0
0
Subtotal: $0,00
No products in the cart.

Streaming

The Surfer

BAJO UN SOL TREMENDO

Lorcan Finnegan es un director al que le interesa contar historias que transcurren en una atmósfera de incomodidad. Ya en Vivarium presentaba una reconfiguración de la maternidad en clave actual desde una premisa fantástica de un laberinto sin salida. A pesar de haber sido una película que calzó justo en un contexto de pandemia, la idea apenas llegaba a carretear sin un desarrollo sólido, es decir más allá del concepto de encierro sin posibilidad de escape era muy poco lo que se ofrecía en términos de progresión narrativa. The Surfer, su nueva película, es definitivamente una película superadora de todas las anteriores de Finnegan en cuanto a una narración sólida que tiene un nacimiento en una misma idea embrionaria, especialmente por la utilización de un solo espacio. Mientras en Vivarium era una casa, aquí es una playa australiana a la que llegan un padre (Nicolas Cage) y su hijo. El personaje, que no tiene nombre, intenta rememorar su infancia transcurrida en esas costas y transmitirle a su descendencia el sentido del surf con un monólogo recargado de un sentido metafórico. A los pocos minutos se desata el conflicto porque un grupo llamado “The Bay Boys” impide el acceso a la playa a aquellos que no son locales, y lo hacen a través de la violencia. Tal grupo se mueve bajo una dinámica de agrupación sectaria, la cual está recubierta por varios flancos que le permite moverse impunemente ya que tienen miembros en la policía, en los bancos y demás ámbitos importantes. 

Una conexión cinéfila posible es la que podría hacerse con Wake in Fright del canadiense Ted Kotcheff, una película seminal del cine australiano, en lo que fue durante la década de 1970 como un verdadero esplendor gracias a la intervención estatal para promover la producción cinematográfica, que rezaba por entonces un angosto grosor en su acervo patrimonial. En esa película la espiral de locura vivida por un hombre común se desataba con la mayor de las crudezas, al igual que el protagonista de The Surfer, un hombre queda varado en un lugar del cual no puede salir por una imposibilidad propia de carácter mental, más que por la intervención de terceros. Mientras en la película de Kotcheff el descenso a los infiernos lleva a su personaje a encontrarse con un costado animal, despojándose de su carácter humano, en The Surfer hay una inducción compartida por él con este grupo de hombres hacia la degradación absoluta. Cage compone a un hombre que atraviesa diferentes estadios, sin dejar de lado su faceta histriónica, aunque en pequeñas grageas, que le permiten jugar con el patetismo de su personaje arrastrado a la humillación casi extrema, por momentos.

Finnegan alcanza una mejora con respecto a sus opus anteriores y demuestra que puede sostener firmemente las riendas de un actor como Nicolas Cage, a pesar de lanzarlo al paño de la libertad creativa para que construya la performance de un ser devastado por un pasado y todavía más aterrado por un futuro, representado en la decepción de su hijo y en el poder encarnado por un grupo de dementes que gobiernan una pequeña de porción de playa, un territorio que para todos los involucrados es la vida en juego.

(Australia, Estados Unidos, Irlanda, Reino Unido, 2024)

Dirección: Lorcan Finnegan. Guion: Thomas Martin. Elenco: Nicolas Cage, Finn Little, Julian McMahon. Producción: Brunella Cocchiglia, Robert Connolly, Leonora Darby, James Grandison, James Harris, Nathan Klingher. Duración: 100 minutos.

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

También te puede interesar...

Recibe las últimas novedades

Suscríbete a nuestro Newsletter