A Sala Llena

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CRÍTICAS

Babasónicos en el Estadio Luna Park

Adrián Dárgelos | voz

Diego Tuñón | teclados

Diego “Panza” Castellanos | batería

Diego “Uma” Rodríguez |  guitarra

Gustavo “Tuta” Torres | bajo

Mariano Roger | guitarra

Carca |guitarra

Sobre una cortina blanca que hacía las veces de telón aparecieron las sombras de los Babasónicos ante un Luna Park repleto de expectativa. Después de ir a Córdoba, Rosario, sumar fechas en la provincia de Buenos Aires y amagar pero nunca tocar el nuevo disco completo, la banda presentó formalmente Romanticísmico un trabajo “a punto” que combina lo mejor del grupo de Lanús: melodías pop que no se pueden extirpar del cerebro y letras que hacen que la melancolía suene bien y hasta se pueda bailar.
“Algunas cosas en la vida hay que pagarlas, el amor no todavía”, cantó Dárgelos detrás de la cortina que cayó en el estribillo de “Burócratas del Amor” y dejó a la vista un escenario desnudo sin fondo negro ni escenografía. Con la platea detrás, la puesta en escena estuvo cien por ciento abocada a las luces. Reflectores blancos alumbraban al público constantemente acompañados por juegos de colores que salían de las butacas rojas del fondo. Esto sorprendió a muchos y, aunque en principio parecía una jugada interesante y por momentos se sentía que Babasónicos había convertido al Luna en una pista de baile, por otros resultaba molesto porque no se podía apreciar a la banda, que quedaba entre las sombras. Es por esto que a veces los ojos se iban para las pantallas ubicadas a los costados, que mostraban a los músicos tocando con una estética estilo Instagram.

Terminada “Burócratas…” siguieron con “Fizz”, el tema insignia de los ’90 que relata los años de “pizza con champagne” y forma parte de Jessico (2001). Arrancar con un guiño para los fans que los siguen desde hace años fue un acierto y también la clave del show: presentar Romanticísmico intercalado de un repaso por tracks de los once discos de la banda. Hasta hubo lugar para  una seguidilla rockera  pre-Jessico con “Perfume Casino” del álbum Dopádromo (1996), “Sátiro” y “Seís vírgenes descalzas” de Babasónica (1997).

 Con la prolijidad que caracteriza a la banda, el recital constó de cuatro partes divididas por interludios en los que se destacaron los teclados de Diego Tuñón y que demostraron que los Baba también pueden tocar, y bien, sin depender constantemente de la figura de Dárgelos.

La noche continuó con  “Uso” y “Negrita”,  ambos de su última placa y luego dieron lugar al hit radial “Microdancing” de Mucho (2008) que Adrián y Diego Uma cantaron desde las butacas de fondo rodeados de luces e incentivaron así la idea de que todo el Luna Park era el escenario.

 Luego pasaron a un enganchado de “Desfachatados”, del disco Miami (1999) con la nueva “Paisanos” y volvieron a Mucho para seguir con el “El Ídolo”. Se trato de una combinación predecible por la impronta folk que aparece como denominador común en los tres temas.

El público, encendido, acompañó en todo momento. Lo viejo y lo nuevo, absolutamente todo era coreado desde el campo y las plateas. Siguieron “Uno tres dos”, “Humo”, la noventosa “El Medium”, “Cuello Rojo” y el último corte “Aduana de Palabras”, que con su frase “somos iguales, somos panteras negras al asecho”, puso a la pantera como personaje conceptual del último trabajo.

El momento cachondo y nostálgico de la noche llegó con el acústico de Mariano Roger y Dárgelos de los temas “Casi” y “Celofán”, set que permitió descansar los pies pero no impidió seguir adelante con la fiesta.

Casi palpitando el final, llegaron los clásicos “Yegua” y “Carismático” pasaron los temas más rockeros de los primeros años, el nuevo “La lanza” e hicieron un mashup de  “Y Qué?”, tema que revivió con la  polémica publicidad de Pepsi con Wanda Nara y Mauro Icardi, que sonó junto a “Egocripta”. En este momento, hasta las luces del fondo se pusieron del color de la marca ¿Casualidad?

“Fue una noche de pocas palabras” acotó Dárgelos antes de hacer el amague del cierre. Sólo había agradecido un par de temas y no mucho más, aunque el sexapeal que emana su presencia acompañada de su voz es suficiente para generar una conexión constante con el público, de principio a fin. Alguien que nunca lo vio en escena, no lo creería.

Dicho esto, se fueron con “Runrun” y volvieron a subir para coronar la noche con “Tormento” y “Púlpito” de A propósito (2011) y por último “El Colmo”,  famoso corte de su disco Anoche. Con un Dárgelos que empezó a arengar al público para llevarlo hasta el límite (si lo hay), la banda dejó el escenario a las 00.00 después de dos horas de entrega total y aunque se tocó todo, la mayoría con ganas de seguir bailando en el Luna un par de horitas más.

Lugar: Estadio Luna Park (Av. Madero 470)

Entradas: de $160 a $320

 

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