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CRÍTICAS - CINE

La Suerte en tus Manos

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La Suerte en tus Manos (Argentina, 2012)

Dirección: Daniel Burman. Guión: Daniel Burman y Sergio Dubcovsky. Producción: Daniel Burman, Diego Dubcovsky. Elenco: Jorge Drexler, Valeria Bertuccelli, Gabriel Schultz, Norma Aleandro, Luis Brandoni. Distribuidora: Buena Vista. Duración: 100 Minutos.

Se (re)fuerza la máquina

Tradición Burman. Religiosamente, Daniel Burman se ha autoimpuesto estrenar una película con un promedio de dos años de diferencia, aproximadamente entre Marzo y Abril, y por ahora cumple con lo que propone. De esta manera, deja abierto su juego. Mostró sus cartas en Esperando al Mesías, y desde entonces controla el azar. Cambia de productores (no de socio), de guionista, pero Burman ha encontrado regularidad en su cinematografía, y no solamente desde un punto de vista industrial, sino también cualitativo.

Ha encontrado una línea temática para desarrollar y profundizar trabajo tras trabajo, la mantiene. Puede cambiar un poco el tono, pero es fiel a una estética y a un tono que le permita movilizarse entre un cine de autor, con historias que se conectan mas no se unen, y al mismo tiempo comercial, con un público que lo sigue, generando pequeños éxitos comerciales, que lo ayudan a seguir manteniendo su productora, que muchas veces ayuda con la financiación de trabajos independientes de noveles autores, más experimentales y riesgosos (como fue el caso de Anahí Berneri).

Ese equilibrio, del que también forman parte en cierta forma, otros contemporáneos de la generación 01 como Caetano y Trapero, sumado a dos realizadores más veteranos como Campanella y Sorín, que encontraron sus mayores éxitos dentro de la misma época, es lo que se necesita para afirmar que autoría y búsqueda de público pueden ir de la mano. Todos ellos, aún hoy, consiguen ser fieles y llevando público gracias al apoyo de nombres de actores, que se han vuelto “importantes” en la “industria” cinematográfica.

Es cierto que de tan efectiva, la fórmula encontró una mecanicidad, que podría no atraer tanto a festivales extranjeros, que buscan siempre algo “nuevo” (leer las últimas reflexiones de Thierry Fremaux). Bueno, acá no hay innovación. Y aún así sigue funcionando. E incluso, hay una contradicción, porque a pesar de ser cine clásico y de género, La Suerte en tus Manos, fue seleccionada para competir oficialmente en Tribecca.

En su óctavo largometraje, Burman retoma los temas que más le interesan: familias distanciadas, el duelo patriarcal, la búsqueda del verdadero amor, las segundas oportunidades, el lugar que ocupa la religión, el azar y la suerte, todo esto en un contexto urbano porteño.

Uriel es un adicto al juego y al sexo, pero mantiene su vida ordenada y controlada. Sabe cuando retirarse de una mesa de poker y si va a relacionarse con varias mujeres al mismo tiempo, prefiere hacerse una vasectomía para que no haya “accidentes”. Tiene dos hijas, una ex esposa ausente de su vida y una empresa financiera que funciona como relojito. Esta rutina se rompe cuando se reencuentra con Gloria, quien acaba de regresar de Francia, tras el fallecimiento de su padre, con un novio francés barba candado. Ambos tuvieron una relación pasional en el pasado, pero cuando salían de los albergues transitorios, no lograban conectarse. Ahora, los dos van a tratar de construir una nueva relación; el problema es que Uriel, además es un mitómano, y su método de seducción se basa únicamente en decir una mentira tras otra.

Después de dos films casi crepusculares como El Nido Vacío y Dos Hermanos, Burman regresa con un personaje con el que siente mucha más empatía. Uriel es una versión un poco más exitosa y carismática que el Ariel (Daniel Hendler) de Esperando, El Abrazo Partido y Derechos de Familia. Es un acierto de parte del director, apostar por un intérprete menos taciturno e introvertido para la representación del personaje. La elección de Jorge Drexler, por un lado le permite alejarse un poco del modelo Hendler, es más cálido pero a la vez, es cierto que se nota, que el cantautor uruguayo (que ya había participado con Burman en la banda de sonido de El Nido Vacío), no tiene la seguridad ni la profundidad interpretativa del actor (también uruguayo), ahora convertido en director, y que ha puesto fichas en la televisión.

Aún así, lo interesante es la construcción del personaje, no solamente cada faceta que se va conociendo de su personalidad, sino también esa percepción e interés por describir los detalles que lo caracterizan. Burman, siempre se fija en los detalles. Algo que lo une por ejemplo con el cine de Gustavo Taretto. De que forma influye el vestuario, los objetos, la mirada, los gustos en el desarrollo que tiene el personaje, incluso los gustos musicales.

Si hay algo que siempre he criticado en Burman desde Crisantemo hasta Dos Hermanos, es que esa percepción no era equilibrada entre personajes masculinos y femeninos. Con la llegada de Sergio Dubcovsky, los personajes femeninos encontraron mayor desarrollo y profundidad dramática.

Como había sucedido con el personaje de Susana (Graciela Borges) en el film anterior, Gloria, no es solo una acompañante y complemento del personaje masculino. Tiene una historia propia, una meta que se va desarrollando en forma independiente y aislada de la de Uriel. Incluso, y gracias a la gran versatilidad expresiva de Valeria Bertuccelli, más contenida que en otros trabajos, el personaje resulta mucho más atractivo que el de Uriel.

Durante la trama, hay varias situaciones que se tornan un poco repetitivas y previsibles. Aún así el ritmo de la acción no cae en ningún momento, generándose un producto entretenido y efectivo. A diferencia de Dos Hermanos, su trabajo más oscuro y denso desde Esperando al Mesías, La Suerte en tus Manos, recobra el espíritu más lúdico y la energía más optimista y positiva de Derechos de Familia. Sin apostar por golpes bajos o sentimentalista, se convierte en un obra querible, amable, romántica, donde se realzan los valores familiares.

Visualmente impecable, se puede criticar que Burman ha limpiado un poco su estética, la volvió más transparente y accesible, pero también se toma algunos instantes para incluir secuencias más surrealistas, aún en un contexto verosímil, que forman parte de su firma personal.

El humor no siempre es ingenioso, y las citas a algunos símbolos de la cultura musical pueden resultar un poco obvios, pero esto no ensucia la historia.

Además de Drexler y Bertuccelli, hay un interesante elenco secundario, que aporta presencia y naturalidad a sus personajes. Si bien, no logran brillar ni son tan profundos como los protagónicos, Norma Aleandro y sobretodo Luis Brandoni tiene roles divertidos y fundamentales para el desarrlollo de Uriel y Gloria respectivamente. Gabriel Schultz no desentona, aportando humor sin desbordar, y sin duda es muy destacada la labor de los chicos Paloma Álvarez Maldonado y Lucciano Pizzichini.

En roles más técnicos, la fotografía de Daniel Ortega, la música de Nico Cota y el diseño sonoro de Jessica Suárez tienen una influencia en la creación de los climas de la obra.

La Suerte en tus Manos es una obra un poco más ligera y menos trascendente que otras de Daniel Burman, pero no tiene mayores pretensiones. La máquina sigue funcionando.

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Superficies

Uriel tiene una vida que podría considerarse normal. Dos hijos y un trabajo, que son suficientes para tenerlo continuamente en movimiento. Su única salida a tanto agobio está detrás del póker, quien juega por puro placer. A diferencia de él, Gloria parece estar estancada. El fallecimiento de su padre hace que deje a su pareja y empiece a replantearse toda su existencia. En el camino, azarosamente, aparece Uriel, su ex novio que había dejado hace un tiempo. Dos personalidades opuestas, en dos momentos distintos quienes buscan la tranquilidad y unión en sus vidas.

La Suerte en tus Manos pertenece a ese selecto grupo de películas que parecen haber sido confeccionadas en el menor tiempo posible. Al observar el conjunto de la obra se cuestiona si alguien advirtió las múltiples fallas que contiene. Estas no se refieren a problemas técnicos, sino a su costado más artístico, más pasional. La mayor evidencia se observa en la poca atención a la hora de construir una puesta en escena. En este sentido, no hay una profundidad de los elementos que forman parte del universo del film. En Dos Hermanos, ocurría algo similar. En ningún momento el director lograba salir de un argumento –bastante previsible- estancado en la simpleza de su construcción visual. Por el mismo territorio se desplaza este relato, que denota momentos creados con insólita pereza.

En primer lugar, el guión evidencia una falta de profundidad que resulta inusual en el cine de Burman, experto en la creación historias con una fuerte raíz argumental. En sus anteriores trabajos, cada personaje, situación, temática, iban acompañados por un guión que fortalecía estos aspectos. En La Suerte en tus Manos no se observan protagonistas interesantes, que lleven al público a crear una empatía en el relato. Ni siquiera se puede decir que enoja el bajo nivel expuesto, ya que estos están poco trabajados, sin matices, que terminan siendo indiferentes. Como si se tratase un choque en cadena, esto repercute con otros elementos. Como consecuencia, no se presentan situaciones que logren un mínimo de emoción. Si el film no funciona es porque el la confianza en el material por parte del realizador parece ser nula. El resultado es automático y difuso.

En este sentido, resulta interesante observar como el film no puede salir de las acciones que exhibe. Es decir, cada una de ella es mostrada sin una pretensión discursiva por detrás. Entonces, un beso es un beso y un llanto es un llanto. No hay nada por debajo de la superficie que establezca un interés sobre el proceder de cada personaje. Por ejemplo, una mentira que Uriel le dirá a Gloria está presentada como eso, una simple mentira por parte de un simple hombre que no pretende revelar su profesión. El problema es que, detrás de ese pequeño engaño, no hay nada que muestre una verdadera motivación por la cual protagonista cede a la trampa. Incluso, todo se resuelve de forma efímera, con una simple línea de diálogo. Nada grave.

Por otro lado, Burman logra una película plagada de escenas inconexas. Comienza con un estilo de narración que apunta a una comedia más parecida a los trabajos de Woody Allen (la charla del protagonista con su médico, su neurosis a partir de su soltería) pero que termina sin tener un mínimo de la gracia de los trabajos del director neoyorquino. A lo sumo, sería una copia de sus peores films. Esto se debe a que no parece haber un interés en continuar un estilo propio. Si comienza de una determinada manera, luego pasa a ser algo completamente distinto. De este modo, se descoloca al espectador con bruscos cambios de registro. Por esta razón, Burman pasa de una escena convencional, atada al costumbrismo de su cine, a una que es tan artificial y absurda que causa vergüenza ajena (por ejemplo, Drexler y Bertuccelli jugando en un pelotero). Y después de tanto cine, tanta enseñanza, el choque con una secuencia de esta pobre magnitud, no se puede pensar en otra cosa que en un retroceso en lo que se refiere a la cinematografía nacional.

En la magnífica Larry Crowne, Tom Hanks propone un mundo distinto, que si bien no es utópico, lucha por serlo. Un lugar donde no hay grandes villanos; solo hay un héroe ordinario que pelea por una revolución social. Al ver varias escenas de La suerte en tus manos, se vislumbra un tratamiento similar en lo referente a la estructura espacio-temporal propuesta. En esta película también hay un intento por crear un universo aparte, sin la necesidad de exponer un antagonista convencional. Pero mientras que Hanks ponía énfasis en un discurso determinado (politico, anticapitalista), Burman opta por la superficie. Es un universo exacto, pero sin una consistencia temática por detrás.

En las últimas películas de Burman hay un mismo denominador común. Son historias sin fuerza tanto en lo narrativo como tampoco en su construcción visual, pero que la dirección de actores logra rescatarlas del tedio. En La Suerte en tus Manos, -a pesar de estar bien en su papel- Drexler parece estar atado a las convenciones escénicas de cómo armar un personaje neurótico. Por el contrario, Bertuccelli es un caso aparte: contiene un método de actuación que se repite debido a la insistencia de un papel similar a lo largo de su carrera. Sin embargo, contiene algo que pocos tienen: una mirada, un gesto y una leve sonrisa en el momento menos pensado pueden dotar a su protagonista de una identidad previamente inexplorada. Justamente, los elementos que salvan al film son los primeros que se tienen en cuenta en la pantalla.

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Por Luciano Mariconda

Una agradable y entretenida comedia con el clásico sello de Burman

Daniel Burman es uno de los mejores cineastas argentinos de los últimos 25 años y el que mejor supo entender y sacarle provecho al género de la comedia, siendo Esperando al Mesías, El Abrazo Partido y Derecho de Familia,vitales ejemplos de esto.

Con La Suerte en tus Manos, como siempre, desarrollando un firme estilo de autor, Burman presenta una nueva película en dónde sigue desplegando los distintos tópicos de análisis que son recurrentes en su cine: el judaísmo, la relación padre/hijos, los conflictos de pareja y las redenciones de la vida ante situaciones turbulentas. Todos motivos que utiliza de gran manera para adentrar a sus films dentro de una esencia de cínica comicidad entre personajes inestables que se encuentran en busca de un destino.

Esta nueva obra relata la historia de Uriel Cohen (Jorge Drexler), un hombre divorciado con dos hijos quién después de la separación se dedica a jugar al poker y a ir rondando entre diferentes mujeres, cuestión que le provoca distintos miedos y lo lleva a hacerse la vasectomía. Pero su vida cambia cuando se reencuentra con Gloria (Valeria Bertuccelli), una vieja pareja de hace años atrás.

Burman se caracteriza por la creación de seres complejos: introvertidos, temerosos, psicológicamente perturbados y, hasta en cierto punto, marginales. Esto hace que, generalmente, sus historias giren alrededor de sus protagonistas; en el caso de La Suerte en tus Manos, Drexler cautiva con una muy buena actuación caracterizando al típico antihéroe de las películas del realizador, ese tipo de personaje que tan bien supe interpretar Daniel Hendler en películas anteriores. Bertuccelli también logra una interesante actuación, en tanto que además se destacan en el excelente elenco Norma Aleandro, Luis Brandoni y Gabriel Schultz.

A pesar de no tener la profundidad narrativa de El Nido Vacío, una de los mejores films de Burman, La Suerte en tus Manos es una comedia más que agradable que se desarrolla en una esfera encantadora al estilo de Derecho de Familia, de esas películas lindas que a pesar de un desarrollo entrecruzado, siempre intentan generar un efecto de optimismo.

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