La Era de Hielo 4 (Ice Age 4: Continental Drift, Estados Unidos, 2012)
Dirección: Steve Martino y Mike Thurmeier. Guión: Michael Berg y Jason Fuchs. Elenco: Nick Frost, Aziz Ansari, Ray Romano, Denis Leary, John Leguizamo, Queen Latifah. Producción: John C. Donkin y Lori Forte. Distribuidora: Fox. Duración: 88 minutos.
Los cataclismos del pasado.
Históricamente los largometrajes de animación mainstream dirigidos al público infantil han reproducido una y otra vez la estructura prototípica de las fábulas moralistas con vistas a educar a los pequeños en tanto consumidores, transmitirles algún mensaje orientado hacia “el lado luminoso de la vida” y garantizar que los padres se queden con la conciencia tranquila en lo referido al combo pedagogía/ entretenimiento (aunque -por supuesto- no nos engañemos, la mayoría de los adultos se conforman con el segundo eslabón del díptico). Durante las últimas décadas, el mercado experimentó una reconversión oligopólica en la que todos los estudios hollywoodenses luchan entre sí con sus respectivos tanques infantiles.
De ese estado de cosas surgió un binomio temático/ formal que guía el proceso productivo: por un lado, tenemos los films que se juegan por una narración más o menos tradicional con toques esporádicos de comedia y, por el otro, están las obras que se desentienden en buena parte de la historia para abrazar, en cambio, una suerte de “colección de gags”, en la que la velocidad es el factor predominante. Estas “certezas” de hasta hace muy poco tiempo desaparecieron paulatinamente debido a que Pixar y DreamWorks -los dos baluartes contrapuestos del binomio- comenzaron a pervertir la fórmula y a utilizar características distintivas de la competencia, logrando que las definiciones taxativas ya no fueran posibles.
Así llegamos a una cartelera en la que La Era de Hielo 4 (Ice Age: Continental Drift, 2012), el caballito de batalla de la Fox, debe enfrentar a Madagascar 3: Los Fugitivos (Madagascar 3: Europe’s Most Wanted, 2012), representante máximo del humor episódico, circunstancia de la que sale ganando -para sorpresa de muchos- la manada africana. Mientras que ambos convites respetan a rajatabla la premisa central que los catapultó al éxito, la diferencia realmente significativa se da en términos cualitativos: el guión de La Era de Hielo 4 muestra indicios irrevocables de cansancio al replicar diálogos, entorno y salidas cómicas de las entradas anteriores, pero sin la imaginación de antaño.
En contraposición, Madagascar 3 es, por lejos, la más caricaturesca de la saga y cuenta con una andanada de chistes muy eficaces (por lo disfrutable y ligera hace recordar a aquellos cartoons clásicos de la Warner). A decir verdad, la “franquicia helada” ya venía sufriendo el hecho de no poder alcanzar el nivel de la original, -la maravillosa La Era de Hielo (Ice Age, 2002)-. De hecho, sus dos secuelas –La Era de Hielo 2 (Ice Age: The Meltdown, 2006) y La Era de Hielo 3 (Ice Age: Dawn of the Dinosaurs, 2009)- fueron productos correctos gracias al desempeño de Carlos Saldanha, único realizador estable de la serie y quien tuvo la visión de encarar un proyecto personal que eventualmente se convirtió en la excelente Rio (2011).
Quizás hubiese sido más prudente detener la factoría en el capítulo anterior o abandonar en parte el enclave “road movie de reencuentros en un pasado plagado de desastres naturales”, pero nunca lo sabremos por esta insistencia en volver sobre los mismos latiguillos y paradigmas de siempre (de hecho, aquí solo Sid y su abuelita entregan comentarios ingeniosos y funcionan como catalizadores de situaciones interesantes). Scrat, en tanto, en su eterna búsqueda de la bellota perdida, separa los continentes y a los muchachos no les queda más opción que emprender el viaje para que Manny pueda reunirse con su familia. Y mientras eso pasa, los directores Steve Martino y Mike Thurmeier ofrecen una obra rutinaria que no aprovecha el formato en toda su dimensión.
Por Emiliano Fernández