A Sala Llena

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CRÍTICAS

Aca Seca Trío en Café Vinilo

Juan Quintero (Guitarra y voz)

Andrés Beeuwsaert (Piano y voz)

Mariano Cantero (Percusión y voz)

 

No hay tres, sin cuatro…

El trío Aca Seca, formado hace 12 años atrás mientras eran estudiantes de Composición y Dirección Coral y Orquestal en la Facultad de Bellas Artes de la UNLP (Juan Quintero, Andrés Beeuwsaert, Mariano Cantero), dió una vuelta el pasado mes de marzo por Café Vinilo.

Presentando composiciones mayoritariamente de autoría de Juan Quintero, Pepe Nuñez, Juan Falú, Eduardo Mateo, sumadas a gran parte del repertorio incluido en las tres placas publicadas por el trío. (Aca Seca Trío, Avenida y Ventanas).

Juan Quintero, tucumano quien junto a Luna Monti, actualmente esposa y padres de una hermosa beba (presentes en la sala), conformaron un dúo recordado en el ambiente folclórico; inclusive incursionaron con un “pequeño” disco para chicos, adjetivo referencial no sólo por la cantidad de temas incluídos sino porque también recuerdo que no conservaba el tamaño standard de un cd. Un detalle muy atractivo.

Dentro del repertorio elegido para esta presentación se hicieron cargo de hermosas composiciones como es “La Cueca Peruana”, “El Agarrado” de Pepe Nuñez y Juan Falú, canciones prolijas y características por su corta duración. “Adolorido” de la primer placa lanzado por el trío en el 2003 reivindicó la temática de la pérdida así como en otros cortes que fueron ejecutados.

“Chiquita”, de Edgardo Cardozo y “Esa Tristeza” de Eduardo Mateo incluídas en la placa Ventanas del 2009, su tercer disco, también tuvieron su lugar en la velada.

El folclore que ejecuta el trío, contemporáneo, acerca el género a nuevas generaciones. En particular por la elección de instrumentos y orquestación, de los cuales se hacen cargo particularmente Mariano Cantero y Andrés Beeuwsaert, un percusionista multifacético a quien tuve la oportunidad de apreciar en presentaciones de La Bomba de Tiempo, junto a Verónica Condomí y a la misionera Cecilia Pahl. Andrés también se presenta cada cortos períodos de tiempo en los reductos de corte musical regionales más interesantes que actualmente tiene la ciudad de Buenos Aires.

Los hitos de la noche se presentaron en dos momentos bien marcados. Uno fue con la visita de Marcelo Pretto y su voz ronca, quien se encontraba en ese preciso momento a punto de realizar una presentación en el Teatro 25 de Mayo bajo el Festival de Músicas del Sur en su segunda edición. Su dualidad característica al emitir distintos registros vocales, comicidad en escena y movilidad con su cuerpo, por más que sea esbelto y no posea una figura escultural, son los aportes que Pretto involucra concientemente al ejecutar sus composiciones. Es el ingrediente que al trío en cierto aspecto le falta, el de generar un acto menos solemne e interactuar con el público, algo que supieron concretar en su última interpretación. Con luces bajas, los tres dieron un paso al frente, muy cercanos al público, con el uso de palmas y cual conformaran un coro se distinguieron mostrando un excelente ejemplo de que el trío tiene capacidad para transitar otras aguas.

El público solicitaba que Luna Monti subiera a escenario, pero ya con Pretto incluido eran cuatro y si, había lugar para alguien más, quien no subió pero desde las primeras filas de Café Vinilo interpretó la última tonada del último tema presentado. Inesperadamente la hija de Quintero, con apenas muy pocos años de edad, dejó a todos boquiabiertos y no hubo nada mas para hacer, más que terminar la canción ahí mismo. Fue el broche perfecto, todo dicho, a futuro el trío, por lo visto se convertirá en cuarteto.

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