El viernes 19 de abril, Blood Window Pinamar abrió su jornada con el panel del libro Giallo: Crimen, sexualidad y estilo en el cine de género italiano, primera iniciativa editorial del Colectivo Rutemberg, que incluye capítulos a cargo de varios críticos y especialistas de distintas nacionalidades. En el escenario estuvieron presentes Álvaro Bretal (uno de los autores), Natalio y Carlos Pagés (editores y también aportantes con sus respectivas plumas), moderados por Pablo Conde. Los Pagés contaron acerca de la génesis del proyecto, en 2016, con la intención de escribir un libro sobre cine. Se decantaron por el giallo –las películas de crimen y misterio italianas, con Mario Bava y Dario Argento como referentes- porque no había demasiado material escrito. Relataron la campaña de crowdfunding, que tuvo muy buena repercusión y posibilitó la concreción del proyecto. También dieron detalles del enfoque que le dieron al libro: cada capítulo está dedicado al análisis de un determinado aspecto del subgénero (directores, el montaje, la fotografía, el rol de la mujer, etc.), sin olvidar los exponentes de neo giallo -con films de la talla de Amer, de Hélène Cattet y Bruno Forzani- y los films argentinos de los hermanos Luciano y Nicolás Onetti, como Abrakadabra. Como bien resumió Bretal en un momento: “El Giallo es un cine muy pasional”.
Al concluir la charla, Pagés y Bretel vendieron ejemplares en un puesto armado junto a la entrada del cine.
Luego llegó el panel de Bruja, que vino representada por sus principales responsables: las actrices Érica Rivas y Leticia Brédice, el director Marcelo Páez Cubells y las productoras Ana Paéz Cubells y Jessica Blanco. La periodista María Fernanda Mugica se encargó de moderar la charla. Rivas manifestó su entusiasmo con el proyecto, que representa su debut en una película de género fantástico: “El título de la película ya me pareció interesante y atractivo”. De hecho, ella encarna a la protagonista, una bruja contemporánea que debe usar sus poderes y hechizos para encontrar a su hija (Miranda de la Serna, también hija en la vida real), secuestrada por una organización de trata de personas. Brédice interpreta a la líder de este grupo, en un papel que la actriz afirma haber disfrutado, no sin aclarar que nunca moraliza a sus personajes. Marcelo Páez Cubells contó sobre la génesis del proyecto, el rodaje en San Antonio de Areco y cómo contaron con brujas asesoras durante el rodaje. Además, destacó la importancia de aprovechar un film de estas características para tocar una temática de actualidad: “Hablar sobre la trata de personas desde el género fantástico, creo que es la gran novedad de la película”.
Después hubo más cine argentino con la proyección de Crímenes imposibles, de Hernán Findling, que llegó representada por la actriz Sofía Del Tuffo, vista el año pasado en Luciferina. La película marca el debut de Federico Bal como protagonista de un largometraje.
También en el Cine de la Torre fueron proyectados The Kid Who Would Be King, de Joe Cornish, que no tendrá estreno comercial en Argentina, y The Evil Within, dirigida por Andrew Getty, nieto del célebre millonario Jean Paul Getty. Esta nueva pieza de culto se ganó el respeto por sí misma, al margen del linaje de su realizador. En tanto, la sala Crystal Lake le puso puro terror de la vieja escuela a los bosques con Poltergeist, Carrie y El exorcista.
El sábado 20, el festival entró en su recta final de la mano de Sergio Stivaletti. El maese de los efectos especiales y de maquillaje brindó una charla en el Teatro de la Torre, acompañado por la exhibición de algunas de sus célebres invenciones. Mike Hostench y Diego López moderaron el diálogo con un Stivaletti afable, que empezó recordando sus comienzos de la mano de Dario Argento en Phenomena. Pese a ser un novato en la industria del cine, tuvo influencia a la hora de darle el look definitivo al villano del film: un ser afectado por un síndrome de la vida real, sobre el que Sergio había leído cuando estudiaba medicina. Tal como dijo minutos más tarde, las sugerencias de Stivaletti también fueron fundamentales en Demonios y Demonios 2, de Lamberto Bava, que incluyen sus efectos más complejos e inspirados. Luego contó sobre su trabajo junto a Michele Soavi (La secta y Dellamorte Dellamore, entre otras) y sobre cómo llegó a dirigir su ópera prima, La máscara de cerca, producida por Argento. Si bien era un proyecto pensado para Lucio Fulci, que murió durante la preproducción, Stivaletti pudo darle su toque y demostrar que también podía ocupar un rol tan crucial en un film. Para finalizar habló de Rabbia furiosa – Er Canaro, su más reciente opus, que fue proyectada a continuación.
A las 18 hs. tuvo lugar el programa de cortos Blood Window, entre los que se destacó La solapa, de Laura Sánchez Acosta, que viene de ser presentado en el BIFFF – Brussels International Fantastic Film Festival.
El último film argentino del festival fue Muere, monstruo, muere, de Alejandro Fadel. Sebastián De Caro se encargó de presentar la propuesta más osada -visual y narrativamente- que ofreció el cine de género nacional hasta la fecha. La historia de un pueblo rural acosado por un monstruo es el punto de partida para un relato que explora el binomio sexo-muerte sin caer en lugares comunes y evitando las explicaciones de manual, por lo que es difícil de relacionarlo directamente con el estilo de otro director concreto (hay sabor a David Lynch, John Carpenter y hasta David Cronenberg, pero hasta cierto punto). Esteban Bigliardi vuelve a demostrar por qué es uno de los actores más fascinantes de la cinematografía latinoamericana del momento, aunque quien se roba sus escenas es Víctor López, de una voz particular que le suma al ambiente marciano de la película.
Harpoon, de Rob Grant, e In Fabric, lo nuevo del británico Peter Strickland, se pusieron punto final a las proyecciones en el Cine de la Torre. Pero la fiesta recién estaba comenzando en el bosque, gracias a la maratón que culminó el domingo 21 por la mañana y estuvo compuesta por Gremlins, Un hombre lobo americano en Londres, Pesadilla en lo profundo de la noche, Diabólico, El enigma de otro mundo y Cuerpos invadidos.
Blood Window Pinamar 2019 subió la apuesta con respecto a la edición del año pasado, y tiene con qué para consolidarse como una de las citas imperdibles para los fanáticos del cine fantástico y de terror.
© Matías Orta, 2018 | @matiasorta
Fotos: INCAA
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