Los Caminos de Violeta
Puesta en Escena, Dirección e Interpretación: Mirta Vidazo. Sonido: Hernán Viegas. Iluminación: Martín Gaitán. Colabora: Marcela Viegas.
Gracias a la vida…
Violeta Parra no fue una simple cantante chilena. Violeta Parra marcó una dirección, un camino a seguir. Provenía de una familia humilde, pero con dotes artísticos. Su hermano Nicanor, también fue un gran poeta. La voz de Violeta fue un grito de protesta en tiempos convulsionados. Observadora de las miserias que vivía su país, cantó y protestó por la desigualda social. Se mantuvo fiel a su ideología y pese a la fama obtenida, su carpa siempre estuvo abierta al pueblo. Y ella no se separaba de él como acto de fidelidad. Su compromiso social la llevó a dejar un poco abandonada a su familia, lo cuál terminó por agotarla física y mentalmente.
En un poco más de una hora, Mirta Vidazo le pone el cuerpo y alma a Violeta en este inspirador relato unipersonal que combina las canciones de la cantautora con la narración oral. Vidazo reproduce la carpa de Violeta, respira como ella, siente como ella.
En un repaso que va desde la infancia, la educación, la influencia cultural y circense hasta reflexiones acerca de los que pasó con sus amigos, posteriormente a su muerte.
El motor de la obra es Vidazo: cuando canta, no es solamente un recitado. Es la fuerza, la potencia de una persona que sufre por su vida y por la de los demás. Por el sufrimiento del su pueblo.
Acompañada por la maravillosa y melancólica guitarra de Cristian M. Puz, Los Caminos de Violeta es una obra chica en su concepción, pero íntima, íntegra. Un hermoso homenaje lleno de lirismo a una de las voces más influyentes de nuestro continente latinoamericano: Violeta Parra.