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CRÍTICAS - CINE

El Tiempo de los Amantes (Le Temps de L’Aventure)

(Francia/ Bélgica/ Irlanda, 2013)

Dirección y Guión : Jérôme Bonnell. Elenco: Emmanuelle Devos, Gabriel Byrne, Gilles Privat, Laurent Capelluto, Denis Ménochet. Producción: Edouard Weil. Distribuidora: CDI Films. Duración: 104 minutos.

La urgencia de la aventura.

El tiempo no solo es una unidad de medida sino que es en realidad un concepto clave de nuestra vida moderna, bajo el cual desarrollamos y asimos toda nuestra existencia. Nada escapa tanto a nuestro entendimiento como el tiempo, y sin embargo, organizamos todo bajo su influencia y la de los artefactos que pretenden medirlo. El Tiempo de los Amantes (Le Temps de L’Aventure, 2013), la última película escrita y dirigida por Jérôme Bonnell, narra la búsqueda de un punto de escape de la vida cotidiana, de las responsabilidades, del tiempo como rutina a través del amor.

Mientras las agujas del reloj corren y las citas, castings y responsabilidades esperan, las miradas de un hombre y una mujer se encuentran en un tren de camino a París. Alix (Emmanuelle Devos) es una actriz de teatro que vive en París pero que viaja bastante a la periferia por trabajo, y Doug (Gabriel Byrne) es un personaje enigmático con un semblante taciturno y abatido.

Todo el día de Alix está organizado para su aprovechamiento óptimo y no hay lugar para la distracción, pero el intercambio de miradas con Doug lo cambia todo. Alix decide abandonar su cotidianeidad en busca de este desconocido de mirada triste y de una aventura que quiebre esta lógica temporal insoportable. Después de varios intentos de comunicarse con su novio, Antoine, Alix sale en busca de Doug a la Iglesia de Saint Clotilde y se embarca a lo desconocido.

La crisis económica y social europea aparece solapada como un despertar a la realidad en la situación económica de Alix, que busca dinero perdido en los cajones y recurre a préstamos de su hermana, con la que tiene una relación de tensión y rencor que se manifiesta rápidamente en comentarios hirientes y en euros que no salen con facilidad de su monedero. El primer mundo no es para la clase trabajadora y el tiempo del trabajo y del dinero no es claramente el tiempo de los amantes.

El tiempo de la aventura surge como una urgencia de escapar de la vida cotidiana. La figura de los amantes -a través del placer y la adrenalina del encuentro prohibido- es la escapatoria por excelencia de la rutina, pero el acto sexual siempre finaliza y el regreso a la cotidianeidad es duro, pausado, plagado de dudas, de posibilidades y arrepentimientos. Con la urgencia disipada por el placer del encuentro sexual, el tiempo medible de las responsabilidades vuelve a la carga y la despedida de los amantes se hace interminable pero necesaria. Ninguno tiene la palabra justa ni la voluntad de romper con todo, sumirse y autodestruirse en la pasión. El tiempo de la aventura también es tirano.

calificacion_3

Por Martín Chiavarino

 

Contenerse en un extraño.

Un oficio, un escape, un sentimiento, una emoción, una aventura. La soledad. Día a día las personas montan un personaje y así salen a la calle, hasta que algo tan simple como una mirada despierta su verdadero ser. Así surge una encrucijada: ¿debe seguir uno al corazón o al reloj de la cotidianidad?

El Tiempo de los Amantes narra un momento específico en la vida de Alix (Emmanuelle Devos), una actriz que -a raíz de un casting- se cruzará en el tren con Douglas (Gabriel Byrne), un hombre del cual poco se sabe. Luego de cumplir con su trabajo, Alix irá a buscarlo. Nuevamente las miradas juegan un rol protagónico: él, inmerso en una tristeza profunda, y ella, desconcertada y temerosa. Entre medio, el personaje de Devos no puede evitar el “cable a tierra” que la trae a la realidad: comunicarse con su novio y la búsqueda desesperada de dinero, consecuencia de la crisis europea actual.

Bonnell consigue retratar un encuentro apasionado, casual. Ambos personajes se refugian y contienen en el otro, sin siquiera conocerse. De esta forma, la figura del amante surge como una necesidad hasta inevitable. El deseo de buscar lo nuevo, de encontrar la contención en alguien, hace que Alix postergue sus responsabilidades sólo para estar un rato más con Doug.

El metraje trata una situación compleja, no sólo desde el punto de vista de la infidelidad, sino del deseo personal de romper con las estructuras que uno mismo se impone. El guión y las actuaciones acompañan el concepto. La tensión, el miedo y el deseo se entienden a través de las miradas, al punto de generar empatía con los personajes y su contexto.

Por otro lado, un gran elemento que Bonnell utiliza es la música. A pesar de lo que las calles de París y su cultura dejan entrever, las melodías son el sonido perfecto que resuena en la consciencia de Alix. El Tiempo de los Amantes no deja conclusiones, sólo incógnitas. ¿Por cuánto tiempo puede salir uno del personaje que se crea para vivir?

calificacion_3

Por Fernanda García Arroyo

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