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CRÍTICAS - CINE

Wonka

HISTORIA DE DOS ORFANDADES

Wonka, ante todo, es una película. 

Ni remake, ni spin-off. 

Tiene personajes creados por Roald Dahl, comparte más elementos formales y estéticos con la versión cinematográfica de Mel Stuart que con la de Tim Burton, pero no mantiene una fidelidad inclaudicable con sus referentes, más allá de algunas citas directas.

Fabrica un andar propio y la huella de Paul King no tarda en aparecer. Con la presentación del protagonista en el primer minuto y su introducción constante en el cosmopolitismo de la ciudad en la que pretende materializar su sueño, King pone en marcha el ritmo encantador e imparable al que ya nos había acostumbrado con sus dos entregas de Paddington.

El Willy Wonka de Timothée Chalamet y Noodle (Calah Lane) ocupan el centro dramático de esta película que -podríamos decir- en esencia es un musical. O, al menos, más musical que las otras adaptaciones para cine. 

Noodle y Wonka son dos huérfanos en una urbe donde los pobres se adueñan de un hogar de pensión, en el que abusan de la mano de obra de los ciudadanos desde el sótano, y los ricos son post-explotadores que niegan a la pobreza misma, al punto tal de producirles arcadas la sola mención de su existencia. 

Así, el dúo protagónico -como Wonka en relación con sus predecesoras- mantiene una doble vida al complotarse, con la finalidad de que el aspirante a chocolatero mundial intervenga entre ambas partes, sin pertenecer realmente a ninguna, y pueda concretar su gran anhelo como una tercera posición.

Desde el primer minuto, Chalamet se carga a sus espaldas el peso del relato y lo conquista con la sola ejecución de la primera canción, eso es indiscutible. Gran logro de Paul King, el de expandir al tan discutido abanico expresivo del actor, pese a que sea un tanto exagerado en la exasperación.

El aspecto técnico visual se encuentra en su máxima expresión y eso, en este tipo de producciones, hoy parecería algo imposible siquiera de pedir. Sí, aplica recursos típicos de la actualidad, se sostiene con mucho empleo de cgi, pero King no cede a la tacañería y ni la puesta de cámaras es opacada por algún que otro plano grandilocuente.

Sí le echamos en falta a Wonka que los descenlaces a los conflictos de la dupla ya mencionada son tan mágicos como las funciones de los chocolates del personaje principal, lo cual no es algo malo en sí, solo que la solución de continuidad está arrojada a la suerte. De manera tal que los mismos podrían haberse resuelto tranquilamente en los primeros quince minutos.

Así como la paternidad para Wonka en Charlie y la fábrica de chocolate era un agregado absoluto, la misma era puesta en escena progresivamente, contrastando al presente del relato con los recuerdos del chocolatero. Acá es una motivación, un contagio de pasiones, de madre a hijo, sostenido por una excepcional Sally Hawkins, y las metas que la película les propone a los protagonistas se apalancan muy escasamente por puesta y continuidad.

Ocurre algo similar con el Umpa-Lumpa de Hugh Grant. Aparece poco en pantalla, su semblante a través del fuera de campo no está del todo aprovechado y alcanza con una sola escena para que exponga los límites despiadados que los ricos están dispuestos a cruzar al salvarle la vida al protagonista. Es decir, Grant está fenomenal en cada minuto suyo, pero también está bastante desplazado para cumplir un rol meramente funcional.

De esta forma, lo que podrían ser las dos orfandades -la de Willy Wonka y la joven Noodle, los ejes narrativos trágicos que la película pone en el centro de todo- se convierten en una sola. En una simple función, un problema a resolver, un punto A que tiene que llegar a B. Y lo que podría ser una orfandad dual protagónica en escena se manifiesta y bifurca entre la del dúo y la del abandono de la puesta.

¿A qué costo? Precisamente al de cederle todo a un musical con un ritmo tan envidiable como imparable, canciones pegadizas y actuaciones espléndidas, pese a una ejecución dramática bastante ventajista.

(Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, 2023)

Dirección: Paul King. Guion: Simon Farnaby, Paul King. Basado en los personajes creados por Roald Dahl. Elenco: Timothée Chalamet, Olivia Colman, Jim Carter, Paterson Joseph. Producción: Alexandra Derbyshire, David Heyman, Luke Kelly. Duración: 116 minutos.

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