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CRÍTICAS

Chaucito – Historias de Milonga

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Chaucito – Historias de Milonga

Dirección y Dramaturgia: Ramiro Gigliotti. Diseño: Angie González. Sonido: Miguel Rausch. Producción: Vera Czemerinsky. Intérprete: Vera Czemerinsky, Fandi Bufager, Lucas Di Giorgio, Horacio Gabin, Jennifer Roberts, Claudio Strang, Marina Svartsman, Paula Travnik, Marcelo Varela, Analía Vega. Prensa: María Sureda.

Guapos eran los de antes

Basada en una serie de cuentos sobre milongas escritas por el propio Ramiro Gigliotti, Chaucito reúne cuatro escenas y un monólogo que suceden en milongas contemporáneas. Diez actores en escena, cinco de cada sexo conforman esta comedia con aires milongueros.

En la primera, un malevo define sus diversas parejas a través de la evolución de saludo porteño, lo que sirve como una simpática introducción al espectáculo y además, explica la elección del título del mismo.

Es notable como los intérpretes pueden bailar con diferentes parejas, al tiempo que efectúan su sketch.

En el segundo número, una mujer narra a sus amigas historias de “cuernos”. Cuernos que hizo, cuernos que le hicieron.

El tercero vuelve a tener como protagonista a dos amigos, uno de los cuáles recuerda las lecciones que un tal Gorostiaga daba en una milonga. A este le siguió el monólogo de un hombre rencoroso, y por último, el mejor número, a cargo de Vera Czemerinsky, es la observación de una mujer despechada sobre los diversos hombres de un salón a una amiga extranjera.

Chaucito tiene un humor fino y elegante, pero a la vez, bastante sutil y conmemorativo a los comediantes de los ’30 y ’40. De esta forma es destacable como Czemerinsky emula en su último sketch a la gran Niní Marshall imitando en cierto momento a “Catita”.

Debido a la brevedad de cada episodio, el espectáculo es dinámico y entretenido. La ambientación lumínica y sonora, apoyado por un decorado de mesas y sillas que sirven para meter al público en esta milonga decadente aportan a crear un clima verosimil.

Los diálogos son livianos, pero efectivos. Las situaciones carecen de sorpresa y originalidad, pero tampoco pretende serlo.

El elenco se destaca en el baile, pero es un poco desparejo en las cualidades interpretativas, salvo algunas excepciones apuntadas.

Más allá de eso, Chaucito es un espectáculo simpático, que expone la soledad y miserias de una milonga, evitando caer en la exposición “for export” o turística, presentándolo como una obra repleta de códigos internos y guiños, para que el público nacional se ría de sus propios complejos.alt

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Las historias que se puedan llegar a gestar en una milonga, de seguro son interesantes, y como concurrente asidua de éste sub-mundo sé que es así.

La milonga tiene su propia mística, sus códigos, sus historias…y esto se ve muy bien reflejado en Chaucito.

En este espacio se van contando pequeños relatos que hablan de situaciones muy comunes en la milonga en sí y su contexto: la charla de los muchachos mientras fuman un pucho en la puerta, los chismes de las chicas y cómo cada personaje de la milonga está etiquetado y es bien conocido por sus cuernos, el despechado borracho que sigue odiando/amando a su compañera de baile, o una chica verborrágica que enloquece a su bailarina idolatrada al encontrarla en una milonga.

Los textos están inspirados en el libro que ha publicado el director de la obra, “Veneno de tango”, en 2009.

Los personajes son gente simple, bien de barrio, bien de milonga. Son reales historias de tango actual y no llenas de malevos, bataclanas y compadritos.

Esto nos hace sentir muy cerca de los personajes, al igual que la forma de hablar, lo que piensan o las ocurrencias.

Cada historia está separada por un baile a cargo de Sabrina Masso y Federico Naviera, que sin ostentación pero con excelente técnica nos conmueven desde el abrazo y la sutileza.

Las actuaciones no son todas de la misma calidad, pero se destacan Jennifer Robertsy Vera Czemerinski, que en el último sketch me hicieron llorar de risa, y Horacio Gabìn.

Es una obra para acercarse al tango y su mística o para reírse de uno mismo si es que ya está metido en el baile.

Teatro: ElKafka – Lambaré 866

Funciones: Domingos 21 Hs

Entrada:  $60/ $40

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Por Heliana Rofrano. 

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