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CRÍTICAS - CINE

Entourage

(Estados Unidos, 2015)

Dirección y Guión: Doug Ellin. Elenco: Adrian Grenier, Kevin Connolly, Kevin Dillon, Jerry Ferrara, Jeremy Piven, Emmanuelle Chriqui, Perrey Reeves, Debi Mazar, Haley Joel Osment, Billy Bob Thornton. Producción: Mark Wahlberg, Stephen Levinson y Rob Weiss. Distribuidora: Warner Bros. Duración: 104 minutos.

El espejo del cine.

Uno de los grandes estatutos del arte orientado a la reflexión ombliguista dictamina que el mismo proceso de creación debe ser puesto en primer plano con el fin de revelar los hilos detrás de la ilusión, bajo la cual -a su vez- se esconde una industria como cualquier otra dentro del entramado capitalista. El cine no escapó a esta estrategia retórica y desde épocas remotas nos ha regalado un sinfín de obras que analizaron los sinsabores que caracterizan a la “cocina” de los films, con clásicos de la talla de (1963), El Desprecio (Le Mépris, 1963), La Noche Americana (La Nuit Américaine, 1973) y El Estado de las Cosas (Der Stand der Dinge, 1982), todos ejemplos dramáticos con muchos detalles de índole satírica.

Ahora bien, con el transcurso de las décadas la entonación promedio fue mutando desde la melancolía hacia el cinismo exacerbado, con propuestas amargas en la línea de Barton Fink (1991), Las Reglas del Juego (The Player, 1992), Ed Wood (1994), La Sombra del Vampiro (Shadow of the Vampire, 2000), El Ladrón de Orquídeas (Adaptation, 2002) y Una Guerra de Película (Tropic Thunder, 2008). Si bien la bandera del subgénero continúa siendo El Ocaso de una Vida (Sunset Boulevard, 1950), una de las tantas obras maestras de Billy Wilder, lamentablemente nunca faltan los bodrios vacuos que divagan a nivel narrativo con el único propósito de celebrar la frivolidad, como es el caso de la mísera Entourage (2015).

Esta adaptación de la serie televisiva de HBO, que duró 8 temporadas emitidas entre 2004 y 2011, retoma la historia de Vincent Chase (Adrian Grenier), un actor hollywoodense en eterna complicidad con su grupo de amigos de la infancia, hoy transformados en eslabones de su cadena profesional. Cuando el señor quiere dirigir su primera película, de inmediato consigue el visto bueno por parte de Ari Gold (Jeremy Piven), su ex agente reconvertido en CEO de estudio. Chase se pasa del presupuesto asignado y debe soportar la opinión del principal financista Larsen McCredle (Billy Bob Thornton) y de su hijo Travis (Haley Joel Osment), quien desea eliminar de cuajo la participación del hermano de Vincent en el film.

Lo que a priori parecía una oportunidad para llevar más allá un show simplón, rápidamente muta en un cúmulo de escenas anodinas en torno a la levedad reflejada de determinado sector del mainstream actual; para colmo sin autocrítica y por supuesto con un montón de cameos sin sentido (Jon Favreau, Pharrell Williams, Liam Neeson, Mark Wahlberg, Mike Tyson, Jessica Alba, Armie Hammer, etc.). Quizás la mayor paradoja la encontramos en ese objetivo -muy difuso- centrado en la “defensa” de la integridad artística del opus desde la más pura superficialidad, léase sin argumentos de ningún tipo, amoldándose de lleno a los parámetros de la industria y ensalzando la estupidez suprema de todos los responsables…

calificacion_1

Por Emiliano Fernández

 

Hollywood cabe en un cameo.

No es novedad que los grandes estudios apuestan a lo seguro con muchos reboots y demasiadas secuelas en esta época de pocas ideas dentro del cine comercial. Por ende no es extraño que algunos formatos televisivos se crucen a la vereda cinematográfica y le ahorren algunos dólares a los estudios, evitando contratar a alguien que se siente a pensar algo nuevo.

Como consecuencia coyuntural de esto, hoy llega Entourage (2015), una película basada en la serie televisiva de HBO que culminó en 2011 tras 8 temporadas. La serie se centraba en Vince Chase, una estrella en busca de fama en Hollywood, así como en las curvas y contracurvas de un delicado ecosistema compuesto mayormente por representantes turbios, ostentación del orden material más elevado, drogas accesibles y mujeres aún más accesibles. El largometraje funciona como una extensión de la serie, de la forma más básica imaginable. Tenemos la sensación de estar frente a un episodio de treinta minutos que fue estirado hasta los 104 actuales a fuerza de puros cameos.

El meollo de la cuestión es que Vince (Adrian Grenier) ahora es uno de los actores más solicitados de la industria y aprovecha el momento para dirigir y protagonizar su nueva película. Ari Gold (Jeremy Piven) es el hombre al mando del estudio detrás de la producción y quien fuese también su representante en sus inicios. Vince y Ari se pondrán el proyecto al hombro para defenderlo de inversionistas malintencionados, ejecutivos inescrupulosos y otros personajes prototípicos de la industria. Johnny (Kevin Dillon), Turtle (Jerry Ferrara) y Eric (Kevin Connolly), al igual que en la serie, serán parte de la “mesa chica” de Vincent y siempre estarán para darle una mano o complicar aún más la cuestión.

El director Doug Ellin (también creador y director de la serie original) no encontró aparentemente otra forma para rellenar la trama simplona y televisiva que no fuese colocando -literalmente- alguna celebridad en cada escena, en especial para hacer chistes internos sobre la industria o la localidad californiana meca del cine norteamericano. Ese mecanismo, que intenta ser un guiño simpático, se torna bastante tedioso conforme avanza el film, logrando que todas las apariciones especiales no hagan otra cosa más que demorar la resolución del conflicto.

Que no se malinterprete, disfrutamos las breves apariciones en pantalla de Kelsey Grammer, Ronda Rousey o Emily Ratajkowski (entre muchísimos otros) tanto como cualquiera. Pero el gag se agota muy rápido. Sumado a una historia con personajes bidimensionales y un guión que no pone a nadie a prueba, el film sólo puede ofrecer un final tan de manual como podrán imaginar. Esto no quita que los fans de la serie disfruten un poco más la aventura en pantalla grande de estos personajes televisivos, pero la susodicha no aporta nada novedoso ni expande de forma considerable el universo ficcional en comparación con lo ya expuesto durante ocho temporadas en la pantalla chica.

calificacion_2

Por Alejandro Turdó

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