El mundo de la marginalidad y la delincuencia tiene un espacio amplio en el cine argentino, sea en ficción o documental. En este último caso, uno de los exponentes más destacados es Orione, el relato de la madre de Alejandro Robles, un joven ladrón de Don Orione que terminó asesinado. La directora Toia Bonino vuelve a ese punto del conurbano bonaerense en un film que funciona como una continuación: La sangre en el ojo.
En esta oportunidad, el foco está puesto en Leo, hermano de Alejandro; un ladrón que viene de pasar catorce años en la cárcel. Ahora su vida tiene más que ver con su familia (más precisamente, con la hija), pero en realidad está desenado vengarse del ex compañero que lo traicionó y que provocó el asesinato de Alejandro.
Como en su película anterior, Bonino nos presenta una historia dura, áspera, destinada a incomodar, y lo hace sin emitir juicios de valor. Leo no teme narrar su gusto por hurtar pertenencias ajenas, sus metodologías a la hora de meterse en viviendas. No vacila en contar sus experiencias tras las rejas, donde todos están muertos en vida, aunque existan jerarquías a la hora de elegir si ser víctima o victimario. No duda en confesar sus ansias de ajustar cuentas. Pero su humanidad tiene anclas. Por un lado, una pileta y un toro mecánico, en donde encuentra relax y diversión puras, como si fuera un chico. Por otro lado, la hija, quien narra a cámara su difícil relación con el padre, aunque es evidente que ambos se quieren.
Otro punto en común con Orione son los recursos visuales de Bonino: la intimidad retratada de manera minimalista, casi sin mover la cámara. Algunos planos generales muestran a Leo retozando en la pileta o montado en el toro, pero mayormente lo vemos fragmentado, a través de planos detalle. Una idea similar se aplica a los registros de la prisión y de las reuniones con amigos de los bajos fondos. Además, la directora recupera grabaciones en las que aparece Ale.
La sangre en el ojo presenta otra mirada del caso de Alejandro Robles y significa una nueva inmersión en un submundo de crimen y muerte, pero desde una óptica intimista, fuera de todo sensacionalismo. Una película que no deja indiferente y moviliza al debate.
© Matías Orta, 2020 | @matiasorta
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(Argentina, 2020)
Dirección: Toia Bonino. Guion: Toia Bonino, Nicolás Testoni. Producción: Alejandra Grinschpun, Gema Juárez Allen. Duración: 65 minutos.