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CRÍTICAS

Povnia

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Povnia 

Dirección: Guillermo Angelelli, Cristina Martí. Vestuario: Marisa Geigner, Javier Moyano. Diseño de luces: Ricardo Sica. Producción general: Lila Monti. Elenco: Lila Monti. Prensa: Marisol Cambré.

Povnia es un espectáculo de clown, un unipersonal de Lila Monti. Dentro del espectáculo Povnia es el lugar de donde viene Una. “Una” es Lila Monti, quien es una actriz/clown con varios kilómetros recorridos en el plano escénico.

De ante mano se podría dividir a quienes leen esto y/o a quienes verán este espectáculo en dos grandes grupos, los que saben, conocen, entienden lo que es el “clown” y los que no.

El primer grupo, los entendidos del clown, seguramente ya conocen a Lila Monti  y a los directores de la obra Cristina Martí y Guillermo Angelelli, así que serán los que de forma natural vayan yendo al espectáculo. A esta altura los que no son adeptos al clown pero son asiduos al teatro, de algún modo se habrán topado con algún espectáculo de este genero que no para de florecer por estos pagos. Para los que todavía no se sumergieron en el universo payaso y para los que quieran seguir buceando en él, Povnia es una buena oportunidad.

El espectáculo demuestra las posibilidades del clown como técnica actoral, otorgándole al interprete un lenguaje universal, que permite trascender las palabras para abarcar las emociones y el juego.

“Una” es una inmigrante, por fuerzas mayores y de forma repentina tuvo que salir de Povnia,  esta perdida y también perdió a sus amigos, mientras intenta encontrarlos y ubicarse en el mapa le siguen aconteciendo desgracias. La forma en que es atravesada esta tragedia nos lleva a presenciar situaciones plenas de gracia.

“Una” esta perdida dentro de la historia pero no desde la dramaturgia, tiene un universo construido, un pasado sobre el cual la actriz puede desarrollar el presente teniendo una base muy firme sobre la cual accionar.

El personaje esta perdido pero la actriz no, sabe muy bien donde pisa, conoce el territorio, sabe como moverse en el escenario, apoyándose tanto en sus destrezas corporales como vocales, permitiéndose desde realizar piruetas hasta cantar con un amplio registro complaciendo muy gratamente los oídos de la platea. “Una” habla un idioma extraño pero logra una comunicación absoluta con el público, el cual le contesta con risas durante casi todo el espectáculo.

Por más que sea un unipersonal podemos destacar el trabajo realizado por el resto del equipo, que supo ocuparse bien de los detalles, haciendo que las sutilezas sumen. Cada elemento que aparece es lo que tiene que ser y aporta algo al espectáculo. Por mencionar algunos: el vestuario delinea de manera indicada al personaje y hasta le brinda posibilidades de juego como lo hace la utilería que manipula la actriz, que también enriquece visualmente al espectáculo. La puesta sonora esta muy bien lograda, cabe mencionar a Guillermo Rey y a Agustín Flores Muñoz que vienen trabajando a la par de distintos espectáculos (clown) entendiendo el código y logrando generar el ambiente necesario para cada ocasión.

No podemos dejar de resaltar a quienes dirigen esta obra Cristina Martí y Guillermo Angelelli,

a los que podríamos llamar pioneros, formaron parte del mítico “Clu del claun”, ambos siguen siendo referentes como actores, directores y formadores de una generación de clowns.  Lo que, sumado a la solvencia de Lila Monti como actriz, desde el vamos asegura cierto piso en la calidad del espectáculo y finalmente se puede vislumbrar que el trabajo de dirección logró conjugar  todos los componentes de manera adecuada. 

Si bien no son los únicos, existen distintos estilos y varias figuras que deslumbran dentro del clown argentino, no caben dudas que Martí, Angelelli y Monti (quien puede decirse que viene siendo referente de un estilo de payasa) ya lograron dejar su propio sello.

En este caso  la sumatoria de experiencias obtuvo como resultado un espectáculo contundente y digno de ser un exponente del genero. 

No sabemos dónde queda, ni que hace la gente ahí, pero seguramente Povnia no estaría muy lejos de ser la capital del clown.

Por Jonathan Sassón


Una… hermosa historia de desarraigo

¡Bomba!. Se enciende una luz y un clown cae del techo. Este personaje muy particular se llama Una y proviene de Povnia, una pequeña isla soviética supuestamente que queda entre Opa (Eur) y Ur (Ss). Una está sola. Sus camaradas, no llegaron a Buenos Aires como ella, y por lo tanto el encuentro con el público argentino es una novedad.

A lo largo de una poco más de una hora, Lila Monti con su particular personaje que ya lleva tres años en cartel. El ingenio con el que la actriz consigue comunicarse con el público es realmente asombroso. Apelando a un juego de miradas, usando cada expresión facial para transmitir un pensamiento y una mirada, con ayuda de un lenguaje completamente improvisado, pero al mismo tiempo meticulosamente cuidado, Monti va desarrollando una espectáculo tierno, nostálgico y muy divertido.

Monti utiliza cada articulación de su cuerpo para transformar la historia, como un vehículo para desarrollar la búsqueda de una  o más  personas, que puedan convertirse en las nuevas camaradas de Una.

Con mucha sensualidad, gracias y cierto patetismo, Monti consigue interactuar sin llegar a ridiculizar al espectador, sino haciéndolo partícipe de la acción lúdica y permitiendo que se desarrolle también el argumento, por más que sea subyacente, a la impresionante cantidad de recursos clownescos que Monti explota en el escenario. La actriz aprovecha cada espacio, cada recoveco, con mínimos recursos, convirtiendo el vestuario y la cartera en factores humorísticos.

Es asombrosa la cantidad de ideas y acciones, que pueden llegar a surgir, a partir de actos mínimos cotidianos.

La puesta en escena de los experimentados – y docentes de la actriz – Cristina Martí y Guillermo Angelelli demuestra una particular observación a la hora de conseguir que el gag funcione, cuidando que cada objeto, cada ángulo no quede desnivelado. La puesta en escena tiene un equilibrio artístico inspirado por el uso de colores, y la brillante iluminación a cargo de Ricardo Sica, que va mutando no solo para acompañar los movimientos de la protagonista, sino también para llevarla a ella a ciertos puntos en particular del escenario, brindándole un mundo al personaje.

Una historia sobre un exilio forzado a través de los ojos de este personaje triste y sometido que se libera gracias a la ingenuidad y energía positiva del personaje. Porque más allá del humor, se oculta una historia humana verosímil sobre el exilio que recuerda al film Ninotchka de Ernst Lubitsch, que si bien trae recuerdos de la Guerra Fría, no intenta introducir ideología política y económica, sino más bien cultural, satirizando a la cultura soviética, con gracia y sin peyorativos.

Dinámica, autoconsciente, creativa y muy inteligente, Povnia en una bello relato de un personaje que trasciende el arte clownesco para conseguir un espctáculo unipersonal original y diferente.

Teatro: Beckett – Guarda Vieja 3556

Funciones: Sábados 20:30 Hs y Domingos 20 Hs

Precio: $ 50,00 y $ 40,00


[email protected]

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