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CRÍTICAS

XXI Festival Santiago a Mil de Chile : Grind

Dirección: Jefta van Dinther, Minna Tiikkainen y David Kiers. Producción: Jefta van Dinther, Sure Basic y Minna Tiikkainen. Coproducción: Frascati Productions (Ámsterdam), Weld (Estocolmo), Tanzquartier (Viena), PACT Zollverein (Essen), Grand Theatre (Groningen) y Jardin d’Europe a través del Cullberg Ballet (Estocolmo).Concepto: Jefta van Dinther y Minna Tiikkainen Coreografía y danza: Jefta van Dinther. Diseño de iluminación: Minna Tiikkainen. Diseño de sonido: David Kiers. Música: David Kiers y Emptyset. Prensa: Pilar Subriabe.

La danza posee muchas más posibilidades de las que estamos acostumbrados a conocer. Y de hecho estas posibilidades son infinitas. Manejo del espacio, terrestre o aéreo, luces y sonido, interpretación y personajes, además de la actualidad que promueven las nuevas tecnologías. Las artes escénicas nos regalan las posibilidades de la vida misma frente a nuestros ojos.

Grind es un trabajo de ultra vanguardia. A algunas personas podrá parecerles una performance. Sin embargo, los movimientos conjuntos con el sonido y la imagen de un trabajo corporal clasifican a Grind dentro de la disciplina de la danza. Un único intérprete y uno o dos elementos escenográficos dibujan cada escena e impregnan fabulosamente cada recuerdo que poseerá el espectador al finalizar el espectáculo. El espacio escénico se conforma únicamente de una pantalla de fondo y un trípode con dos par mil (luces de cine) en el costado izquierdo de proscenio que apuntan a la pantalla. En penumbras vemos un hombre solo, envolviendo algo o alguien con arduo esfuerzo rítmico. La imagen impresiona en nuestras retinas, marcada por luces estroboscópicas o intermitentes que dejan a la imaginación parte del trabajo de dilucidar la escena. ¿Es un asesino que envuelve a su víctima? ¿Un trabajador del campo tratando de juntar el heno en un paquete de tela viejo? La imaginación debe trabajar igual que nuestro personaje.

El espectáculo posee lo que podríamos definir como tres actos. Y en el segundo veremos nuevamente al intérprete en relación al trabajo y a un elemento. De frente al público y casi apoyado contra la pantalla de fondo parece enrollar un gran cable, como imaginamos que deben hacerlo los trabajadores de las empresas de electricidad citadina. El personaje recoge el cable a través del movimiento del intérprete con sus brazos, a la vez que encoge sus rodillas, agachándose y volviendo a erguirse, de modo que su sombra da la impresión de ser la mitad de su cuerpo, alejándose de él y luego haciéndose uno. De este modo la disciplina de la danza muestra de lo que es capaz. Una clara relación entre el ser humano y la cuerda que une cada necesidad, cada trabajo y cada esfuerzo por sobrevivir.

La imagen final muestra al intérprete haciendo girar en el aire y sobre él, una cuerda que en cuyo extremo posee una protuberancia. Bajan apenas las luces y vemos que esta protuberancia se enciende al pasar frente a nosotros y se apaga al dar la vuelta hacia el fondo de escena. Este acto se repite hasta que las luces se apagan por completo y la luz en el extremo de la cuerda queda encendida. Un movimiento más ondulado de la cuerda hace percibir a la luz como un insecto lumínico, que recorre todo el escenario en plena oscuridad ante nuestra impresión también encendida.

Así finaliza un espectáculo que nos enseña a no prejuiciar a la disciplina de la “danza” nunca más. Esta no implica necesariamente los cuerpos en movimiento en un espacio vacío e indefectiblemente sobre el suelo. El arte, bajo cualquier disciplina, es tan infinito y mágico como la capacidad de la imaginación.

Teatro: Centro GAM – Sala 2 A

Funciones: 4 al 7 enero. 21 hs.

calificacion_5

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