Incluso las mejores relaciones pueden no terminar de la mejor manera. La carrera de Mark Schultz (Channing Tatum), ganador de medalla olímpica por lucha libre, cobra forma cuando es contactado por John du Pont (Steve Carell), un millonario con un punto de vista netamente republicano. Gracias al apoyo económico y moral de John, Mark logra destacarse por sobre su hermano David (Mark Ruffalo), también luchador. Pero el vínculo entre ambos no tardará en agriarse. Y las consecuencias serán terribles.
¿Un film deportivo? Si bien tiene secuencias de lucha libre, se trata de un drama denso y oscuro, una demostración de que el sueño americano tiene su parte siniestra. Bennett Miller, director de Capote y El Juego de la Fortuna, vuelve a contar otra historia sobre un hecho verídico, siempre con un estilo sin estridencias -un tanto monótono, por momentos-, concentrándose en los personajes, observando sus acciones sin juzgarlos.
Un irreconocible Steve Carell se luce como du Pont, en un papel que podría valerle una nominación al Oscar; un ejemplo de cómo un maquillaje sobrecargado no impide el trabajo de un actor. No menos destacada es la labor de Channing Tatum, quien viene demostrando que no sólo puede rendir cómo héroe de acción o en comedias como Comando Especial. Sobran los elogios para el siempre estupendo Mark Ruffalo, quien brinda otra brillante caracterización.
Aunque no llega al nivel de sus trabajos anteriores, Miller consigue con Foxcatcher otro interesante film. Le valió el premio al Mejor Director en Cannes y sigue llamando la atención en más festivales y premiaciones. No la tiene fácil al lado de otras producciones más ganadoras, pero se las arregló para colarse entre las más comentadas de los últimos tiempos.