A Sala Llena

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CRÍTICAS - SERIES

The Last Movie Stars

I’ve loved a river like you before
You can’t scare me away
I’ve tamed the moss up on the rocks
And molded the red clay 

HISTORIA DE UN AMOR

Las primeras imágenes que vemos de The Last Movie Stars no son las que cabría imaginar para un documental sobre una glamorosa pareja de actores de la época dorada de Hollywood. Ethan Hawke, en su faceta de director, se sienta frente a una pantalla con el barbijo a media asta y entabla un formato de conversación que la pandemia nos ha enseñado a conocer (y a odiar): una reunión de zoom. No se trata de una sola reunión de Zoom, sino de varias que Hawke entabla con un conglomerado de actores de lujo: George Clooney, Laura Linney, Sally Field, Vincent D’Onofrio y muchos más. El tema de conversación de las reuniones parece ser el mismo para todas: Paul Newman. 

En estos encuentros virtuales, Hawke cuenta que una emocionante misión le ha sido encargada: construir un documental a partir de grabaciones realizadas por el biógrafo de Newman para una eventual publicación. Los herederos del actor -fallecido en 2008- le han planteado el encargo pero también un enorme obstáculo: las grabaciones originales fueron quemadas por la propia estrella tiempo antes de su muerte. ¿Qué documental puede hacerse entonces, ante semejante falta de material? Por fortuna, algo sobrevive: las conversaciones fueron desgrabadas por el biógrafo y se conservan. La tarea del dream team de actores resulta ser, entonces, la de interpretar aquellas voces del Hollywood de antaño. Esta decisión del director sintetiza bien la esencia de The Last Movie Stars, que evoca la historia de una pareja de estrellas de Hollywoood, (Paul Newman y Joanne Woodward), a través de las voces del Hollywood actual; una evocación cariñosa, llena de respeto y admiración, pero también una lectura desde el presente sobre la actuación, la relación ambivalente e ingrata de dos artistas con el estrellato y el rol determinante que juegan los roles de género a la hora de definir y sostener una carrera. 

A lo largo de seis capítulos, la sobria dirección de Hawke plantea un recorrido histórico y emotivo por las vidas de Newman y Woodward: sus éxitos, sus altibajos, las formas -más o menos evidentes- en las que una industria cultural terminó poniendo la carrera de uno por sobre la de la otra. Es una historia que se extiende durante décadas, con una sola constante: la relación amorosa y artística entre ambos actores.  “Cuando existe una relación entre dos personas, en realidad hay tres” -le dice Ethan Hawke a su hija Maya- “la tercera persona es la relación”. 

Las imágenes de las charlas por Zoom -en las cuales Hawke conversa con su multitudinario elenco con un entusiasmo palpable- son en sí mismas sintomáticas del alejamiento físico producto de la pandemia: imágenes feas, ruidosas, bugeadas. Un contraste brutal con las imágenes prolijísimas, bellas, de las filmografías de Newman y Woodward. Especialmente aquellas primeras películas de sus juventudes, rebosantes de sudor y sensualidad (aun bajo el reinado de estupidez del código Hays, que todavía imperaba) encandilan la pantalla con la potencia de un cine perdido que The Last Movie Stars invita a revisar. Toda ficción es un documental de su propio rodaje y, en este caso, la mejor manera de testimoniar la existencia de Paul Newman, Joanne Woodward y su paso por el mundo. 

Siempre que se trata de una historia tan larga y de un tiempo generoso para desarrollarla, el riesgo es caer en la mera descripción, en una sumatoria de efemérides que permiten informarse pero que poco tienen que ver con una intención artística. Sin embargo, Ethan Hawke consigue redondear un hilo temático alrededor de la idea de la suerte, y de cómo lo que la convoca es la persistencia en el noble y paciente ejercicio de una profesión. Hawke encuentra su núcleo temático en El color del dinero, la película de Martin Scorsese (presente, como no podía ser de otra manera, a través de una ventana de Zoom que protagonizó Newman en 1986 retomando su personaje de El audaz (1961): aquel jugador que persiste contra todo obstáculo, por el placer de jugar. Para Hawke, la sublimación de Joanne Woodward llegó gracias a una similar persistencia, a través de la dedicación que puso en sus roles para películas televisivas. Woodward, que tuvo que resignar largamente su carrera para dedicarse a la crianza de los hijos, eventualmente retomó la actuación con energía y, en un momento profético, interpretó la enfermedad que, tristemente, hoy padece. La historia de Woodward es la de alguien que supo darle nobleza y dignidad a su trabajo, fuera en el medio que fuera (incluso, se podría decir, anticipándose a la respetabilidad que eventualmente ganarían las producciones para televisión). No hay estrellato ni premios que satisfagan más que el trabajo constante, sostenido, en aquello que se ama. Y no hay felicidad posible sin amor, parece postular Hawke. Lo cual no resulta para nada extraño viniendo del actor y co-guionista de una de las más grandes historia de amor de nuestro tiempo (la trilogía de Before, por supuesto). 

The Last Movie Stars es la historia de un amor pero también una historia de(l) cine, la de una generación y de las películas como una invitación para el encuentro. Como ya dijera José Pablo Feinmann: “¡Mirá lo que es el cine!”. 

(Estados Unidos, 2022)

Dirección: Ethan Hawke. Participan: George Clooney, Ethan Hawke, Laura Linney, Zoe Kazan, Josh Hamilton, Martin Scorsese, Sam Rockwell, Billy Crudup, Alessandro Nivola, Karen Allen, Steve Zhan, Sally Field, Oscar Isaac, Vincent D’Onofrio, Rose Byrne, Paul Schrader. Producción: Lisa Long Adler, Emily Wachtel, Adam Gibbs, Ryan Hawke.

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