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Competencia Latinoamericana

Competencia Latinoamericana

La Invención de la Carne (Santiago Loza, Argentina, 2009) por Florencia Gasparini Rey

Dos personajes. Soledad. Silencio. Obsesión. Un viaje incierto. Y la carne, siempre la carne. El cuerpo humano cosificado por el dolor, por la ausencia de sentido, por la extrañeza.

Santiago Loza sorprende una vez más con una película inexplicable, en el mejor sentido de la expresión. Porque el cuerpo es indefinible, y hay impresiones que no se pueden nombrar. ¿Cómo explicar sensaciones como el dolor, el hambre, la angustia? No hay palabras que describan los sentimientos, las necesidades más profundas del ser.

Las razones de estos personajes son universales, hay una cuestión con lo orgánico que atraviesa toda la película pero que además nos atraviesa como seres humanos: la necesidad de afecto, la búsqueda de sentido, el instinto de procrear, conservar la raza, superar nuestra propia existencia.

La carne es el significante estrella de esta historia. La sutileza con la que está filmada la convierte en algo etéreo, tanto que por momentos se pierde la noción de forma, espacio. Cada uno de esos planos detalle de la piel despliega un abanico de sensaciones al servicio del espectador: la carne conmueve, impresiona, excita.

Vuelvo al principio, La invención de la carne es una película inexplicable. Porque nada de lo que se dice tiene sentido en sí mismo. Sólo viendo y principalmente sintiendo con el alma y con el cuerpo es que se puede llegar a comprender el significado profundo de esta película, de estos personajes que nos parecen extraños, alienados, pero que en realidad esconden en su esencia sentimientos y deseos que nos son comunes a todos.

La elección de los protagonistas es insuperable. Sus cuerpos y sus rostros son únicos, son la encarnación perfecta de la complejidad de este relato, es como si hubieran sido “creados” exclusivamente para esta película. Cada parte de sus físicos habla y cuenta mejor que las palabras todo aquello que con maestría Loza quiere comunicar.

Cuesta no volverse repetitivo cuando se habla de esta película, porque es imposible poner en palabras sensaciones tan íntimas, tan humanas y a la vez tan instintivas que nuestra razón no puede explicar. La invención de la carne es devastadora y a la vez maravillosa. Una obra de arte, un viaje al mundo de las sensaciones.

 

La Invencion de la Carne (Santiago Loza, Argentina, 2009), por Jose Luis De Lorenzo

Santiago Loza, un director que viene haciendo eco con sus trabajos, quien ya ha incursionado en dramas intimistas con una velocidad determinada, su anterior proyecto fue el documental Rosa Patria, presentado y galardonado en el reciente BAFICI.

Aquí Loza indaga sobre un joven estudiante de medicina, extraño, con una enfermedad que lo aisla de la sociedad, cuidado por una mujer a la orden de su madre. Una mujer es voluntaria en la facultad y presta su cuerpo para el aprendizaje, el joven, quien ha sido parte de la práctica la persigue e invita a un viaje, al que, sin conocerse ella acepta.

El film tiene como tercer personaje a la carne, el cuerpo, un personaje orgánico presente en todo el relato atipico. Como Cronenberg tambien presenta en sus films, la utilizacion de lo carnal, Loza se vincula a un aspecto mas ligado a lo sensual y sensorial.

Según relatado por el director presente en la función, el proyecto ha sido difícil de concretar, por no tratarse de un relato mainstream, los actores sin embargo no podrian ser otros que los que han sido seleccionados, ambos provienen del mundo de las tablas.

 

 

La Hora de la Siesta (Sofia Mora, Argentina, 2009), por J.L.D.L.

Dos hermanos adolescentes parafrasean, divagan, conversan en distintos encuentros deambulando por un barrio.

Acaban de padecer una perdida y sus conversaciones rondan hacia un asomo a lo vago y sexual, algo inentendible que crea suspenso adicional.

La puesta en escena es destacable, como el uso del blanco y negro, locaciones y planos, pero el film se queda a medio camino con el afan de pretender o querer llevarnos a lugares donde creo ni siquiera la encargada del film tiene bien claro.

 

 

Pecados de mi Padre (Nicolas Entel, Argentina-Colombia, 2009), por J.L.D.L.

Documental crudo sobre el hijo de Pablo Escobar, zar del narcotràfico colombiano que ha devenido en una de las mas grandes guerras de narcos que han sucumbido a una nacion, con resultado de muertes de lideres politicos y una persecución incesante dentro como fuera del pais.

El film no intenta colocar un manto sobre los errores de su padre, sino por lo contrario llegar al perdon de las familias destrozadas por su acción como asi una nacion. Hijo y esposa, han vivido en Buenos Aires, exiliados, cambiando sus nombres, el simple reingreso a Colombia significaria sus muertes.

Sebastian, sorpresivamente se presento en la sala para contestar preguntas sobre el documental que està ocasionando movimientos en Colombia frente a su futuro estreno el 10 de diciembre del corriente.

El film es sumamente duro, lo que vemos parece una historia cinematogràfica de gangsters, muertes y venganzas, con la diferencia que lo visto es real. Es meritorio el acercamiento a las familias, instancias del film que llevan a la reflexión, y preguntarnos si una generación subsiguiente puede permitir el perdon de los crímenes a cargo de sus padres. Un documental para tener en cuenta a la vez en nuestro pais, donde tambien tenemos instaurados un odio caracteristico por heridas que parecen no sanar jamas. Un ejemplo.

 

Huacho (Alejandro Fernandez Almendras, Chile, 2009) por J.L.D.L.

Revisitando historias a lo largo del dia de cuatro integrantes de una familia, con càmara en mano atestiguando lo acontecido.

Una mujer que vende sus quesos caseros al costado de una ruta, su esposo y nietos.

Un film bien intencionado, pero descolorido, soporifero, sin agilidad.

 

 

Los Viajes del Viento (Ciro Guerra, Colombia, Alemania, Argentina, Holanda, 2009) J.L.D.L.

El mejor film de los origenes latinoamericanos presentado en el Festival.

Un viaje con dos protagonistas, un bandoneonista regional con un instrumento maldito junto a un niño, obstinado en acompañar, aprender y captar el manipuleo de la mùsica.

El bandoneon en cuestion, posse dos cuernos en su delantera, según las bandas de la region, adquirido por el protagonista gracias a una desafio musical, un reto, con el mismisimo diablo.

El film es sostenido como una road movie, la belleza de la fotografìa de lugares vírgenes denotan un arraigo hacia territorios que tienen sus propias creencias y leyes culturales-sociales.

 

 

 

Hiroshima (Pablo Stoll; Uruguay/ Colombia/ Argentina/ España, 2009), por Romina Gretter

 

El jueves 12 de noviembre había sido una jornada accidentada y no había tenido oportunidad en todo el día de gozar de una buena película, de esas que uno espera encontrarse que le aporten nuevas (e interesantes) miradas y que le demuestren a su vez la existencia de una búsqueda en su tratamiento estético o narrativo.

Entonces, en la última función del cine Colón apareció Pablo Stoll y su poco hablador hermano Juan para alegrarme la noche y darme con Hiroshima esperanzas que en lo que me quedaba de festival podía haber aún obras muy prometedoras.

Juan transita por la vida con parsimonia, sin mucho afán por lo que ocurre a su alrededor. La música, los ruidos y los sonidos ambiente- cuya presencia ensordecedora deja sin lugar a las palabras- demarcan su visión particular del mundo.      

Una narración diferente que escamotea los diálogos, que aparecen con intertítulos, pero que logra reforzar o dotar de sentido las acciones de su protagonista a golpe de una cuidada y muy pensada edición de sonido. Extrañamente nos termina situando ante un hilarante musical mudo.

 

Hiroshima (Pablo Stoll; Uruguay/ Colombia/ Argentina/ España, 2009) por R.W.

 

Tras las gratas experiencias cinematográficas que resultaron, la simpática 25 Watts y la reflexiva Whisky, el primer trabajo en solitario de Pablo Stoll era una de las propuestas más esperadas del Festival. Como bien es sabido, la independencia de Stoll como realizador es consecuencia del fallecimiento de su colega, Juan Pablo Rebella.

Con Hiroshima, realmente no se entiende bien “que” quizo filmar Stoll. Me pregunto, si la mente de esta sociedad, el genio, era Rebella. Hiroshima es un chiste. Es un ejercicio fílmico contra el aburrimiento cotidiano y la falta de ideas. Dos hermanos, uno delante, y otro detrás de cámara que un domingo, aburridos, como los protagonistas de la ópera prima del realizador, decide filmarse en situaciones pretenciosa y cotidianamente risibles, hasta alcanzar un supuesto tono surrealista, que nunca deja de ser forzado, facilista, efectivo y efímero a la vez. El problema radica en que se nota, que Stoll no tenía ideas, no tenía ganas de filmar, pero el paso del tiempo lo “obligó” a mostrar “algo”.

Más allá de que la película conserva eso planos fijos centrados, equilibrados, bien fotografiados de Whisky, la película termina cayendo en la monotonía cuando los códigos no se renuevan. Más allá de que el uso de intertítulos es original y aporta humor, se llega un punto en el que la falta de evolución narrativa se hace demasiado notoria…

Lo peor, es que se nota que lo hace a propósito. ¿Entonces… es una burla hacia el espectador (no tengo nada en contra de eso, los Coen lo hacen siempre) o realmente es admitir que había material fílmico, que se ganaron en algún concurso, le daba lástima tener que venderlo, y debía usarse antes de que caduque?

Por otro lado, Stoll demuestra lo fácil que puede resultar hoy en día hacer cine con muy poco: poca gente, poco equipo técnico, pocas luces, poco tiempo, pocas ganas, pocas ideas, pocos recursos cinematográficos innatos… Una desilusión.  

 

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