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Cine - Críticas

La Red Social (Reestreno)

Red Social (The Social Network, EE.UU., 2010)

Dirección: David Fincher. Guión: Aaron Sorkin, basado en la novela Multimillonarios por Accidente, de Ben Mezrich. Producción: Dana Brunetti, Ceán Chaffin, Michael De Luca, Scott Rudin. Elenco: Jesse Eisenberg, Andrew Garfield, Justin Timberlake, Armie Hammer, Max Minghella, Rooney Mara. Duración: 121 minutos. Distribuidora: Sony.

Críticas previamente publicadas al haberse realizado el estreno comercial.

Un film épico sobre acontecimientos actuales.

Red Social describe cómo, quiénes y qué consecuencias tuvo el lanzamiento de la plataforma Facebook, con una óptica similar a la de El Ciudadano, como en todo ascenso tambien existe una caída (én éste caso particular, la caída es parcial) sin olvidarnos de ejemplos como Juegos de Placer, entre tantos otros films.

Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg) es el actual y real, multimillonario más jóven del mundo, creador de la red anteriormente mencionada. Si nos detuviésemos a buscar algúna personalidad que haya estado ubicada en éste podio con anterioridad, indefectiblemente deberíamos hablar de Bill Gates, sus vidas están entrelazadas, distintas décadas, similares comportamientos. No por nada, el magnate de Microsoft tiene una pequeña participación en el film, interpretándose a sí mismo.

Mark es un talentoso nerd, de aquellos extremadamente inteligentes que junto a sus compañeros de cuarto, todos dedicados al desarrollo de distintas plataformas de programación, se considera excluido del resto, su anhelo es el de ser invitado a “clubes exclusivos” a los cuales por su condición e imagen no cuadra en los parámetros de los superficiales prestigios de inclusión. Su novia del momento lo deja y le destaca que no será un hombre que no pueda conseguir mujeres en su vida por su característica de “nerd” sino por su interminable competencia en convertirse en un cretino. Como premisa del film, vemos a esta pareja conversando en un bar, un diálogo de lo más mordaz y en cierta manera resumiendo gran parte de los mayores conflictos que veremos presentes en el film. Un muy buen ejercicio de presentación del personaje principal, Mark.

Dentro de la vida del magnate sus vinculos amistosos son los que generan sus mayores conflictos. Un juicio por plagio de idea, otro por una desvinculación de la firma…algunos por apenas conocidos y otro por su mejor amigo de facultad, con quien surgió la implementación a partir de un algoritmo compartido.

David Fincher (Pecados Capitales, La Habitación del Pánico, Zodíaco, El Curioso Caso de Benjamin Button), con una filmografía que ya lo cataloga como uno de los mejores directores de los tiempos que corren, aquí sin contar con elementos fantásticos ni tecnología de efectos, se interioriza de lleno en una historia, en un magnífico guión del incisivo Aaron Sorkin, quien trabajase a las órdenes de Rob Reiner en Cuestión de Honor y Mi Querido Presidente, puntapié que le sirvió para guionar la serie The West Wing.

Jesse Eisenberg (Historias de Familia, Supercool, Zombieland) acaparó la atención por sus excelentes interpretaciones y fisique du rol a partir Cosas de Hombres, de allí en adelante, los trabajos encomendados al actor, si bien bastante parecidos entre sí, con aspectos en común, no dejan de asombrar, su verborragia, acelerada dicción y sensación de bondad, hizo que éste sea considerado para el rol principal, dentro del cual no pasa desapercibido, ni tampoco se ve diferencia alguna del resto de sus trabajos debido a que el guión se ubica muy por arriba de toda interpretación posible en el film.

El cast se completa con Andrew Garfield como el co-creador de Facebook, personaje que conduce el relato hacia las aguas de la culminación de una amistad y a Justin Timberlake, interpretando al creador de Napster, otro programador con la experiencia que al dúo le falta para globalizar la red social.

Red Social es un film imponente, importante, de aquellos que no van a ser fácilmente olvidables sino por el contrario, espero, fomentarse como el éxito que comprendió Facebook en las vidas de todos aquellos que lo utilizamos.

Red Social lo merece.

delorenzo@asalallenaonline.com.ar

Hombre Solitario III: La Gallina de los Huevos de Oro

¿Será acaso recordado como el 2010 el año de la soledad? ¿Cuanta más tecnología tenemos a nuestro alcance, más rápido envejecemos y más solitarios nos volvemos?

Entre Michael Douglas (Hombre Solitario, Wall Street) y Adrián Suar (Igualita a Mí), quedó demostrado que es así. Incluso Leo Di Caprio está bastante solo en el mundo (La Isla Siniestra, El Origen). ¿Por qué vemos las mejores demostraciones de lo que significa la amistad en películas animadas que valoran las amistades entre juguetes o la que podría llegar a existir entre un chico y su mascota… un dragón?

¿Acaso la amistad está muriendo en el siglo XXI? Ya murió el amor para muchos… ¿la amistad sigue sus pasos?

Claro, uno se justifica diciendo: “no… como voy a estar solo si tengo 500 amigos en el Facebook”

¿Pero será verdad eso, o solo una declaración de la soledad en la que está inmerso?

Red Social es una película… antisocial en todos los aspectos.

Por un lado, nos muestra la vida Mark Zuckerberg (Eisenberg), un joven brillante, un genio en matemáticas y computación, que vive dentro de su mundo de datos como John Nash o inclusive Raymond Babbitt, resentido porque su novia lo deja por ser un estúpido egocéntrico, misógino en cuanto a su visión de las mujeres, superficial y completamente aislado del mundo. Tiene compañeros de habitación, un seudo amigo al que llama cuando lo necesita y extrañamente no tiene ningún, ningún vínculo familiar. Durante 2 horas de película es un personaje que vive hablando y tirando datos, datos y datos, pero no parece humano. De hecho… ¿quiénes son verdaderamente amigos en una película que habla sobre el Facebook? Ninguno. Eso sí. Todos se volvieron millonarios.

Desde otro punto de vista, la película parece imitar al personaje, al creador de la Red Social. Se trata de un film tan frío y estadístico como Zuckerberg. Una genialidad de guión acaso, pero tan ávido de sentimientos genuinos como cualquier comedia adolescente de los últimos años. Un ente solitario flotando en el ciberespacio cinematográfico, difícil de comparar con otras películas.

¿Acaso Zuckerberg es un Charles Foster Kane en potencia? Puede ser. ¿Acaso ha llegado a tener el poder de un Michael Corleone? Sí. ¿En que coinciden todos estos personajes? Todos terminan SOLOS. Y Zuckerberg tendrá poder y millones, pero terminará igual. Por lo menos eso muestra la película. Es un intocable. Nadie lo puede tocar. Se sugiere pero no se muestra. Y en los momentos más introvertidos, el personaje se encuentra solo, escribiendo en su computadora (como yo en este momento ja). ¿Acaso la computadora, la mejor fuente para “buscar pareja” en la actualidad no se trata del aislante más efectivo que tiene el mundo?

Fincher y Sorkin son responsables de una “maravilla” cinematográfica según el cristal del que se mire.

Tenemos diálogos creíbles, sofisticados, divertidos, irónicos, inteligentes que llevan una carga metafórica intensa. Hay escenas (aisladas, por supuesto) llenas de creatividad como la parábola entre la situación que viven los personajes de Zuckerberg y Saverín (co fundador del Facebook) y lo que este último hace con una gallina. Pero sobre todo, va a ser recordada por un prólogo y un epílogo de antología. Sutil pero a la vez directo discurso sobre el amor, el consuelo y la soledad.

Narrativamente es clásica, pero a la vez tiene sus vueltas de tuerca. Por ejemplo, no es la historia de Zuckerberg como se vende a primera vista. Si bien los 45 primeros minutos aproximadamente se centran en él, después toman protagonismo los gemelos Winklevoss y Divya Narendra, quienes acusaron a Zuckerberg de robarle la idea, (la secuencia acaso más irónica y humorística del film), y posteriormente la relación de Zuckerberg con Saverín y su contrincante, Sean Parker, creador de Napster, en un tono más dramático. Pero al final, todo gira alrededor del verdadero protagonista de la historia.

El guión de Sorkin es casi perfecto. Un poco discursivo, es cierto, y en el final tres personajes elementales quedan olvidados, pero aún así son elementos minúsculos de un guión soberbio y superlativo.

A nivel visual es impecable. Uso y abuso de marrones, verdes y tonos barrocos son característicos en su filmografía y no faltan en esta obra. El problema es que sufre de la falta de personalidad autoral que tienen el resto de las sus películas. Me he preguntado en noches desveladas… ¿de que trata el cine de Fincher? Si Spielberg siempre habla del divorcio, si Burton habla de la reconciliación de los hijos con la familia, si Woody Allen habla de relaciones inadecuadas (y así podemos seguir con cada uno de los “maestros” del cine) de que habla Fincher no logro averiguarlo. En un comienzo hacía vibrantes thrillers con finales inesperados. Después de El Club de la Pelea, se puso más convencional acaso, y tras La Habitación del Pánico abandonó el género directamente (considero a Zodíaco un drama épico). Pero ¿cómo encuandran Benjamin Button y Red Social en su filmografía no logro definirlo. El hecho de “pertenecer” a un club o sociedad es el punto de partida de esta película y El Club… inclusive de Al Filo de la Muerte (The Game). Humanizar las películas de asesinos seriales, dándole una explicación moralista e incluso existencialista a los asesinatos fue el tema de sus dos mejores obras, en mi opinión, las más destacadas visualmente, menos pretenciosas e incluso mejor actuadas como son Zodíaco y Pecados Capitales. Acaso las dos únicas obras con… alma.

Red Social carece de eso. Quizás es a propósito, pero no lo creo. Fincher fue llamado a hacer esta película tras cierta “desilusión” que terminó siendo Benjamin Button. Y lo que hizo fue un superficial, pero a la vez soberbio trabajo técnico. El montaje es excelente. La fotografía maravillosa y también se destaca en un rubro donde generalmente no le dan crédito: la dirección de actores. Si Fincher puede sacar una interesante interpretación (pero no asombrosa como decía algunos) de Justin Timberlake, y lograr que Jesse Eisenberg, que siempre ha interpretado a personajes “nerd”, lo haga una vez más pero con tal profundidad dramático y sicótica, al punto que asusta cada tic, cada gesto que tiene el personaje es porque en ese sentido tambien la tiene clara. Pero dirigir es más que eso. Es poner el corazón, el mentón, la frente, el pasado, la historia familiar, la memoria emotiva en función de la obra. Eso diferencia a un muy buen director de un artista cinematográfico. Hay directores que corren riesgos y fracasan, pero la intención y el sentimiento es tan honorables, que las “fallas” quedan perdonadas, pero Fincher es demasiado perfeccionista en este sentido. Ben Affleck o Clint Eastwood, son más sentimentales y falentes, pero sus obras, al menos respiran humanidad.

Pueden llamarlo “director intelectual” a Fincher si quieren, pero lo cierto es que hubo directores intelectuales como Kubrick, Welles o Hitchcock que componían sus películas con sentimientos autóctonos. Fincher es un Zuckerberg en potencia. Esperemos que con la adaptación de Los Hombres que no Amaban a las Mujeres, volvamos a encontrarnos con la tensión y los excelentes climas logrados en Pecados… y Zodíaco (al menos espero que sea mejor que la adaptación sueca).

Igualmente, lo que más me llamó la atención en forma negativa de Red Social, y que no escuché decir a nadie es lo misógina que es. No hay un solo personaje femenino fuerte o interesante, excepto por Erica, la antigua novia de Mark (Rooney Mara, la actriz de la versión de Fincher de los libros de Larsson). El resto son puro objeto sexual, casi inerte. Al igual que los personajes de las comedias sexuales universitarias. ¿Serán así realmente las mujeres en Harvard? ¿Será que Fincher/Sorkin solo quería mostrar lo que ven, obsesiona a los protagonistas? ¿O será que ellos mismos en su afán de convertirse en futuros Zuckerberg/Saverín/Parker son tan misóginos como ellos?

Volviendo a la película destaco las interpretaciones de Eisenberg como Zuckerberg. Sin duda, su mejor actuación. Esperemos que lo ayude a salir del encasillado rol de “nerd looser”. Andrew “Hombre Araña” Garfield, se come la mitad de la segunda parte con un personaje clásicamente estadounidense y casi hitchcoiano: “el buen tipo traicionado”, y me encantaron el novato Armie Hammer en el doble rol de los gemelos Winklevoss (las diferencias en las personalidades, están muy bien trabajadas) y del ascendente Max Minghella (hijo del finado Anthony), del que pronto se va a ver una gran actuación en Agora de Alejandro Amenábar.

¿En que quedamos? Red Social puede ser la película más importante hecha sobre un tema contemporáneo. Está llevada a cabo con inteligencia y sagacidad por dos hombres que conocen muy bien su oficio como Fincher y Sorkin. ¿Es la película del año? No tiene la impronta. Además, el año no terminó.

 Mientras, espero LA obra del 2010, voy a ir posteando esta crítica en Facebook. Y aunque no creo que lea, la quiero terminar dándole un consejo a Mark Zuckerberg. La dijo el mejor filósofo del siglo XX:

“Nunca seas socio de un club que te acepta como miembro”

weisskirch@asalallenaonline.com.ar

Podés subir comentarios, fotos, videos. Facilita reencuentros, posibilita nuevas amistades. Sirve como herramienta de promoción y, sobre todo, de ocio. Es una fiesta virtual a la que todos estamos invitados, y también un paraíso para psicópatas obsesivos. Lo usan desde niños hasta abuelos. Llegó hace poco y cambió nuestras vidas, para bien o para mal. ¿Alguien duda de que haya un antes y un después de Facebook?

Ahora tenemos la posibilidad de conocer cómo empezó este fenómeno, y descubrir al genio detrás del asunto: Mark Zuckerberg. Claro que, como suele suceder con las mejores obras, de fondo podemos encontrar historias interesantes, a veces cómicas, casi siempre trágicas.

David Fincher vuelve a demostrar que, junto a Zack Snyder, es el mejor director estadounidense surgido del corazón de Hollywood durante los últimos veinte años. En Red social, pese a que los avances tecnológicos son uno de los temas centrales, casi no hay siquiera planos de pantallas de monitores, y la puesta en escena es bien clásica, sin movimientos de cámara alocados, pero muy precisa. La estructura es no lineal, ya que va y viene entre oficinas de abogados (cuando la relación entre los protagonistas se vuelve pésima) y los cuartos de Harvard y California. Si bien la película es un drama sobre hechos y personas, hay elementos de thriller, sobre todo cuando los personajes principales son acusados de plagio o son acosados por ex novias algo alteradas o empiezan a traicionarse entre sí. En estos casos, la música a cargo de Trent Reznor (vocalista e ideólogo de Nine Inch Nails) contribuye a generar un clima oscuro e impredecible. Recordemos que Fincher se hizo de un nombre dirigiendo thrillers de suspenso, empezando por la excelente Pecados capitales.

Por supuesto, es difícil conseguir un buen resultado si no se cuenta con un guión sublime. Aaron Sorkin no sólo es un escritor de talento envidiable; también es un maestro a la hora de retratar las intimidades de instituciones poderosas y respetadas, no importa lo horrendos que sean esos detalles íntimos. Si no, chequeen films como Cuestión de honor y la serie The West Wing. Aunque Facebook es el eje de Red social —que se basa en el libro Multimillonarios por Accidente, de Ben Mezrich—, Sorkin cuenta una historia de amistades que se rompen; de como las puñaladas por la espalda se vuelven habituales en el mundo de los negocios, sobre todo cuando hay en juego cifras monstruosas. Es la historia de una creación que supera a los creadores, de egos descontrolados. Además, Sorkin pinta un fresco de las prestigiosas universidades del Primer Mundo, con sus fraternidades, sus ritos de iniciación, los excesos, las influencias, el poder.

Jesse Eisenberg ya era un actor talentoso, con una apatía tierna como rasgo característico de sus personajes. Pero su interpretación de Mark Zuckerberg es la mejor de su corta carrera. A Zuckerberg no se lo retrata ni como un ángel ni como un demonio. Es un joven genio, arrogante, pero también un muchacho lastimado, cosa que lo vuelve resentido y le da impulso a concretar sus más locas ambiciones. Y Aunque construye un imperio desde un cuarto de la universidad, Mark Z. sólo quiere ser aceptado por sus pares (sobre todo, por las chicas). Algo así como un Charles Foster Kane contemporáneo. Pero terminará perdiendo mucho de lo que más ama. Lo dice el slogan: “No haces 500 millones de amigos sin ganarte algunos enemigos”.

Justin Timberlake hace de Sean Parker, famoso por crear Napster, el programa de descarga de música que le valió juicios y odios por parte de la industria discográfica. Parker es tan soberbio y brillante como Zuckerberg, pero también es más sensual y sexual, y su visión de los negocios impulsa el crecimiento de Facebook. Al igual que Eisenberg, aquí la estrella pop tiene el papel de su vida. De hecho, en distintos foros están pidiendo que lo nominen al Oscar como Actor de Reparto.

La película también es una buena oportunidad para ir conociendo a Andrew Garfield, el nuevo Peter Parker en la próxima película de El hombre araña. Aquí encarna a Eduardo Saverin, socio de Zuckerberg, sobre todo en el aspecto financiero, antes de pelearse a muerte con él. Un actuación correcta y sobria, la de Garfield (que no es ningún gato adicto a las lasagnas).

Caso curioso es el de Armie Hammer, que interpreta dos personajes: los gemelos Cameron y Tyler Winklevoss. A la buena tarea del actor se suma el prodigio técnico, porque es imposible distinguir el trucaje. Sin dudas, las mejores escenas de un actor haciendo de hermanos gemelos desde Pacto de amor, de David Cronenberg.

También aparece Rooney Mara en un rol pequeño pero crucial: es la ex novia de Mark, la que lo abandona por no entenderlo; pero gracias a su incomprensión ayuda a la génesis del LibroCaras. Hasta hace poco, Mara sólo era conocida mínimamente por protagonizar Pesadilla en la calle Elm, pero actualmente interpreta a la nueva Lisbeth Salander en The Girl with the Dragon Tattoo, remake hollywoodense de Los hombres que no amaban a las mujeres, policial sueco basado en el bestseller de Stieg Larson. En The Girl… también está siendo dirigida por Fincher.

¿Es preciso ser usuario de Facebook o al menos saber qué es para entender la película y no quedarse afuera? A esta altura, ni nuestros abuelos son ajenos a la existencia de Facebook. También es cierto que si Fincher, Sorkin y el resto del equipo técnico y artístico filmaban la historia del creador de, por ejemplo, los escarbadientes, el resultado no hubiera sido menos fascinante.

Red social es una de las películas del año y una de las favoritas —si no es LA favorita— para llevarse varios premios Oscar el año próximo. Veremos qué sucede en los próximos meses. Por lo pronto, empezó a marcar tendencia: ya se habla de un film sobre Google. No sería extraño que quieran hacer algo acerca de Twitter, también. ¿Y con Youtube como tema central? Si detrás de cámara se involucra gente capaz, los resultados pueden ser igual de positivos. Internet da para todo.

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orta@asalallenaonline.com.ar

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