Ballet con Humor presenta Improntus
Dirección General: Adrián Dellabora & Claudio Gonzalez. Diseño de vestuario: Adrián Dellabora, Confección de vestuario: Jorge Tirigall, Mara & Vanina (Teatro Argentino de La Plata), Estella López (Teatro Colon), Maestro de baile y asistente: Daniel Negroni, Producción Ejecutiva y Coordinación General: Cristina Aranjuelo Prieto & Adrián Seijas. Bailarines: Martín Álvarez, Adrian Dellabora, Cesar Díaz, Ángel Gómez, Darío Lesnik, Daniel Longo, Miguel Moyano, Daniel Negroni, Rodolfo Rivarola, Adrián Seijas, Esteban Schenone, Armando Schettini.
A la hora de ponerse las puntas estos hombres son los primeros en terminar de atarse las zapatillas para mostrarnos que es posible reirnos del ballet, sin vulgaridades.
Esta compañía cómica conformada por excelentes bailarines del Teatro Argentino de la Plata y del Teatro Colon, nació hace más de 20 años como resultado de los festejos del día de la primavera en el Teatro Colon, en los cuales, solían realizarse algunos sketch donde las mujeres encarnaban el rol masculino de los ballets y los hombres el femenino. Con el correr del tiempo y el éxito puertas adentro, los hombres pensaron que sería una gran idea compartirlo con el público, ya que desestructuraba y desmitificaba algunas cuestiones de esta disciplina casi paralela al ejército.
Por ejemplo… ¿qué sucede cuando el espectador accede a lo que pasa por la cabeza de una bailarina con relación a su compañero? Si piensa que no la va a poder sostener en una levantada, si la saca de eje, si tiene mal olor, o las manos transpiradas, si se equivoca, si se queda sin aire, y miles de posibilidades que surgen en escena, con las que conviven diariamente. Esto queda maravillosamente ilustrado en el pas de deux de Don Quijote, “el clásico de los clásicos” para cualquier balletómano, con una voz en off de los pensamientos de la bailarina mientras realizan la coreografía original con un gran despliegue técnico y con un humor sutil sobre el estilo.
Hay que remarcar que para doblar la apuesta, estos bailarines tuvieron que realizar un exhaustivo trabajo para manejar las zapatillas de punta, ya que en el ballet clásico los hombres no las utilizan y en cambio, las mujeres aprenden desde muy chicas, con lo cual la práctica que tienen es mucho menor porque comenzaron de grandes y la exigencia es mucha. Con respecto a esto, ellos no tienen la intención de ser mujeres, no son transformistas, sino que se limitan a satirizar estilos y roles asumidos por las bailarinas, sin depilarse ni ponerse tetas.
Otra técnica que tuvieron que perfeccionar fue la de levantar los cuerpitos de 70 kg de sus compañeros y hacerlos ver como princesas delicadas que vuelan por el aire. En este sentido tienen que ayudarse mutuamente y no esperar tranquilos a que el compañero los levante porque sino se muere en el intento, pero se las arreglan, ya que las coreografías originales no se tocan si no es para darle alguna sutileza humorística.
Por otro lado, una de las partes más memorables de este espectáculo es “Las cuatro al paso”, una parodia a una maestra que está corrigiendo a las bailarinas en un ensayo, interrumpiendo para dar indicaciones todo el tiempo y gritando exasperadamente. Lo cierto es que esa voz en off no es ningún invento, sino que pertenece a una ex directora del Ballet del Teatro Argentino de La Plata que fue grabada en un ensayo sin que se entere, y algún tiempo después, al enterarse, se convirtió en una fan del trabajo de esta compañía.
La fuente de inspiración es la vida diaria en este trabajo, cada vez que en una clase o ensayo de alguno de estos dos teatros surge algo gracioso o algo que no sale bien, los bailarines se miran y dicen: “ ¡Esto es para el Ballet con Humor! ”
Lucen un vestuario realizado por gente especializada, excelentes tocados y pelucas acordes a cada personaje y unas buenas zapatillas de punta en talles especiales. Existen muchos detalles increíbles más, pero contarlos sería arruinar el factor sorpresa, muy valioso en este espectáculo para reírnos casi sin respirar, desde que entramos hasta que salimos.
Teatro: Centro Cultural Borges – Viamonte y San Martín
Funciones: domingos a las 20:00 hs.
Entradas: De $60 a $90