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CRÍTICAS - CINE

Sinsajo – Parte 2, según Denise Pieniazek

La “Arena” se torna subterránea…

Sinsajo – Parte 2 es el cuarto y último film de la taquillera saga Los Juegos del Hambre (The Hunger Games). Estas películas, basadas en la trilogía literaria de Suzanne Collins, narran la rebelión de los habitantes de los distritos contra la dictadura del presidente Snow, cuyo centro político es el Capitolio. La escritora de las novelas se inspiró en el mito griego de Teseo y el Minotauro, y en los combates de los gladiadores romanos. Al igual que las batallas de los gladiadores en el Coliseo, los “juegos del hambre” evidencian que los pobres -como espectáculo- están al servicio de una élite. Estas influencias clásicas también se ponen de manifiesto en la escenografía y el vestuario del film, en donde las fusiones temporales con otras estéticas son muy contundentes y marcan un claro contraste entre el mundo del Capitolio y el de los distritos.

En Sinsajo – Parte 2 el camino de autoconocimiento de la heroína Katniss (Jennifer Lawrence) llegará a su clímax, ya que no sólo deberá decidir por el futuro de Panem sino por el suyo propio, teniendo que elegir entre el amor de Peeta o Gale. Uno de los problemas centrales es que Peeta fue envenenado y se encuentra emocionalmente inestable. A través de esta saga -cuyas secuelas están más que bien enlazadas- Katniss ha sido preparada para llegar a ser la líder de la sublevación, convirtiéndose en el rostro de la misma encarnando al Sinsajo (ave que es símbolo de la esperanza y la rebelión). Aún más que en los filmes anteriores, la joven deberá tener sus instintos bien alertas para saber en quién confiar y en quién no. En un relato -que posee bastante del contenido de autores literarios como George Orwell y Ray Bradbury, entre otros- se expone crudamente cómo en una guerra civil tanto los que tienen el poder como los que se oponen al mismo utilizan muchas veces los mismos recursos: la persuasión a través de los medios de comunicación y los aparatos represivos y disciplinadores de control.

Sólo mediante la unión entre los diversos distritos será posible que la revolución cobre fuerza para poder ingresar al capitolio y enfrentarse a la tiranía de Snow (Donald Sutherland).  La comandante de los rebeldes, Alma Coin (Julianne Moore), será el álter ego del presidente Snow. En su subterráneo Distrito 13, el cual se asemeja a un panel de abejas, ella será la abeja reina, dirigiendo así la otra parte del juego, y una vez más Katniss se sentirá sólo una pieza más del mismo, entonces su carácter volverá a sorprender a las multitudes y darle esperanza a los débiles. Este film retoma algunos conceptos que se esbozan en la segunda película de la franquicia, Los Juegos del Hambre: En Llamas, sobre todo en torno a la relación entre Katniss y Peeta. Sin embargo, aunque supera ampliamente a Sinsajo – Parte 1, no es mejor que el resto de las películas de la saga, ya que entre otras cosas su final es un tanto predecible. A pesar de ello, un aspecto positivo a rescatar es la presencia de los interesantes efectos especiales y su utilización de forma no excesiva ni demasiado pomposa. Lo cual no es poca cosa en un film de ciencia ficción, en los cuales se tiende a abusar de los mismos y de los recursos que permiten las nuevas tecnologías.

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Por Denise Pieniazek

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