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FESTIVALES

Green Film Fest 3º Edición: The Big Fix

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The Big Fix (Estados Unidos, Francia, Alemania, 2011)

Dirección: Joshua Tickell, Rebecca Harrell Tickell. Guión: Johnny O’Hara. Producción: Rebecca Harrell Tickell, H.W. Pausch, Darius Fisher, Jennifer Cusentino,  Olivier Akinin. Elenco: Joshua Tikell, Peter Fonda, Amy Smart, Rebecca Harrell Tickell. Duración: 89 minutos.

Ensalada  de política y medio ambiente con condimentos conspirativos

El documental comienza con la voz en off del mismo director, Joshua Tickell, – quien dirigió otros dos documentales que comparten la temática petrolera, Fuel y Freedom – adentrándonos en el gran tema de la película: el derrame de petróleo en el Golfo de México y la corrupción que existe en la empresa petrolera BP, por encubrir el desastre utilizando dispersantes químicos, tóxicos para los seres humanos, y causantes de problemas de salud. El documental contiene fuertes críticas a los medios de comunicación por la escasa cobertura realizada luego de desastre; y parodia la situación mostrando imágenes del casamiento real entre el príncipe William y Kate Middleton que se llevó toda la atención mediática, después de la explosión de la plataforma Deepwater Horizon.

También abona la teoría de que todo el dinero y el destino del mundo es controlado por unos pocos poderosos que manejan las cuerdas del capitalismo en los Estados Unidos a través de los políticos, a quienes denuncia por  recibir dinero de las empresas petroleras para sus campañas.

Por todo esto anterior, da la impresión que el objetivo ambientalista del documental se desdibuja un poco al mezclarse con tantas teorías (ciertas o no) de conspiraciones y tramas de corrupción dignas del mejor guión taquillero.

Contando con la colaboración de los actores-activistas Peter Fonda y Amy Smart, el matrimonio de cineastas, decide embarcarse en una investigación hacia Louisiana – donde principalmente viven del comercio marítimo- con su equipo y ansias de revelar la verdad sobre aquel derrame y el cambio que sugirió en la vida de los habitantes del lugar. Mientras la empresa BP, afirma que los millones de litros de petróleo que se derramaron, ya fueron eliminados o dispersados del agua y que las playas están limpias y los alimentos se encuentran en perfecto estado para ser comercializados, Joshua deja en evidencia a través de entrevistas a los pescadores y sus familias, que los alimentos están contaminados, por lo que no pueden ser ingeridos o comercializados, y que en las playas no se puede estar sin respirar el olor a petróleo y a los químicos que tiran para evitar que éste no sea visible en el agua. Incluso cuando el Gobierno afirma que se detuvo el rociamiento de Corexit (el químico dispersante), Joshua y Rebecca se dirigen a las playas de noche, y con cámaras ocultas descubren que el rociamiento continúa.

El  documental  nos deja un sabor amargo, pero nos invita a involucrarnos de alguna manera en esta lucha por el medioambiente y la corrupción, que parece no tener solución ni fronteras.
Si bien numerosos desastres petroleros han dejado cicatrices imborrables, y desentramado complejas redes de corrupción y omisiones de controles por parte de las autoridades, también es cierto que muchas de las cosas que usamos diariamente (incluyendo los rollos de celuloide ó cintas de video utilizados para grabar este documental) están hechos con derivados de petróleo, desde los combustibles, hasta los plásticos, telas, químicos e insumos básicos médicos…¿o acaso el equipo se trasladó en globo aerostático a Louisiana y sus playas?
Un documental con un objetivo principal muy “green”, que al estar tan condimentado, deja un gusto agrio en el paladar.

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