(Argentina 2012)
Dirección: Nahuel Machesich y Luciano Zito. Guión: Nahuel Machesich. Producción: Luciano Zito. Distribuidora: Independiente. Duración: 96 minutos.
Lo siniestro.
Freud se refiere al concepto de lo siniestro cuando algo debe permanecer oculto, escondido en algún lugar inhóspito, pero a pesar de ello sigue insistiendo en el psiquismo, por lo cual eso que nos resulta extraño también nos es familiar y produce sensaciones terroríficas. Ese es el viaje introspectivo que hace Nahuel Machesich, un joven nacido en 1978, que vuelve a su ciudad natal, Rawson, para reconstruir algo que abruma a la capital chubutense, cierto pasado que parece querer esconderse pero que circula en el inconsciente colectivo de sus habitantes.
La cárcel de Rawson se crea cuando Perón envía a sus presos políticos. En el año 1972 decenas de convictos se fugan, matan al guardacarcel Valenzuela y son fusilados, sin juicio previo, en la conocida “masacre de Trelew”. Hecho que 40 años después, hace pocos días, recién tuvo su merecida condena. En la última dictadura militar, si bien no funcionaba como centro clandestino de detención, los presos políticos “legales” sufrían también aberrantes métodos de tortura, y se cometían delitos de lesa humanidad.
Hoy en día el silencio de apodera de la ciudad patagónica, pero el pasado se hace presente cuando torturadores y torturados se cruzan por la calle y hasta a veces deben compartir espacios en común. Nahuel intenta poner en palabras, a través de sus imágenes documentales aquello que está silenciado. Él, es el codirector y protagonista del documental, porque vemos a través de sus narraciones omniscientes, las más diversas sensaciones y afectos emocionales que va experimentando a medida que se interna en el viaje al pasado, a su historia y prehistoria personal. Varias entrevistas y momentos resultan por demás interesantes, como a los guarda cárceles o empleados de la prisión que sostienen en algún punto el pacto de silencio, el hijo de Valenzuela, ese profesor de historia que da cátedra de como entender los hechos acontecidos, o el dolor de un preso político en la dictadura militar.
Con cámara en mano, las imágenes y los testimonios nos sirven para abrir ojos y oídos sobre todo el pasado encajonado que se sigue escondiendo en nuestra sociedad. Agrego un detalle a modo personal: hace un par de años, tuve el privilegio de visitar Playa Unión en Rawson, para hacer el avistaje de los fascinantes delfines toninas que circulan por sus aguas marinas. En dicha oportunidad aproveché para hacer un city tour por la ciudad, en ningún momento se hizo referencia a la cárcel y a la historia siniestra que esta esconde. Gracias a documentales como este, ahora quizás entiendo porque esa ciudad me pareció tan fría e incómoda, hay algo que todavía debe ser dicho para elaborar tanto dolor.
Por Emiliano Román