Cruzar los límites
Dirección & Autoría: Martín Vives. Diseño de Luces: Alejandra Stempelatto. Producción General: Martín vives. Escenografía: Gabriel Mazza. Diseño Sonoro: Alejandra Stempelatto. Asistencia de Dirección: Alexander Gamboa. Elenco: Eduardo Finkielsztein, Graciela Pechersky, Marie Mazza, Pablo Samaja, Anahí Harboure, Sebastián Giménez, Alexander Gamboa, Marie Mazza. Prensa: Karim González.
Cruzar los límites pretende mostrar un camino de exploración hacia la mente de un artista encarnado por Eduardo Finkielsztein (Federico), pintor más precisamente, que no logra encontrar su inspiración. Pero más que un artista en busca de su obsesión por el arte mismo y por su trabajo, la obra me pareció una reiteración y exageración de la obsesión, per se, por una mujer y por una misma temática: “el amor” (algo bastante trillado si no tiene un atractivo por demás original).
Si bien la actuación de Eduardo Finkielsztein, como Federico y de Sebastián Jiménez, como Juan, son lo que rescato de esta obra, aunque no sobresalientes, ni mucho menos, lo que resta de la misma me dejó con un gusto amargo y una sensación de carencia, sin reflexión ulterior, radicada en una historia, en donde todo hace ruido. Diálogos completamente circulares, escenas confusas y reiterativas, personajes poco elocuentes y poco creíbles, la eterna reiteración, así fue como la sentí, de la misma situación, una y otra vez, sin siquiera un final concluyente, una vuelta de tuerca, algo que sorprenda al espectador minímamente y que genere un gancho o una reflexión.
Sin embargo, lo que más me perturbo, y quiero hacer especial hincapié en esto, es el lenguaje que utilizan los personajes. Distante de la realidad en la que vivimos e incluso distante de cómo esta obra estaba ambientada. Este lenguaje, clásico, neutro y con aires shakespeareanos, debe ser utilizado solo si tiene un fin concreto o si es relevante para la trama y la obra en su totalidad, pero en este caso no hacía más que, de alguna manera extraña, rozando lo bizarro, ridiculizar a los personajes y a la historia convirtiéndola, finalmente, en algo cada vez menos creíble. Supongo que lo que el director quiso darle es una suerte de aire Shakespeare Apasionado, Desde el aspecto temático y lingüístico, malogrado por cierto.
En fin, no tengo mucho más para decir, salvo que este drama lo único que me deja es un gusto amargo, no genera intriga y no implica ninguna novedad, atractivo, ni originalidad, en ninguno de todos sus aspectos.
Teatro: Teatro Cabildo – Av. Cabildo 4740
Reservas: 4703 – 1412
Funciones: Sábados 21:30hs