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CRÍTICAS - CINE

Los Vengadores (3D), Según Uriel De Simoni

“V de Vendeta”

¿Cómo encabezar un éxito masivo sin decir lo recién expresado, lo ya imaginado y lo previsto por una de las franquicias más poderosas de la industria cinematográfica y del comic, pero no en ese orden específico?.

Marvel Comics, hoy por hoy bajo el poderío de Mickey es sinónimo de éxito contemporáneo por más que su competidor acérrimo, aquella Determinada Compañía (DC Comics), haya roto con todos los esquemas desde una concepción primigenia, e incluso, acuñado la terminología de la reunión superpoderosa para la lucha contra las fuerzas mayores del universo (o los universos, dependiendo de quién lea y qué grado de fanatismo haya logrado). Y es así, en esa disputa de significantes y calzoncillos sobre calzas, que Marvel comics se embarcó en la sombría y arriesgada tarea de una producción sin precedentes en el género: La sumatoria no absoluta, eso ya lo decidirá el tiempo y la fidelidad que se desee generar, del equipo definitivo de superhéroes contra la amenaza ya no terrestre, sino multiestelar, interplanetaria y cosmológica.

Es claro, cualquiera de los adeptos de la Liga (y no hacemos referencia a “esa liga”) funciona perfectamente dentro de un espectro de conflicto y un contexto aplicado a las posibilidades de cada carácter. El reto en este punto supuso el encuentro a partir de la intromisión de un organismo que opera más allá de lo legal y desde las sombras, en cada superhombre, ya sea por capacidades naturales, mentales, accidentales etc. El aparato convocante es S.H.I.E.L.D., comandado por Nick Fury y que custodia el Tesseract, un cubo de energía ilimitada que luego de la “derrota” de Red Skull por manos del Capitán América (el primer vengador), pasa a manos del bien hasta el argumento del filme que nos reúne. El Tesseract resulta ser también un portal entre dos mundos, que termina abriéndose y liberando a nuestro mundo a Loki, el hermano del amante de la Tierra, Thor. El villano en cuestión está dispuesto a romper con la libertad en su sentido más amplio aunque esto signifique el caos y la destrucción total para la posterior sumisión. Es entonces cuando S.H.I.E.L.D realiza un acto desesperado para la subsistencia y la resistencia de la raza: une al Steve Rogers(Capitán América) y sus habilidades sobrehumanas; Bruce Banner, genio nato y estudioso de la energía en el marco nuclear, atómico y radiactivo (por tanto apto para el trabajo), pero con el desorden nervioso que libera a Hulk; Tony Stark (IronMan), otro genio del armamento militar que ahora solo lucha por el bien al descubrir el mal que su propia creación causaba al mundo; el semidios Thor; Black Widow y Clint Barton. Agentes especiales y hombres especiales lucharán para mantener el equilibrio de las fuerzas que, en tensión extrema, sostienen los hilos del mundo.

  1. American reunion. Se corresponde con una concepción de desafío el circunscribir una trama, que abunda en conflictos de la más diversa índole, a un equipo de trabajo tan disímil. Es decir, la convocatoria masiva de facultades más allá de lo humanizado confronta, en una determinación coral, un confluir de temperamentos y la lógica del crecimiento y evolución de las relaciones interpersonajes. ¿Y cuál es el criterio del buen desarrollo dramático dentro de un fluir de gags de comedia? Simplemente y solo la lucha contra la otredad más diferente, con valores distintos, con ideologías apoyadas en lo gozoso de una confrontación bélica sobrenatural. Es entonces que, al borde del abismo, los gigantes responden a un cambio que es de lo más natural en lo mundano y que funciona al nivel de rebelión respecto del inmediato anterior como bien enunció en sus dos adaptaciones Klaatu de El Día que la Tierra se Detuvo (The Day the Earth Still Stood; Estados Unidos; 1951 – 2008).
  2. La Guerra de los Mundos. Resulta paradójico la titulación de este apartado ya que puede corresponderse a la propia guerra que se libra en The Avengers o a la constante puja respecto de la tecnología 3D y las clásicas dos dimensiones. En ésta ocasión me referiré a la segunda versión de los hechos apoyándome en la primera cuestión: Tanto la filmación en Fusion Camera System como el CGI super desarrollado hacen, en este filme en particular, del fuerte máximo en la cuestión veraz de una estructura basada en el contraste y la textura, en la diferencia y la unión, en el realismo dentro de la ficción más increíble. Entonces rompemos el prejuicio de lo que podría ser una aberración a la visión general ya que The Avengers retrata con una fidelidad extrema y empática tanto la realidad de cada personaje en términos estéticos como presenciales; literalmente se siente la presencia en medio de una guerra de proporciones épicas e históricas que poco pasa desapercibida en un todo que pretende el comic, donde el héroe es anónimo y despersonalizado de su “yo” real. Involucrarse es el ideal de todo fanático del mundo supe heroico y el efecto no efectista propiamente dicho, en conjunción con la línea general del drama, logra y supera lo esperado por el espectador, donde una vez más, al igual que en las últimas producciones de la gran Marvell, es protagonista, cómplice y parte del universo.
  3. El medio. Hay en The Avengers tres partes diferenciadas por el tenor de su línea histórica general. Hay, de esas tres secciones, una que destaca por lo ganchera y la mejoría constante, que es la que se corresponde con el desarrollo y planeamiento (y por consiguiente crecimiento, tanto dramático como evolutivo, de cada psicología circundante) de la liga en cuestión. Existe en esta entidad narrativa una unidad que bien puede abarcar la totalidad de las dos partes restantes: la inicial y la final que deben existir por necesidad de mantener un a-b-c en cuestiones literarias. Es cuando nos percatamos pues, de que hemos vivido una película inserta dentro de otra ya que ese medio incluye el máximo cambio (motor de la trama), la presencia de la amistad, el trabajo en equipo, la mayor tensión en términos de conflicto, abundancia de comedia que no va en contra de lo que se narra sino que acompaña y multiplica lo anterior y, por mucho, genera y regenera los horizontes técnicos en pos de la trama y de sacar a relucir las capacidades más extremas y estilísticas de cada parte de ese monstruo que resulta la reunión.

¿Es The Avengers el estreno y la película del año? Complejo de definir dentro del espectro general que hacen a la cartelera anual, pero sí podemos anunciar que nos hemos encontrado ante una obra maestra del cine de superhéroes y venta de pochoclos no derrochadores del buen Hollywood. En conclusión, dentro del género puede encasillarse como lo mejorcito visto en años, pero, sin lugar a dudas remite un amor al mundo del comic, al cine y por consiguiente, un amor y reafirmación del título de grandeza para Joss Whedon. Si, The Avengers funciona y debe verse más de una vez por el simple hecho del disfrute, porque es cine, es comercio, es aventura y es tensión. Nuevamente, es cine.

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