Shangay
Dramaturgia y Dirección: José María Muscari. Escenografía: Verónica Lavenia. Vestuario: Rocío Peyró. Diseño de Luces: Diego Todorovich. Elenco: José María Muscari, Nicolás Pauls, Chunchuña Villafañe, Claudia Albertario, Eunice Castro. Prensa: Duche / Zarate.
Muscari en su Salsa… de Soja
Figura mediática, showman, dramaturgo, actor, director, docente, comediante, bailarín. José María Muscari es un nombre que no pasa inadvertido hoy en día. Pero más allá de lo que muestra en la televisión, Muscari sigue manteniendo (y defendiendo) un estilo, una estética que proviene del teatro under, del off, de lo trash. Si bien es dificil denominar hoy en día que es y no es un tabú, lo que Muscari genera es cierta incomodidad agradable y sobretodo, muy divertida.
El año pasado se animó a mostrar 7 obras al mismo tiempo, los 7 retratos Feizbuk. Esa particular mirada de los prejuicios del mundo, que van acorde al tono y humor de John Waters, han puesto a este actor en la cima de una polémica popularidad. Seguidores y detractores por todo el país, Muscari no es susceptible a críticas. Se ríe de ellas, se ríe del mundo y demuestra que en las diferencias se encuentra la igualdad, que en el humor todos coincidimos, que en la provocación ninguna persona se convierte en víctima.
Y Shangay, una de sus obras más exitosas y trascendentes, es eso. Un llamado al entretenimiento insando y una puerta a un mundo de tabúes que dejaron de ser tabúes.
Básicamente, Shangay habla del amor, de despedirse de aquella relación que marcó tu vida y tratar de seguir adelante.
Martín (Pauls, suelto y relajado) se reúne con Lucas, su ex novio para decirle que se va a vivir a España con su nueva pareja, un español. Lucas no lo puede asimilar y durante 8 diversos episodios, ambos rememorarán su relación, sacarán a la luz aquello que no se decían mientras eran pareja, pondrá sobre la mesa los problemas de comunicación, sexo, familiares que tenían. Y si Lucas no logra manipular de manera eficiente a Martín para que se quede y le dee otra oportunidad, allá aparecerá la madre del primero para hacer valer su posición, para defender a su hijo y humillar a su antigua pareja. Todo este conflicto amoroso sucede en medio de un restaurante oriental, donde dos sensuales meseras (Albertario y Castro) viven compitiendo entre ellas e insultando la inteligencia e ignorancia de los comensales.
Muscari introduce entre cada uno de los 8 episodios, números “sensuales” coreografiados con gracia, aprovechando el espacio “café-concert” del Chachacarean Theatre, ambientado como si fuese una gran restaurante chino.
El autor satiriza la manera en que los porteños vemos a los orientales, los orientales ven a los argentinos, y aprovecha para meter bocados oportunos, dando lugar a la improvisación, acaso una de sus mejores herramientas como actor.
Tanto Pauls como el propio Muscari sostienen bastante bien la obra, en compañía de Albertario y Castro, que aportan la cuota de picardía.
No hay demasiada profundidad dramática o lugar para reflexiones entre líneas en el texto original, así que lo que prevalece es la representación escénica, los mecanismos para que los intérpretes sostengan una discusión durante una hora y media. Y lo logran. Muscari se ríe de sí mismo y deja en claro que esta obra no es para tomar de manera muy seria.
Pero sin dudas, es la aparición gloriosa, magnífica, repleta de divismo de Chunchuña Villafañe la que levantan el espectáculo. En el rol de la refinada madre de Lucas, la Villafañe genera las mayores risas. A pura sensualidad, cada participación suya opaca al resto del elenco, incluido al propio Muscari.
Shangay es divertida, entretenida y pasatista. Una muestra del talento de este hombre orquesta, que se ha ganado por pura perseverancia, dinamismo y creatividad su lugar en la televisión. Más allá de la transgresión y las futuras polémicas, hay que reconocer que detrás de la figura mediática, se encuentra un artista completo.
Teatro: Chachacarean Theatre – Nicaragua 5565
Funciones: Domingos y Jueves 21 Hs – Viernes y Sábados 23:15 Hs
Entrada: $50 y $30
