(Argentina/ Francia/ Alemania/ Uruguay, 2014)
Dirección y Guión: Benjamín Naishtat. Elenco: Jonathan Da Rosa, Tatiana Giménez, Mirella Pascual, Claudia Cantero, Francisco Lumerman, César Bordón. Producción: Emmanuel Chaumet, Agustina Chiarino y Fernando Epstein. Distribuidora: Independiente. Duración: 79 minutos.
Riqueza oscura.
El surgimiento de los barrios privados en la Argentina, también llamados countries, denominación popularizada entre sus habitantes, fue un fenómeno que creció de la mano de las nuevas formas de habitar la ciudad, las nuevas normas de convivencia y las nuevas formas de participación ciudadana que tuvieron lugar en los años noventa tras la apertura del mercado argentino al capital multinacional, la privatización de las empresas públicas, el sometimiento de la política económica a los dictámenes de los organismos multilaterales de crédito y el comienzo de una etapa de profundos cambios en las estructuras sociales.
Para entender Historia del Miedo es necesario analizar este fenómeno que comenzó mucho antes de la década del noventa. Si en épocas anteriores el country era un lugar de esparcimiento para disfrutar del fin de semana, el nuevo barrio cerrado tomó otras características y su principal función se convirtió en ofrecer un estilo de vida protegido de la conflictividad social y el caos de las grandes ciudades y principalmente del Gran Buenos Aires.
Esto se convirtió rápidamente en una burbuja en la cual los administradores del nuevo capitalismo se encerraron en estos barrios, pero la paradoja fue que necesitaron de una gran cantidad de mano de obra que mantuviera en funcionamiento su utópica “Metrópolis”, lo cual generó asentamientos de pobreza a su alrededor.
Con el abandono de la convertibilidad del peso y el dólar y la ampliación de la brecha entre los ciudadanos que más ganaban con las nuevas políticas de especulación financiera y gerenciamiento de empresas y los cada vez más numerosos ciudadanos que caían bajo el índice de pobreza, la cultura del barrio cerrado se convirtió en símbolo de una nueva década infame y de la política económica de saqueo y entrega de los recursos.
Bajo este contexto, Historia del Miedo narra una serie de historias interrelacionadas alrededor de un barrio cerrado. En este primer largo escrito y dirigido por Benjamin Naishtat, una familia que vive en un country ve como el perímetro del mismo es lentamente invadido por la basura que cruza de afuera. Ese otro es invisible, pero de alguna manera está representado por Pola y Tati, dos jóvenes que realizan tareas domésticas y de mantenimiento.
La película genera una atmósfera de suspenso respecto de la bronca de los habitantes del barrio cerrado, pero a medida que el otro se acerca, el miedo y el terror a lo desconocido se apoderan de los habitantes del country. En tanto que ensayo de ficción el film se inspira en el cuento Casa tomada de Julio Cortázar y conceptualmente se basa en el ensayo sociológico de Maristella Svampa, Los que ganaron (la vida en los countries y barrios privados).
Como actualización del tema universal del miedo a la otredad y como representación de las tensiones de la sociedad argentina deudora de los conflictos del neoliberalismo, Historia del Miedo es una forma de enfrentar nuestra historia y nuestras decisiones mirando de frente sus consecuencias. El otro siempre está del otro lado de la puerta para recordarnos que la oscuridad de los apagones es el precio que la riqueza oscura suele provocar.
Por Martín Chiavarino
El título de esta película hace referencia al miedo que vive la sociedad actual. El miedo de la clase alta a la clase baja… y viceversa.
Por un lado, la familia que reside en un country, donde el basural que se amontona en las afueras comienza a molestar por su pestilencia. Por otro, la madre, el hijo y su novia, los tres de condición humilde, que deben trabajar para ellos. Dos mundos que conviven de manera armoniosa… hasta que la situación se volverá complicada, siniestra.
Benjamín Naishtat logra crear climas de tensión y de suspenso, en donde parece que todo va a explotar de un momento a otro, como en todo estupendo thriller psicológico. Según algunos detalles, como máscaras, da la sensación de que todo desembocará en una versión argentina (y más alegórica) de films como Los Extraños, Cacería Macabra y La Noche de la Expiación, donde la violencia irracional se hace incontenible. O, al menos, hacían pensar en la aparición de al menos un único hecho violento.
Sin embargo, la película se queda en un amague constante, ya que nunca da el paso más para mostrarnos el horror puro y duro. Seguramente esa fue la intención del director, no caer en estallidos de locura que pudieran arruinar la construcción de esas atmósferas tan tenebrosas, pero igual sigue quedándose en el molde. Más allá de este detalle crucial, queda claro que Naishtat es un director a tener en cuenta.
Por Matías Orta