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CRÍTICAS

4D Óptico

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4D Óptico

Dirección: Javier Daulte Autoría: Javier Daulte  Diseño de luces: Gonzalo Córdova Diseño de escenografía: Alicia Leloutre Diseño de vestuario: Mariana Polski  Banda de sonido: Mauro Garcia Barbe. Elenco: Gerardo Chendo, Laura Paredes, Elisa Carricajo, Héctor Díaz, Gaby Ferrero, Rafael Ferro, Andrea Garrote, Julieta Vallina

Javier Daulte repone una pieza estrenada en España la cual aborda el tema de los mundos paralelos, lo cotidiano, el sueño, la vocación y el amor, partiendo de un ámbito presto para la ciencia ficción: un laboratorio de investigación, un equipo de científicos muy particular y un descubrimiento que cambia sus realidades. 4D Óptico conlleva un destacable trabajo actoral en conjunto con una laboriosa escenografia y un atrayente efecto sonoro.

La pieza se desarrolla dentro de los Laboratorios Roosenvart, más que un segundo hogar para un grupo de científicos que pasan demasiado tiempo juntos, trabajando sin respiro se comete un error el cual como consecuencia abrirá la puerta de un mundo paralelo, el cual se explicara al publico parodiando los textos científicos, dando como resultado que la acción fluya, cómica, pero consistente.

En el otro mundo los actores son los mismos pero la realidad se altera completamente, es la mansión Urkel, donde la cantante Gina se presentará y un grupo de personas elaboran un plan entorno a  ella.

Se destaca el trabajo de Héctor Diaz (Proyecto Vestuarios: Vestuario de Hombres y director de El Reportero actualmente en cartelera) quien realiza el cambio más drástico y logra componer dos personajes encantadores. El elenco, todo, cuenta con personajes sólidos, algunos más entrañables que otros, en especial el de Gloria Carrá y Elisa Carricajo, ambas mujeres son las primeras en interactuar con ese mundo paralelo tan lejano y cercano a la vez.

Sin duda son los personajes de Andrea Garrote (Todo, Niños del Limbo) los que le dan agilidad a la trama, dentro de la comunidad científica, seria quien desentona, viene a alterar el ámbito laboral y a desatar las pasiones que algunos pensaban dejar ocultas. Esto desemboca en situaciones y diálogos muy ricos con  buena respuesta del público.

La audiencia pronto espera el “cambio de realidad” para comparar , sin cambiar casi la puesta escena (salvo mínimos detalles) es increíble el efecto: la imaginación juega un papel muy importante.

Javier Daulte lo hizo de nuevo: escribe y dirige una pieza interesante en todos sus aspectos, donde el otro que no es da a lugar para el drama y la comedia dentro de un interesante texto de ciencia ficción poco frecuente sobre las tablas.

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Por Julia Panigazzi

Se reestrenó 4D Óptico, última pieza original del multifacético Javier Daulte, que se divide entre el teatro comercial sobre la calle Corrientes con obras premiadas como Filosofía de Vida y Mineros, y lleva sus trabajos más personales a un circuito semi off. Hay que tener en cuenta el Cervantes es uno de los teatro nacionales más importantes de Buenos Aires, pero las obras que integran su cartelera, se acercan más al teatro oficial.

Esta vez, presenta en Sala Orestes Caviglia, en el primer piso del Teatro, esta obra en la que puede seguir desarrollando su teoría acerca de cómo la ciencia ficción, le posibilita experimentar puestas en escenas más riesgosas y desafiantes.

Sin embargo, a no tomárselo con demasiada solemnidad. 4D óptico es una comedia que combina varios géneros como la ciencia ficción, los enredos amorosos y el thriller hitchcoiano (de hecho, la principal banda sonora entre escenas está compuesta por Bernard Herrman, para Vértigo, la película del maestro del suspenso, que más profundiza en el tema de la personalidad doble).

A raíz de un accidente, un grupo de científicos, entre los cuáles existen rumores de romances, y atracciones varias, encuentran un portal a una realidad paralela, en la que cada uno de ellos tiene una vida diferente. Este portal, los transporta a una mansión donde una cantante pop, va a realizar un último show antes de que la asesinen.

La obra si bien tiene a primera vista un trama previsible, es bastante ingeniosa en su puesta en escena y presenta numerosos desafíos al elenco, que debe cambiar de personaje y espacio físico de forma automática.

Jugando con el minimalismo escénico Daulte, transforma la comedia en absurdo, analiza las relaciones de pareja, y consigue una propuesta lúdica y original de enredos digna del estilo de Noel Cöward, que hoy día sigue bastante vigente (en la cartelera hay dos obras de su autoría, Mix y Vidas Privadas).

Al igual que en las piezas del dramaturgo inglés, las sonrisas y obligaciones protocolares (en las piezas de Cöward, la aristocracia, acá la moral científica), impiden que los personajes reaccionen sinceramente, y se comporten de manera fría y calculada, escondiendo sus sentimientos, tomando actitudes hipócritas los unos con los otros.

Daulte obliga al espectador a usar su imaginación, y participar activamente para seguir el pensamiento, y la visión sus protagonistas. Pocos objetos en escena ayudan a transportarnos a un laboratorio, y solo un par de lámparas, un pizarra y una computadora son suficientes, ayudado por un excepcional diseño sonoro para que entremos en este mundo.

O sea, básicamente lo que logra es un efecto 4D, que significa la interacción de la famosa cuarta pared escénica, que sería admitir por parte de los personajes, que hay otra presencia además de la de ellos mismos de la otra realidad, sobre el escenario.

Esta autoconciencia escénica permite que los intérpretes jueguen y no se tomen demasiado en serio sus roles científicos, que se diviertan y relajen al mismo tiempo. Los científicos no hacen otra cosa que jugar a ser actores.

Fluida, dinámica, entretenida e incluso pasatista, la obra se disfruta durante las casi dos horas de duración gracias a diálogos inteligentes, a veces, demasiado discursivos y explicativos, pero interpretados por un elenco sólido con gran versatilidad.

Héctor Díaz, tiene acaso el rol más difícil, y las transformaciones más contrastantes, por lo que sobresale por encima del elenco. Pero también Gaby Ferrero, Andrea Garrote, Elisa Carricajo, Rafael Ferro y Julieta Vallina tienen momentos brillantes. Se incorporan Gerardo Chendo y Laura Paredes (en lugar de Luciano Cáceres y Gloria Carrá respectivamente, que están representando En El Cuarto de Al Lado en el Apolo). Ambos le aportan gracia y ductilidad a los personajes, con influencias clownescas.

Inteligente, ingeniosa y original, 4D óptico confirma la estatura de Daulte, a la hora de seguir buscando formas, historias, componentes dramatúrgicos para que el teatro nos siga sorprendiendo.

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Por Rodolfo Weisskirch

Teatro: Nacional Cervantes – Libertad 815

Funciones:  Domingo – 20:00 hs –  Jueves, Viernes y Sábados – 20:30 hs

Entrada : $40 – $ 50

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