto de la vida también, en palabras de Antón Chéjov:
“Todo lo que quise fue decir a la gente: Mírense a ustedes mismos y vean que malas y monótonas son sus vidas. Lo importante es que la gente se dé cuenta de ello, porque entonces seguramente crearán para ellos mismos una vida distinta y mejor… y mientras esa vida diferente no exista, seguiré diciendo a la gente una y otra vez: por favor comprendan que su vida es mala y monótona”
Teatro: La carpintería – Jean Jaures 858
Funciones: Sábados 22:30hs
Entrada: $70 / $50