Cuenta la historia de una película de apertura de un festival que no pudo ser porque había una huelga de actores. Fue en 2023, el festival fue Venecia, la película que iba a ser la apertura era la de un director italiano internacionalizado, Luca Guadagnino: Desafiantes (Challengers) protagonizada por Zendaya, Josh O’Connor y Mike Faist. Su lugar lo ocupó, de forma obviamente muy distinta, una película de director italiano con protagonista italiano y tema italiano: Comandante de Edoardo De Angelis, con Pierfrancesco Favino (protagonista de la imprescindible El traidor del maestro Marco Bellocchio).
Comandante es acerca de un capitán de un submarino italiano, Salvatore Todaro, en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Es decir, de la Armada de un país gobernado por Benito Mussolini. Y Todaro -o mejor decirle Salvatore, porque esta vez hace sentido- fue un soldado que tomó decisiones difíciles -aunque no tanto como la de Meryl Streep en La decisión de Sophie, otra película sobre la Segunda Guerra Mundial- que lo hicieron digno de ser reconocido, e incluso de ser objeto de una película. Por supuesto que es mejor no saber mucho más acerca del argumento y ver la película, aunque las chances de estreno por estos lugares no creo que sean muchas (eso sí, en las salas italianas fue vista por 700.000 personas). Comandante no es de esas películas italianas con “alto alcance global contemporáneo”, es una película que va evidentemente a contracorriente, que se enorgullece de su italianidad -el diálogo clave de la película, bien dicho, bien escrito, bien ubicado, va por ahí- y así se hace universal, aunque el universo no la escuche tanto como a las películas de Guadagnino. Comandantedebería hacerse universal, pero los caminos exitosos de películas biográficas sobre el período están marcados por las campañas globales más ruidosas de cosas como Oppenheimer de Christopher Nolan. De Angelis no es Nolan; De Angelis es más díscolo, es un director con otros caminos, que había estado en Kustendorf más de una vez con sus cortos, alguien con una carrera ecléctica y pasional, un tanto alejada de los tiempos cinematográficos que corren y que terminó abriendo Venecia por esas cosas de la vida y de las huelgas.
Comandante fue escrita entre De Angelis y el escritor Sandro Veronesi, que estaba también en Kustendorf, como jurado. Veronesi ganó el premio Strega por dos de sus libros, el mismo premio que ganó -post mortem- en 1959 Giuseppe Tomasi di Lampedusa por El Gatopardo, la gran novela histórica italiana, o siciliana, filmada por Luchino Visconti, cuyo apellido da nombre al enorme restaurante situado a pocos escalones de distancia de la gran sala en la que veo Comandante, película histórica con bienvenidos condimentos literarios en los diálogos, en las situaciones, en los detalles de la vida cotidiana dentro del submarino. Y también fuera, porque De Angelis hasta se anima a esas cosas de las que se quejan tantos automatizados que escriben o dicen escribir -no pienso chequear, pero a juzgar por el promedio de Metacritic hubo muchas críticas en contra de Comandante– como por ejemplo escenas de sexo y desnudos, que los hay al principio. Y claro que tienen sentido, así los personajes extrañan más y mejor encerrados bajo el agua. Porque este es un relato sobre héroes pero también sobre seres humanos, que además comen, se cansan, se enojan y dudan y piensan y hablan de comida. Y la secuencia de las papas fritas ya está en mi lista de mejores momentos de cine y comida. Ah, sí, también guardaré algunas imágenes del mar, y del mar en guerra. Comandante pertenece a ese cine que creemos que no se hace más pero se hace, solo que no circula como el cine de Nolan o la tal Barbie, puntas de lanza modelo 2023 de quienes quieren hacernos creer que todo el cine de un año, o de un momento del año, se reduce a dos películas. Hay mucho más por ahí, como ya deberíamos saber, es cuestión de hacerse a la mar, a la amplitud del cine.
(Italia, Bélgica, 2023)
Dirección: Edoardo De Angelis. Guion: Edoardo De Angelis, Sandro Veronesi. Elenco: Pierfrancesco Pavino, Johan Heldenbergh, Massimiliano Rossi, Luca Chicovani. Producción: Edoardo De Angelis, Attilio De Razza, Paolo Del Brocco, Nicola Giuliano, Pierpaolo Verga. Duración: 120 minutos.