Críticas de films proyectados el miércoles 15 de marzo.
Carne Propia, de Alberto Romero (Argentina, 2016 – … Y nada más que la verdad)
Suelen referirse a la Argentina como el país con la mejor carne del mundo. Lo cierto es que esta industria mueve toda una maquinaria que comienza con las vacas. Allí es donde aparece el toro protagonista, con la voz en off de Arnaldo André, para narrar este documental.
Carne Propia comienza con este particular personaje recordando sus épocas como ganador de premios en la exposición Rural, pero enseguida se mete de lleno en su menos glorioso presente, donde ya ve acercarse su hora final para convertirse en alimento para los humanos. Pero en el trayecto a su destino final, se detiene en tres historias reales: la del pueblo de Liebig, de Entre Ríos, que supo ser pieza clave de la mercadería cárnica gracias a inmigrantes ingleses; la de Berisso, y cómo los trabajadores de la carne fueron el puntapié para el surgimiento y el auge del Peronismo; y por último, la historia de un frigorífico que salió a flote cuando los mismos empleados formaron una cooperativa.
El director Alberto Romero toma un tema serio y, mediante la figura del toro, le agrega necesarias dosis de humor y de comentarios ácidos (gran acierto el otrora galán de telenovelas poniendo las cuerdas vocales, ya que este espécimen de toro da a entender que fue un galán en sus mejores épocas), pero sin perder el eje y evitando caer en el delirio absoluto. Las filmaciones de los animales y su recorrido hasta el matadero se combinan con entrevistas e imágenes de archivo.
Una película que revela los mecanismos que vienen detrás del plato de asado, y lo hace de manera original y descontracturada.
Señora Haidi, de Rafael Menéndez y Daniel Alvaredo (Argentina, 2017 – Hoy es mañana)
El cine de terror argentino, como el de otras latitudes, puede ser diferenciado en dos vertientes: los delirios salvajes y los thrillers psicológicos. Señora Haidi (2017) pertenece a este último grupo, aunque no se aleja tanto del otro.
Luego de sufrir un accidente en la ruta, dos jóvenes (Guillermo Pfening y María Abadi) acuden a una residencia campestre habitada por la señora Haidi (María Leal), una señora de apariencia tranquila, con conocimientos de enfermería y una devoción por La Biblia. Pese a la amabilidad inicial, un detalle hará que la dueña de casa revele su verdadera (y tenebrosa) personalidad.
El mayor atractivo de la película reside en ver a María Leal en un rol diferente a todos los de su carrera: compone a una asesina psicópata que, como es habitual es esta clase de personajes, cree estar haciendo lo correcto. Algunos de sus gestos resultan interesantes, aunque la mayor parte de su caracterización no se aparta de la mayoría de los asesinos de manual. De todos modos, sigue siendo lo mejor del elenco y del film, que podría haber contado con un mejor ritmo y giros argumentales. Sí es para rescatar la manera en que los directores Rafael Menéndez y Daniel Alvaredo le sacan el jugo a una sola locación.
Señora Haidi es mucho menos de lo que podría haber sido, pero bien vale como intento de seguir apostando al terror argentino.
Kóblic, de Sebastián Boresztein (Argentina / España, 2016 – Algo para recordar)
Al Final del Túnel (Argentina / España, 2016 – Algo para recordar)
Matías Orta
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