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CRÍTICAS - CINE

Led Zeppelin: Celebration Day

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Led Zeppelin: Celebration Day (Reino Unido, 2012)

Dirección: Dick Carruthers. Intérpretes: Robert Plant, John Paul Jones, Jimmy Page, Jason Bonham. Distribuidora: The Other Screen. Duración: 124 Minutos.

Led Zeppelin: Celebration Day representa la grabación del último recital de la banda, aquel que reuniera a tres de los cuatro miembros originales de la banda y a Jason Bonham, hijo del fallecido baterista en el O2 Arena de Londres. El evento tuvo lugar en el 2007, 27 años despues del último tour oficial de la banda, en el marco de un concierto homenaje al productor Ahmet Ertegün. Fueron sólo 16 canciones las que tocaron aquella noche, pero fue más que suficientes para recordarle a la humanidad, como si acaso fuera necesario, lo grande que era la banda del dirigible de plomo.

Desde un punto de vista estrictamente cinematográfico, la obra de Dick Carruthers no aporta innovación alguna, y no logra sorprender al espectador de ninguna forma. La cámara falla en su intento de aportarle un sentido audiovisual al recital. El espectador no ve nada que no hubiera visto de haber estado ahí, no hay un posicionamiento que llame la atención, ni un trabajo de montaje que construya significado alrededor de la obra del cuarteto. Es más, la calidad de la grabación no está a la altura de una proyección en la amplitud de una pantalla de cine. Esto no quiere decir que la experiencia de ver Celebration Day sea mala, todo lo contrario: es fantástica, pero es una picardía que, teniendo la posibilidad de aportarle algo al espectador, más allá de solo acercarle un recital a la sala de cine, no se haya sacado provecho de ello. La sensación es la de estar presenciando el DVD del tour de cualquier artista pero en una sala de cine.

El verdadero valor de la obra es el evento al que hace referencia, el factor documental. Ese recital debía ser capturado para la posteridad, era una necesidad. No se trata de fanatismo acérrimo, sino de comprender la importancia de la banda y su impacto en la industria musical. Se trata de realmente entender la presencia de ellos en el escenario, el talento que destilan esos músicos, y  de cómo las grandes obras son inmunes al paso del tiempo. John Paul Jones pareciera haber crecido como intérprete con el correr los años, Jimmy Page mantiene su talento intacto, Robert Plant tal vez no tenga la potencia vocal que alguna vez tuvo pero, sin perder una pizca de estilo demuestra que capacidades de sobra para hacer brillar sus interpretaciones, y Jason Bonham da la performance de su vida, ocupando el lugar de su padre, uno de los bateristas más importantes de la historia de la música, parece que John nunca se fue, o incluso, que toca mejor que nunca.

Celebration Day es un fragmento de la historia de la música, que puede ser disfrutado por todo aquel que guste de la buena música y de los grandes shows. El espectáculo excede los límites de un “solo para fanáticos” y se extiende al espectador medio. Es una experiencia particular. Similar, pero no comparable por su contexto a la reciente Rapsodia Húngara, ese documental/recital de Queen-, alejada de los “rockumentales” Pearl Jam Twenty o Foo Fighters: Back and Forth. No es Woostock, ni Shine a Light, es una lección de rock a la vieja escuela. Pensada para todos aquellos que hace largo tiempo que no rocanroleamos, porque este Zeppelin vuela y no lo niega, y construye sueños para vos y para mí, porque no hay que escuchar con demasiado esfuerzo para que la tonada nos llegue, solo hay que entender que el tiempo pasa, pero las canciones, siguen iguales.

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