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CRÍTICAS

Andrómina. Fragmentos de un Insoportable Deseo.

  

 

Andrómina. Fragmentos de un Insoportable Deseo.

 

Dirección: Osvaldo Peluffo. Interpretes: Verónika Peluffo Victoria Ponte, Osvaldo Peluffo, Gabriela Espinel. Prensa: Simkin & Franco.

“Andrómina es un embuste. Un enredo con el que se pretende alucinar…” escribe en una breve sinopsis el director Osvaldo Peluffo. Lo cierto es que Andrómina claramente pretende serlo, pero difícilmente llega a lograrlo. La expectativa del público, luego de leer las palabras “fragmento”, “insoportable”, “deseo” no son mínimas ni ingenuas, y eso debe saber pelearse con la puesta en escena, pero aquí la pelea la ganan las palabras del programa de mano, o, en el peor de los casos, no hay ganador.

La narración da cuenta de dos hermanas y un “insoportable” deseo que manifiestan hacia su padre y hacia ellas mismas. El problema de Andrómina es, en primer término, que solemniza al deseo, desde un código de actuación vencido, en muchos casos, y sobreviviente, en otros. Éste último es el caso de Osvaldo Peluffo y, por momentos, de Gabriela Espinel, quienes llegan a instantes de actuación interesante y hasta rica. De todos modos, el funcionamiento del código de actuación no es un detalle menor. Es la clave con la que la obra irá a enfrentarse al mundo teatral, pero no desde un lugar valiente, en términos filosóficos, o de ruptura, sino más bien desde un apego al pasado que no se logra comprender, que hasta roza con lo paródico.

El trabajo simbólico/expresionista/semiótico o quiensabequé del vestuario y la escenografía es un componente atractivo –no en términos de belleza, sino de concepto- pero que no termina de configurarse en la escena, no funciona operativamente más que como “una idea”. Pero aún así, el espectador se siente atraído por ser el único lugar donde tendrá lugar para pensar otra cosa que lo que el texto y la actuación (de la mano) quieren decir y subrayan explicativamente.

La función del espectador merece, entonces, un párrafo aparte. ¿Cuál es la función del espectador en el teatro? Y ¿Cuál es la función del espectador en Andrómina? Estas respuestas, a simple vista, hablarían, de un modo u otro, de la actividad o pasividad del sujeto. Dicotómicamente –respetando, de esta forma, la estructura e ideología de la obra- el que especta será activo o pasivo frente a lo que ve. La actividad depende de las lagunas a llenar, del trabajo sensible y mental que éste deba afrontar. En la obra de Peluffo nada está librado al espectador, se remarca todo para que quede bien claro que ellos son los que están produciendo y no uno que se sienta a verlos. Resultado: Pasividad. Repito: entendiéndonos en la lógica de una obra que separa bueno/malo, deseo/temor, risa/llanto, actor/espectador.

 

Teatro: Beckett Teatro Guardia Vieja 3556 . Capital Federal – Buenos Aires – Argentina

Teléfonos: 4867- 5185

Web: http://teatrobeckett.com/

Entrada: $ 40,00 y $ 30,00 – Viernes – 23:30 hs

 

 

 

 

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