Oráculo y Enigma
Elenco: Katsura Kan y Grupo Hanami. Grupo Hanami: Paula Zacharias, Rasjid Cesar, Virginia Scaro, Ivan Hara, Andrea Chama, Santiago Martinengo.
“Trabaja a partir del estimulo del cuerpo como oráculo. Este trabajo explora nuestra relación humana con los elementos terrestres y cósmicos a través del movimiento de la curiosidad del cuerpo.” K. Kan
Katsura Kan pertenece a las primeras generaciones de la danza butoh. Se formó con Tatsumi Hijikata (uno de los creadores del butoh).
Actualmente Kan viaja constantemente a dictar workshops en diferentes lugares del mundo, considerando que, es en otros territorios diferentes a Japón donde hay cimientos para cultivar el Butoh.
Este año tuvimos la honra de tener a Katsura sembrando un poco de Butoh en Buenos Aires, creando con bailarines de aquí, esta obra llamada Oráculo y Enigma.
La obra comienza con un grupo de seis bailarinas, que nos recuerdan a geishas oniricas en un viaje de tranformación. En esta coreografia, abundan los cambios de atmosfera generados a partir juegos de luces y efectos sonoros como el sonido del mar. Las bailarinas nos sorprenden generando sonidos vocales.
En la escena siguiente, tres bailarines semidesnudos, nos traen, entre otras cosas un gesto de protesto social desde un lugar bastante original y gracioso; y a su vez ácido. La escena es más que interesante. Tambien utilizan recursos sonoros vocales y sobresale su gestualidad.
Katsura Kan, aparece en un escenario vacío. Sólo una luz y una proyeccion de lineas intermitentes, es suficiente para capturar toda nuestra atención. En la escena aparecen sonidos tipicos como gongs que remiten a los templos budistas de Japón.
Sus movimientos articulados, muestran el nítido corte entre cada golpe de gong de manera natural y dando la sensación de que los sonidos surgiesen de él mismo y él no fuese más que parte de aquello que lo guía. Es un momento minimalista donde todo se torna diferente, accedemos a otra dimensión.
Repentinamente la luz se apaga, Katsura desaparece y se ve un grupo de personas semidesnudas entrando en escena, algunas mujeres colgando de sus compañeros y unas telas turbantes colgadas de sus cabezas. A partir de allí, todo movimiento se torna parte de algo mayor, dejando las meras coreografías para unirse a la coreografía mayor. Ésta no tiene forma, ni límite específico, es el espacio y los bailarines, no se busca es la que es encontrada. Y el fin aparece.
Un momento muy hermoso que remite nuevamente a lo sagrado, al silencio, a la respiración a la luz dentro de la oscuridad.
Teatro: Ciudad Cultural KonexFinal del formulario Sarmiento 3131
Función: Fuera de Cartel