Dramaturgia: Gregorio de Laferrere. Dirección: Gustavo Garzón . Asistencia de dirección: Silvina Sinatra . Escenografía: Federico Flores Muñoz, Jessica Menendez . Iluminación: César Milsztein . Maquillaje: Luz Dovidio . Diseño sonoro: Federico Owen . Fotografía: Cecilia Cecconi, Agustín Fassolari . Diseño gráfico: Enzo Fontana . Prensa: Karina Di Vitto, Romina Magnani, Rodolfo Weisskirch. Coordinación general: Virginia Lombardo . Elenco: Belén Anaya, Christian Brizi, Federico Cantero, Cristian Cimminelli, Rubén Cruz Brandan, Mirta Di Michele, Karina Di Vitto, Enzo Fontana, Pablo Fritzer, Gloria García, Francisco Ibarra, Romina Magnani, Fernando Martín Marí, Verónica Mogilner, Martin Otaño, Romina Partamian, Adrián Santander, Rodolfo Weisskirch, Julieta Zóccola Vestuario: Natalia Castez, Suyay Ernesto, Mariana Soltis.
Esta obra es el resultado de un taller de montaje teatral a cargo de Gustavo Garzón, una puesta del texto del dramaturgo Gregorio de Laferrere (autor de ¡Jettatore!).El argumento gira en torno a lo que sucede dentro de una casa, a los miembros de la familia, los empleados domésticos, sumando algunos visitantes, poniendo el foco en sus relaciones y en el posicionamiento socio-económico de cada uno y de todos.
La obra fue escrita en los inicios del siglo XX, expone las costumbres porteñas de la época, el coqueteo con los capitales extranjeros y ciertos aspectos de la modernización.La puesta mantiene el contexto, la escenografía, el vestuario y los modismos, hacen referencia a una familia situada en Buenos Aires rondando las primeras décadas del 1900.
La cantidad de personajes que contiene la obra da lugar a que pueda ser llevada a cabo por el numeroso elenco en cuestión, la obra puede alojar esta cantidad de actores, pero por más que el texto lo disponga, desde un principio se plantea la dificultad y el desafío de ver como se puede lograr articular esta multitud arriba del escenario.Al transcurrir todo dentro de la casa, la escenografía tiene poco movimiento y son los personajes los que van a desfilar por el escenario, entrando y saliendo de escena, a veces de a uno, a veces de a varios, por momentos generando caos y por otros logrando la dinámica correspondiente a una comedia de enredos.
Quizá como un recurso que puede servir para darle el ritmo a la comedia el texto propone diálogos veloces, a veces sin dejar lugar a que se reciba el mensaje, se acentúa el hecho de que cada personaje esta ensimismado en lo que le sucede.
La velocidad con que acontece todo, los diálogos, el desfile constante de personajes, hace que no se pueda profundizar en algo, claramente es una comedia liviana, el drama es más bien ideológico y no emocional, lo que se ve es un pantallazo de la decadencia de esta familia.
Teatro: El Vitral – Rodríguez Peña 344
Funciones: Se terminó la temporada 2014