El filme inaugural, Les fantômes d´Ismaël (2017) -pero fuera de competencia- de la 70 edición del festival de Cannes, generó más decepción que aceptación: el realizador francés Arnaud Desplechin se presentó con un filme que podría ser definido como una caja con diversas historias en su interior -algunas más logradas que otras-, ya que los fantasmas de su protagonista Ismael (un director de cine conflictuado con su vida y arte) se aparecen en su vida entremezclados con el guion sobre la vida de su hermano que no logra realizar, su historia de amor en si misma con su pareja actual (interpretada por Charlotte Gainsbourg) más el regreso de su esposa muerta -si, así como se lee-, una extraordinaria Marion Cotilliard, que hasta realiza un desnudo completo.
Mathieu Amalric es el actor elegido para interpretar a Ismael, en este triángulo amoroso, con ribetes de humor, filme de espías y grandes conflictos filiales, que promete mucho más que lo que termina ofreciendo al espectador. Sin embargo, en el mundo caótico del filme, en especial en las escenas de la bucólica casa en el mar -con sus idas y vueltas en el tiempos-, consigue logrados momentos de muy buen cine.
Nicolás Kusmin