Vrindavana (Argentina, 2010)
Guión y dirección: Ernesto Baca. Producción: Constanza Sanz Palacios. Distribuidora: CS Comunicación efectiva. Duración: 90 minutos.
(Nota publicada originalmente en la cobertura del BAFICI 2010)
Gracias a obras como Cabeza de Palo y Samoa, el director Ernesto Baca se convirtió en uno de los próceres del cine experimental argentino. Además, Baca pertenece a la religión budista, al punto de viajar regularmente a La India. De hecho, en uno de sus viajes fue con su equipo de colaboradores y cámaras. Vrindavana es el resultado de sus dos grandes pasiones.
A lo largo de los 90 minutos, y desde un punto de vista único, podemos contemplar las más variadas imágenes del exótico país. Empleados, transeúntes, monumentos, ríos, monos macacos (que pululan como si fueran animales domésticos), atardeceres, nada se le escapa a los cineastas.
Las imágenes —de una deslumbrante riqueza visual— no están ordenadas de manera caprichosa, sino que trasmiten la esencia de un lugar y de la devoción y el respeto que inspira. Es verdad que toda persona más familiarizada con el Budismo podrá interpretar determinados elementos y símbolos. No obstante, sin importar la religión, Vrindavana es una de esas experiencias para dejarse llevar… y quedarse con ganas de visitar La India.
