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CRÍTICAS - CINE

Alvin y las Ardillas 3

Alvin y las Ardillas 3 (Alvin and the Chipmunks: Chipwrecked, Estados Unidos, 2011)

Dirección: Mike Mitchell. Guión: Jonathan Aibel, Glenn Berger. Elenco: Jason Lee, David Cross, Jenny Slate. Voces de: Justin Long, Christina Applegate, Anna Faris. Producción: Neil A.Machlis. Distribuidora: Fox. Duración: 87 minutos.

Todavía me acuerdo la primera vez que escuché a Alvin. Fue en 1985 cuando en Rocky IV, Balboa jugaba al ajedrez con el entrenador de Apollo. O sea, Stallone (con la inteligencia que él mismo dotó a su personaje) jugando al ajedrez, en Rusia y escuchando un villancico cantado por las ardillitas. No me diga que no es bizarro.

Luego pasarían muchos años hasta volver a escucharlas y me di cuenta por qué la escena de la saga del boxeador, además de ridícula, era muy irritante. Y es que parece no haber términos medios en este sentido. Voces distorsionadas haciendo un coro que es lo más parecido a un zumbido de abejas. Armónico, sí; pero zumbido al fin.

Hollywood funciona de esta manera: una vez probada la fórmula en la boletería hay que seguirla. ¿Qué hacerles hacer a las ardillitas?. Recordemos que en la primera se termina despidiendo al inescrupuloso representante que vuelve en la segunda parte con Las Chipettes (un trío femenino de ardillas) para hacerles competencia.

En esta tercera entrega, Dave (Jason Lee) y las (6) ardillas se van de vacaciones. Nunca sabremos de qué se las toman pero se suben igual a un transatlántico en donde Alvin, la ardilla con ADD, tarda apenas unos segundos en realizar junto con las demás, tres fragmentos de canciones a la Glee y todas las travesuras y bromas pesadas posibles. A nadie, ni siquiera al capitán, parece importarle demasiado excepto por uno vestido de pelícano. Obviamente se trata de Ian (David Corss), el ex – representante cuya presencia en el barco se justifica porque es un poco el villano.

Por obra y gracia de los guionistas, todos terminan cayendo al agua y eventualmente en una isla habitada por Zoe (Jenny Slate), obsesionada con un tesoro y por un volcán de muy mal humor. Justo cuando las ardillas estaban en plan de llegar a tiempo a los Internacional Music Awards para cantar en vivo.

Aquí la historia se bifurca para seguir en montaje paralelo a las ardillas por un lado y a Dave e Ian por el otro.

Sin entrar en detalles técnicos o en alguna mirada de los actores que no terminan de seguir a los animalitos, puedo decirle que algunas palabras del doblaje se pierden en el efecto pitch de la sala de edición y que la historia se ha visto miles de veces en el cine de aventuras.

Supongamos que sus hijos son tan fanáticos confesos de Alvin que tienen el buzo, los discos y el álbum de figuritas; esta tercera parte servirá para alimentar el canasto de los juguetes con más merchandising y gracias a los 88 minutos que dura, todo terminará rápido.

Ahora bien, si se da el mismo caso pero a usted le pasa lo mismo que a mí y encuentra al corito de voces tremendamente irritante, lo que le espera son más canciones cantadas con voces en 78 RPM; coreografías modernas parodiando a todo el pop de FM Disney y muchas “zumbivoces” más eléctricas aún. No quiero desalentarlo con esto. Pensada en los chicos, Alvin y las Ardillas 3 funciona, tiene ritmo, es llevadera y evidentemente a ellos no les molesta estar escuchando una hora y media con seis voces tipo kazoos taladrando los tímpanos. Está claro que mi tema con Alvin es personal, yo también estaría todo el tiempo: “Aaaaalviiiinn!!!!”

Permiso, voy a escuchar un disco de cualquier otra cosa.

 

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