Cobertura exclusiva desde Cannes por Jose Luis De Lorenzo
Sabado 19 de mayo
El cine rumano se mantiene en auge gracias a Mungiu.
Hace apenas dos años, Mungiu visitó nuestro país para presentar, del brazo de Thierry Fremaux, un film en el marco de la Semana de Cine Europeo, que indagaba sobre la idenidad de su país. En anteriores trabajos había tratado temas controversiales como el aborto, y ahora vira hacia un lugar completamente opuesto y alejado.
Competencia Oficial:
Beyond the Hills, de Cristian Mungiu
Una adolescente es invitada a convivir en una sociedad religiosa a causa de malos comportamientos en su clan familiar y de la amistad sincera con su huésped. Su ateísmo produce revuelo en la comunidad, que instantáneamente revee la invitación y quiere echarla del lugar en todo momento. La ira o malaeducación es comprendida como material de orden religioso: se la acusa de hablar en otras lenguas, maldecir, comportarse raramente o invocar al diablo. Con una única defensora -también cuestionada por “debilidad” y que funciona como lazo con esa comunidad tan estricta-, el pasar se vuelve insoporble e incierto.
In crescendo, ciertos acontecimientos agravan la situación de la adolescente y la violencia comienza a tornarse recíproca.
Mungiu juega con la temática de las sociedades religiosas cerradas, en las que fieles extremos acatan órdenes y son dirigidos por una presencia fuerte. Es maravilloso cómo las certeras imágenes que visualizamos -situaciones que entendemos perfectamente pero que no idealizamos ni compartimos-, gracias a elementos cinematográficos propios del guión, nos terminan demostrando que lo acaecido es una atrocidad.
El crecimiento de Mungiu como director es notable; la incomodidad que sufre el espectador es constante, así como la creación de suspenso a lo largo del film. Un gran aporte al cine rumano que, durante un tiempo, había crecido exponencialmente pero daba la sensación de ser algo pasajero. Mungiu y Puiu siguen estando entre los mejores exponentes actuales.
Funciones Especiales:
Woody Allen: a Documentary, de Robert Weide
Hacer una revisión de la vida de una celebridad que aún vive no es tarea fácil. El autor mismo puede terminar estando de acuerdo o no con la biografía planteada. Ahora, Woody Allen: a Documentary viene a mostrarnos tranquilamente los comienzos del director como actor en las tablas, mientras ejercía, incómodo, su labor en lugares ignotos o casi clandestinos en la ciudad de Nueva York. Gracias a un artículo en el NY Times, en el que salían a la luz sus dotes para el humor, Woody pasó de ser cómico de stand up a invitado en programas televisivos e incluso guionar What’s New Pussycat?, trabajo que le sirvió para darse cuenta de que nunca jamás permitiría que alguien influyera en sus escritos.
Gracias a esa experiencia, Woody desarrolló la idea de guionar y dirigir él mismo, no tranzar y avocarse al cine, algo que parece haberle encantado. Así, logró realizar sus primeros films cómicos y luego crecer con dramas inesperados para su público. En cierto momento, sintió que sus fans le reclamaban mayor comicidad en sus obras y, gracias a eso, filmó Stardust Memories, uno de sus films preferidos, en el que menciona su relación con el arte cinematográfico autoral y planteado como industria.
Robert Weide permite que Allen hable de su vida personal, sus affaires, matrimonio, divorcio, los Oscars y de cada una de sus realizaciones repletas de anécdotas.
Noticias desde Cannes:
-Se presentará para el mercado el último film de Kim Ki-Duk, Pieta.
-Wim Wenders volverá a filmar en 3D con un film que se terminará en el 2013: Everything Will be Fine.
-La distribuidora española Latido Films adquirió los derechos internacionales de Tesis de un Homicidio, dirigida por Hernán Godfrid, con la actuación de Ricardo Darín.
