Raul Barboza | Acordeón.
Nardo Gonzalez | Guitarra Criolla.
Ivan Roy Valenzuela | Contrabajo Eléctrico.
Sonríe Barboza. Todo el tiempo: cuando sube al escenario, cuando nos cuenta como compuso una canción, cuando termina un tema y, sobre todo, al tocar el acordeón, ese Anconetani negro que aprieta contra el pecho, medio ladeado, bien cerca de su corazón. Pautado para las 21:00 hs, el recital comenzó 45 minutos después. Barboza fue caminando entre la gente hasta subir al escenario y saludó al público con los brazos abiertos, como si nos quisiera abrazar. Segundos después, aparecieron desde los costados Nardo Gonzalez e Ivan Roy Valenzuela, listos para un nuevo recital junto al Embajador del Chamamé.
A lo largo de una hora y veinte minutos aproximadamente, el trío nos paseó por diversos estilos: polka, vals, chamamé, gato, y más. De Barboza, se sabe, con el instrumento hace lo que quiere: lo toca como pocos, o como nadie, mejor dicho…Pero, además, dispara sonidos desde el mismo como si el acordeón fuera un sampler: crea ambientes, imita el canto de pájaros, el trote de un caballo, el andar de un tren. Por si esto fuera poco, lo utiliza como instrumento percusivo durante algunos pasajes de sus temas más ambient. Nardo Gonzalez, anteriormente bajista de Barboza, esta vez ejecuta la criolla de manera virtuosa. Su mano derecha domina a la perfección el rasguido litoraleño, y la izquierda alberga un demonio que, desatado, es capaz de seguir al acordeonista en rápidos pasajes que realizan al unísono. Roy Valenzuela es el ancla del trío. Su particular contrabajo marca una clara base todo el tiempo, sobre la cual navegan Barboza y Gonzalez.
Al igual que el acordeonista, utiliza su instrumento de forma percusiva, tocando y golpeando las notas, para así marcar el tempo de la canción. Esta formación grabó el disco Luz del Amanecer en el año 2011. Ninguna de las canciones del disco fue ejecutada por el trío en esta fecha. Tocaron 12 canciones: el primer intervalo fue monopolizado por valses, polkas y chamamé en tonos mayores y menores. Los puntos altos fueron “Alma Guaraní”, de Damasio Esquivel y los clásicos de Barboza, “El Baile del Duende” y “Tren Expreso”. Él no es amarrete: si bien su figura es la convocante, lo deja solo a Nardo Gonzalez en el escenario, para un mini-set donde se despacha con un gato y un chamamé, ambos de su autoría. Vuelven Barboza y Roy Valenzuela y dedican la segunda parte a standards del chamamé y de la región del litoral, como “Merceditas” (que Barboza dedicó a todas las mujeres presentes en su día), “Kilómetro 11” y “La Calandria”, este último, a pedido del público.
Termina el recital y se baja Barboza, que saluda y agradece a todos (si, a todos) los que fuimos a verlo, con un apretón de manos y como siempre, con una sonrisa en la cara.
Lugar: Teatro de la Media Legua (Aristóbulo del Valle 185, Martinez). 8 de Marzo de 2014.