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CRÍTICAS - CINE

Fuera de Juego

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Fuera de Juego (Argentina / España 2011)

Dirección: David Marques. Guión: Rafael Calatayud Cano, Kiko Martinez. Producción: Carlos Mestasti, Hernán Musaluppi, Oscar Marcos Azar, Kiko Martínez. Elenco: Fernando Tejero, Diego Peretti, Hugo Silva, Carolina Pelleritti, Laura Pamplona, José Sancho, Chino Darín, Patricia Montero, Iker Casillas, Martín Palermo, Ricardo Darín, Pascual Condito. Distribuidora: Warner. Duración: 103 Minutos.

Cursi y con poca rudeza

“El fútbol es el fútbol” dice el tío (Papá Darín) a Diego (Peretti). Sí, fútbol es fútbol y cine es cine. Hay muchas películas sobre deportes, desde dramas motivadores a comedias satíricas. La mayoría son fallidas. Quizá lo mejor que se haya hecho sobre el tema es Un Domingo Cualquiera, de Oliver Stone, que en realidad no habla sobre el deporte per sé sino sobre el “negocio” del deporte. Fuera de Juego, cuarta obra del español David Marqués, tampoco habla del deporte, sino también del “negocio” del fútbol.

Hace unos años, el mexicano Carlos Cuarón también abordó el tema pero introduciendo un poco de tensión deportiva en Rudo y Cursi, comedia dramática con Diego Luna y Gael García Bernal. El problema es que sufría de un guión demasiado torpe, sin tensión, poco imaginativo y sin gracia. Lo único genuinamente divertido de la película era el personaje de Batuta, el representante argentino chanta que interpretaba, con oficio, Guillermo Francella, el mismo actor que inmortalizara la frase “un hombre puede cambiar su auto, su casa, su trabajo, su mujer, pero nunca puede cambiar su pasión” en El Secreto de sus Ojos -acaso la mejor película que habla de fútbol, sin tratar específicamente de fútbol-.

Por desgracia, Francella no está en Fuera de Juego -qué bien le hubiese venido a la película-.

Esta coproducción español-argenta narra la historia de un ginecólogo llamado Diego que, por hacerle un favor a su tío, debe hacerse pasar por representante de una joven promesa futbolística que está por entrar en el Real Madrid de España. La cuestión es que Diego había decidido alejarse del deporte después de que sus sueños de ser futbolista fueran anulados por su padre y su tío cuando era chico. Ahora es realmente un ignorante absoluto del fútbol y solo acepta el trabajo por el dinero. Sin embargo, en España, el chico Gustavo Cesar tiene otro representante, Javi, un español tan chanta como el peor de los argentinos, que había hecho negocios con la familia cuando Gustavo aún era niño. Javi solo piensa en fútbol pero se dedica a vender jugadores preadolescentes a ligas de tercera división y animar fiestas. Cuando Gustavo se convierte en crack, Diego y Javi tendrán que juntarse para concretar la venta con el Madrid aun cuando Javi quiere engañar constantemente a Diego.

La película tiene demasiados giros narrativos para un guión tan predecible, esquemático, aburrido y poco ingenioso. Si las numerosas vueltas resultan poco atractivas, peor es la puesta en escena, carente de toda imaginación a nivel visual, con formato televisivo, casi como una sitcom mediocre y con chistes malos.

Además de diálogos imposibles de racionalizar se van acumulando subtramas que no solo son poco originales y se relacionan con personajes estereotipados, sino que también terminan siendo forzadas, incoherentes y sin resolución. La subtrama de cómo Avi descuida su pareja por su obsesión por el fútbol, por ejemplo, ocupa tanto espacio innecesario que opaca la historia central -la tensión acerca de la venta de Gustavo Cesar y el cambio emocional del personaje de Diego-.

En medio de esto hay acumulación de clisés y lugares comunes. Fuera de Juego desperdicia escenas de suspenso y algunos gags por culpa de las poco carismáticas interpretaciones del elenco argentino. Tanto Peretti como Pelleritti habían brindado solventes actuaciones en ¿Quién Dice que es Fácil?; acá no queda ni un destello de creatividad en ninguno ya que Marqués no los aprovecha. En vez de eso, estos dos actores funcionan mecánicamente para acompañar al elenco español, que se ve más cómodo con sus personajes (juegan de locales después de todo). Sin embargo, sufren de un timing de comedia televisiva que deja afuera cualquier tipo de expresión sutil, mejor apreciada en pantalla gigante. En este sentido, España solo le gana 1 a 0 a la Argentina.

Hay numerosos errores en la puesta en escena, personajes que aparecen y desaparecen de manera azarosa, chistes que no tienen conclusión. Entre tanta torpeza narrativa y audiovisual, la sorpresiva aparición de Martín Palermo termina siendo lo más divertido de la película, ya que juega continuamente con la complicidad y la información del espectador. Sin embargo, se sabe que en diez años el chiste no va a tener gracia, ya que estamos frente al mismo síndrome de oportunismo que sufren películas como La Pistola DesnudaY ¿dónde está el piloto?Scary Movie -aunque al menos éstas tienen otros gags que les permiten seguir siendo divertidas-.

Amorfa y obvia, Fuera de Juego parece confirmar que el fútbol y el cine son pasiones que no se deberían mezclar. A pesar de contar con actores de mucho peso, si el guión y la dirección son fallidas, el film no camina. Como el Boca del 95’ de Carlos Bilardo: muchas estrellas y ningún campeonato.

Esperemos que haya revancha con Metegol

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