¿Barbie = Legalmente rubia?

La madre del borrego.

¿Son Barbie y Legalmente rubia la misma película? ¿Ya alguien se hizo esta pregunta? 

Hoy estuve viendo Barbie, en casa, sola. No la había visto en el cine, realmente me daba algo de ansiedad, no sé por qué.  En el almuerzo, sin embargo me decidí a verla, mientras me recalentaba un bife de chorizo de la noche anterior. 

En tanto la veia, me venía a la mente aquella escena inicial de Legalmente rubia, en la que nos mostraban la casa de la Fratenidad Delta Nu como una especie de casa de muñecas. Y en el centro magnífico de la escena, nos encontrábamos con Elle Woods, una Barbie de carne y hueso que se preparaba para la que, creía, sería la noche de su vida: la propuesta de matrimonio de su novio Warren.  

Si nos atenemos a las divisiones temporales dramáticas, ambas películas tienen más o menos el mismo timing. Barbie comienza a hacerse preguntas existenciales, sus pies se aplanan, le sale celulitis en los muslos y descubre que debe abandonar Barbieland para buscar a la niña que juega con ella (que es la única que puede salvarla) más o menos al mismo tiempo que Elle Woods descubre que su novio se irá a Cambridge, que no se casará con ella y que para recuperarlo deberá salir de California y seguirlo a estudiar Leyes en Harvard. 

En ambos primeros actos encontramos personajes similares: Barbie/Elle, amigas de la fraternidad/otras Barbies, Barbie rara/manicurista peculiar, apoyo moral y colaboradora. Hay como una especie de hilo conductor, que tiende a parecer del mismo material. Y en medio, en ambas, mucho color rosado. 

Ahora bien, ¿a dónde quedan Ken y Warren en esta narrativa? Efectivamente, Ken es el novio de Barbie, sin embargo en esta civilización plástica, él solo es el bimbo bonito al que Barbie le presta poca atención.  Y, aunque de chica solo tuve una muñeca Barbie, mi hermana sí tenía la colección casi entera, por lo que sé que Barbie y Ken estaban enamorados. Algo que, cuando no sucede en la película, me pareció extremadamente subversivo, and not in a good way.  

Comparando la plantilla dramática con la de Legalmente rubia, entendí que, en Barbie, es Ken quien sigue a su persona tóxica fuera de su zona de confort y se descubre a sí mismo. Claro que él lo hace de manera perversa, después de todo, tiene que convertirse en villano. Sin embargo, cuanto más avanza la historia, más nos damos cuenta que los viajes de descubrimiento de Barbie y Ken se dan casi de manera gemela con el de Elle Woods. La diferencia: Barbie quiere aprender y Ken solo quiere el poder. Algo parecido a lo que Warren aspiraba solo por ser un Huntington. En su caso, el tercero. Entonces, el tapiz de derivaciones es asombrosamente claro. Incluso hasta en los finales de ambas películas. 

Pensemos un poco: Barbie sale de su vida perfecta, entra en un mundo que la rechaza, es rubia joven y hermosa y quiere adentrarse en una aventura para solucionar rápido su contratiempo y que las cosas vuelvan a ser como  antes. Elle Wood quiere salir de California, entrar en Harvard, estudiar por un ratito, demostrarle a su novio que lo puede hacer y llevárselo de vuelta. Y también “que todo vuelva a ser como antes”. 

Por supuesto, en ambos arcos, en ambos “caminos del héroe”, las dos encuentran algo muy diferente. Una de ellas se enamora de la vida humana y pasa de Pinocho a niño de verdad, y la otra se enamora de las leyes, de su propio intelecto y de otro hombre. Pasando de una jovencita cliché de Beverly Hills, a una mujer en todo su esplendor.

Ahora, si lo vemos desde allí, ¿qué cosa verdadera aporta Barbie de novedad? Y la respuesta es Ken: un varón que aprende a amarse por fuera de lo que está predicho para él. Y, a diferencia de Warren que queda estático, termina transformándose. Entonces, ¿por qué es tanto mejor Legalmente rubia? 

Hoy mi amigo Rodolfo Weisskirch se sentía un poco presente en la casa, y su espíritu parecía andar charlando. Así que me quedé viendo Barbie con él y discutiéndola un poco. Pero la pregunta me la seguí haciendo, aún habiendo llegado a algunas conclusiones.

 ¿Son la misma película?  ¿Dónde está la madre del borrego?

 En el final lloré mucho, porque esa mágica transición de muñeca a humana me pareció lo mejor de todo el emplaste.

 Y en mundo perfecto la película hubiera terminado allí, pero no fue así… 

A diferencia de Elle, que concluye su periplo graduada y a punto de comerse al mundo, dando un discurso inspiracional que hasta Trump copió para su asuncion, Barbie termina con el chiste del consultorio ginecológico que, si bien reafirma que el mayor descubrimiento que podemos hacer es el propio, no se condice con la potencia que desplegaba la muñeca como role model.

 Tal vez el mensaje sea que está bien ser la Barbie común y que lo que nos ilumina es nuestra propia humanidad. Pero a la larga deja sabor a poco. Y todo ese universo diseñado para que podamos creer que somos capaces de ser lo que deseamos ser, queda algo ensombrecido.

Elle Woods era la Barbie perfecta. Esa que sufría y lloraba por el amor de un Ken frívolo y superficial, soberbio y almidonado, pero que lograba superarlo volviéndose todo eso que podía ser y más. Desplegando con disciplina todo su potencial.  

Se descubría a sí misma de una manera menos obvia y mucho más humana. Dentro de un mundo que era real, tanto como lo son todos los mundos del mundo. 

Y tal vez esa sea la clave por la cual Barbie no es una película brillante. Porque sus mundos son dos mundos, pero los dos son igualmente áridos, frontales y planos. Así, la estereotípica Barbie es tan de plástico como la estereotípica madre de carne y hueso con la que se encuentra. Para no hablar de la estereotípica adolescente mal llevada que está en la película absolutamente de gusto. Una familia entera que no sabe absolutamente a nada, que se encuentra de frente con un mundo mágico y perfecto, y que procesa todo eso sin un ápice de vida. Es casi como si ellos mismos fueran de niños de verdad, a Pinochos.

Y, si lo pienso un poco más,  creo que ahí está la madre del borrego.