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37º MDQ FILM FEST | Réduit

37º MDQ FILM FEST | Réduit

Opera prima del suizo Leon Schwitter, presenta un dúo, apenas dos intérpretes, padre e hijo en la ficción en un aislado reducto montañoso en el cantón de Uri. Benny (Damian Heniger) es un niño que acepta pasar un fin de semana con su atormentado padre Michael (Peter Hottinger). Se adivina que el progenitor está separado de su madre, pero en cambio resulta algo difusa la razón por la que viven en el “réduit”, algo así como un refugio, rodeados de nieve y ausencia total de otros seres humanos. 

El inicio arroja alguna pista sobre el motivo del aislamiento, cuando Benny le “habla” a un árbol, preguntándole textualmente: “¿piensas que el mundo terminará?”. Esta sensación de inminente catástrofe se verá reforzada por diversos indicios, que sin embargo no arrojan demasiada claridad sobre un posible desastre mundial, acaso ecológico o bélico, que el transcurso del relato no ayuda a clarificar. 

La comunicación padre-hijo se realiza a menudo por walkie talkie, con el primero reteniéndole su celular y el segundo intentando en más de una oportunidad una fuga de difícil concreción, impedida por el manto de nieve que la impide.

Uno de los temas recurrentes es la comida ya que, en la cabaña donde conviven, los abundantes alimentos disponibles son casi exclusivamente latas de conserva, ravioles, por ejemplo, cuya larga fecha de vencimiento asegura la supervivencia. En algún momento el padre, munido de un fusil, intenta cazar algún animal como variante alimenticia, pero su intento resulta fallido. Ello explica la escena final en un restaurante del pueblo debajo de la colina donde se encuentra la cabaña y donde por primera y única vez aparece un tercer personaje, una señora que hace de moza o propietaria del comedor.
Pero Réduit deja demasiados cabos sueltos, como por ejemplo el estado de salud de Michael (tose con frecuencia) o también el cambio de actitud cuando en algún momento le dice a Benny: “puedes irte cuando quieras”.

La conferencia de prensa donde estuvieron presentes Schwitter y Hottinger, sólo ayudó a medias a desentrañar el sentido del film al afirmar el primero que Suiza es un país muy especial, en el que existen miles de “bunkers” en las montañas, como la cabaña en donde transcurre buena parte de la trama y que fueron construidos durante la segunda guerra mundial. En opinión del realizador, su construcción fue básicamente inútil ya que la decisión de las fuerzas alemanas de no invadir se basó más en cierta permeabilidad en las fronteras con su vecino, que en la eficacia militar defensiva ante un posible ataque bélico. 

A modo de conclusión, es poco lo que aporta una de las escasas películas no latinoamericanas de una Competencia Internacional algo deslucida y por ende con pocos títulos rescatables. 

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