A Sala Llena

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FESTIVALES

Críticas

 

O Estranho Caso de Angélica (The Strange Case of Angelica, Manoel de Oliveira, Portugal, España, Francia, Brasil, 2010),

Por Jose Luis De Lorenzo

Apertura de la sección Un Certain Regard, Manoel de Olivera, un respetado director de tan sólo 101 años, vincula la metafísica con un relato romántico. Un hombre solicita la asistencia de un fotógrafo para un trabajo particular, ante su ausencia la labor deriva en Isaac, un jóven fotógrafo, tímido y considerado “extraño”. El trabajo: tomar  fotos de una bella mujer que al estar a poco tiempo de casarse, fallece.

La cámara de fotos como elemento fantástico capta algo más que una simple imagen, Angélica cobra vida en ellas y esto derrumba física y psicológicamente a Isaac, quien se enamora de ella. Determinados sucesos extraños lo persiguen, el entorno nota esos cambios en las actitudes del jóven fotógrafo de religión judía, envuelto en el engargo de la sesión a cargo de la católica madre de la difunta.

Oliveira nos brinda nuevamente una grata experiencia cinematográfica luego del hermoso segmento de Chacun Son Cinéma y Belle Toujours, de cuidada fotografía y un trabajo digno de Ricardo Trepa en el rol de Isaac.

Link a la conferencia de prensa del film:

http://www.festival-cannes.fr/en/mediaPlayer/10422.html

 

Tuesday After Christmas (Marti, Dupa, Cracium, Radu Muntean, Rumania, 2010),

Por J.L.D.L.

Crítica previamente publicada con motivo de exhibición en el 63ºFestival de Cannes.

http://www.asalallenaonline.com.ar/festivales/63o-festival-de-cannes/746–diario-del-festival-dia-1.html

Integrando la selección de Un Certain Regard llega un nuevo exponente del cine de moda actual, rumano, con méritos. Una senda que iniciaron La Noche del Sr.Lazarescu y Bucarest 12:08, mencionada en el largo.

Paul mantiene una tarde de sexo, al cabo de escasos minutos nos damos cuenta que Raluca no es más que su amante. El lleva diez años de casado, tiene una hija y conoce a su amante hace seis años, ya que es la odontóloga de su pequeña hija.

El amor, el sexo, las relaciones, las decisiones…

Paul es un hombre que actúa racionalmente sin importar las consecuencias, lo impulsa el deseo, no quiere herir ni pasar un minuto más de su vida fingiendo. Una eventualidad complica el panorama cuando Adriana (Mirela Oprisor), su esposa, acompaña al clan familiar a la clínica odontológica.

Es ejemplar ver la labor de Oprisor dentro del rol de mujer engañada, capta la atención como en Network lo fuera Beatrice Straight, da lugar a desarrollar una interpretación poderosa.

 

Por Rodolfo Weisskirch 

Lo mejor del cine rumano es la manera en que logra crear dramas humanos con naturalidad y sequedad, apelando a emociones genuinas que al contrario que el teatro, la literatura o el cine más occidental, van apareciendo gradualmente y no de forma grotescamente espontánea.

Aun, cuando a veces hacen hincapié en situaciones que se entienden mejor conociendo el pasado y presente del contexto socio político de Rumania, uno se identifica completamente con sus personajes, protagonistas que respiran, transmiten tranquilidad aunque no la tienen, y reflexionan sobre la marcha de los acontecimientos, aun cuando sean concientes que están cometiendo un error en las decisiones de vida.

En Tuesday, After Christmas vemos a una típica familia de clase media acomodada de Bucarest. Paul parece tener su vida controlada: esposa e hija devotas y una amante que no le pide que las abandone.

Sin embargo, los sentimientos son algo imprevisibles. Y cuando no se tiene en cuenta lo imprevisible suceden los conflictos.

Muntean utiliza con inteligencia los planos fijos y planos secuencia que abundan en la película. No es inusual ver en el cine rumano el abuso de escenas armadas en esta forma, pero sí es cierto, que el tiempo se pasa volando dentro del mismo plano. No hay necesidad de cortes, por que las actuaciones contienen un naturalismo y una empatía que inusualmente se ve en el cine comercial de estas latitudes, así como los diálogos son tan dinámicos que uno no se da cuenta, que los personajes han estado en la misma posición durante más de diez minutos.

Un conflicto tan universal como la infidelidad y la separación de una familia, es resuelto de forma adulta (aun cuando el comportamiento del protagonista sea un poco infantil) que cuesta creer hoy en día, que se puedan resolver problemas de esta forma en el mundo real, ya que últimamente nuestros comportamientos son más sobreactuados de lo que deberían ser porque imitamos más a las películas (palabras de Román Gubern).

Entre la cotidianeidad y el profesionalismo técnico e interpretativo, Tuesday, After Christmas es una propuesta inteligente y reflexiva, que más allá de que el conflicto no sea agradable y se generen situaciones tensionantes tan originales como sutilmente maravillosas y creíbles en su concepción, termina dejando un sabor dulce en la boca del espectador. Sabor a esperanza de que los conflictos se pueden resolver pacíficamente y también sabor confortable en el cinéfilo, que puede atestiguar, que desde Europa siguen viniendo productos que siguen sorprendiendo por su minimalismo visual e inteligencia cinematográfica/artística. Una película ideal para ver estas navidades.

 

 

Des Hommes et des Dieux (Xavier Beauvois, Francia, 2010),

Por J.L.D.L.

Con gran expectativa se presentó el film Des Hommes et des Dieux, film de temática religiosa con contexto social de violencia y tensión política, con peso en la Competencia Oficial.

Un grupo de monjes aislados, se encuentran entre dos frentes de fundamentalistas, la estadía se dificulta, las provisiones se acaban, y los ánimos van desvaneciéndose al no visualizar cambios que reinan en la región. Reclusos debido a la fe, otro film que hace ruido en el festival por los referentes con Argelia.

Un excelente cast donde se distingue Michael Londsdale.

Link a la web oficial del festival, conferencia de prensa:

http://www.festival-cannes.com/en/mediaPlayer/10601.html

 

Por R. W. 

Al contrario de lo que puede pensarse a simple vista este nuevo largometraje del actor Beavois no habla sobre religión. Tampoco es cine político en sí. Habla sobre dilemas morales, acerca de que lugar ocupa uno en la sociedad, y si se debe dar un paso al costado para proteger la vida propia o luchar hasta el final por una convicción o una ideología.

No importa tanto que religión sea la que profesan los monjes recluidos en ese monasterio en Argelia. Ellos ven a todos como iguales. Y los extremistas musulmanes que los amenazan, tampoco lo hacen porque ellos se opongan a la religión. Des Hommes et Des Dieux habla sobre como un bando lleva su ideología pacifista hasta que su vida corre peligro y como otro bando hace lo mismo, pero a través de la violencia.

Ojala el mundo se pudiera definir tan fácilmente ¿no? Pero justamente a este lenguaje simple, coloquial sencillo y sutil, apela el director. A demostrar que el mundo no debería ser complicado.

En uno de los diálogos más inteligentes, un anciano argelino intenta comprender porque un muchacho mató a su nieta, solo porque no traía puesto un manto sobre el pelo, si ambos eran de la misma religión y hablaban el mismo idioma.

Construida sobre un guión sólido, personajes creíbles y diálogos verosímiles, inteligentes, que abren lugar al debate, además de una puesta en escena rigurosa, con una fotografía magistral, tanto en interiores como especialmente en exteriores, donde se aprovecha la geografía de la región sin alardear, el film de Beavois, peca de alguna que otra escena redundante, pero nunca pierde el ritmo. El elenco es fundamental, pilares maravillosos para sostener cada acción y diálogo. Incluso en los momentos de mayor suspenso, uno puede refugiarse en la calma de los actores, para no escaparse del mundo. Lambert Wilson, Michael Lonsdale y especialmente el veterano Jacques Herlin, se destacan en esta recreación bastante libre acerca de una historia real acontecida en 1995. Meticulosa y sin pretensiones, esta película, tiene la sencillez pero la tensión de una 12 Hombres en Pugna, de nuestros tiempos.

  

 

 

 Enter the Void (Gaspar Noé, Francia, Alemania, Italia, 2009),

Por J.L.D.L.

Presentada en el 62º Festival de Cine de Cannes.

Oscar (Nathaniel Brown) es un extranjero en Tokyo, su pasar no lo ayuda económicamente como para poder reencontrarse con su hermana, a quien no vé hace tiempo y con quien perjuró inclusive realizando un pacto de sangre, no volver a separarse. Su escape es entrar en el narcotráfico. Como el título lo indica, Oscar entra a The Void, un bar donde una transacción da el pie inicial al virtuoso y luminiscente viaje al que Noé nos llevará.

Los títulos iniciales impactantes, pulsantes invitan a la caótica y frenética experiencia. El film es narrado desde distintos puntos de ubicación de cámara para cada uno de los bien marcados segmentos. No obstante gran parte del atractivo visual llegado cierto metraje liga al film con una monotonía inusual, se sobrepone la narración y los 163 minutos comienzan a pesar.

Reminiscencias mediante a 2001: Odisea en el Espacio, The Fountain, 2046.

 

 

Por R. W.   

Algo me hace ruido en el cine de Gaspar Noé. Me gusta la provocación en el cine. Creo que es necesario provocar, pero con inteligencia y no de forma superficial. Lars Von Trier o Jean Luc Godard son provocadores. Provocan desde su ideología política del mundo y desde la estética que eligen para sus obras. A veces, la pifian, porque se concentran más en una u otra y olvidan que están haciendo una película, pero en Gaspar Noé la provocación es tan gratuita, que el productor final en vez de impactar termina por saturar, abrumar y aburrir. ¿Cómo es posible que un film que tenga claras intenciones de dejar una huella, de asustar o dejar pensando incluso al espectador se convierta en un producto redundante y monótono? El problema que tiene Noé es la acumulación de intenciones e ideas. No se puede negar que es un genio creativo y heredó de su padre, el gran artista plástico, Luis Felipe Noé una capacidad para diseñar mundos y encuadres envidiables. En Gaspar Noé la provocación y la estética van de la mano.

Ya sea creando una Tokio fluorescente, como armando secuencias “voladoras” filmadas íntegramente con una grúa en plano cenital para emular la visión de un espíritu que antes de reencarnar rememora su vida y la vida de su hermana y amigos, o teniendo al protagonista durante una hora de espaldas a cámara, viéndose únicamente su nuca y espalda. Todas las secuencias de Enter the Void, son visualmente hipnotizantes y originales. Lisérgicamente asombrosas. Pero como dice el título, y como sucede con las drogas, su abuso termina por llevarte al “vacío”. Por lo tanto cuando Noe dice: “entrá al vacío” de eso estamos hablando.

A los 15 minutos de metraje, las imágenes surrealistas lisérgicas drogadictas, en plano subjetivo terminan por agotar la narración. Y desde entonces ¿qué pasa realmente? Nada. Se repite la misma estructura una y otra vez durante interminables 160 minutos, con apenas pocos cambios a nivel visual, y alguna que otra imagen “provocativa” como un choque en subjetiva (me impactan más lo de la serie Bourne filmados por Greengrass) o una secuencia de aborto. Si Noé se cree el máximo provocador por mostrar un feto en primer plano, se nota que nunca ha visto cine de Fruit Chan o Takashi Miike (este sí te da miedo y repulsión). Y para películas que muestran “abortos”, me sigo impactando más con 4 Meses, 3 Semana y 2 Días. ¿Adonde apunto con todo esto? Que más allá de que pretenda ser innovador, Gaspar Noé es un realizador al que la creatividad se le agotó después de la escena de la violación en Irreversible. Para ver los efectos de las drogas en plano subjetivo me quedo con El Viaje de Roger Corman y para ver escenas cenitales de gran crudeza, con Amarelo Manga, film brasilero. En su pretensión por crear algo que le vuele la cabeza al espectador, Noé ha olvidado construir una historia sólida y personajes creíbles, voluminosos, con interpretaciones creibles. Enter the Void, no tiene nada de esto. Me gustaría que Noé recobre esa capacidad para largar su ideología en forma más sencilla y menos pretenciosa, ocupándose más del guión y no tanto de la fotografía o el montaje videoclipero, como logró con resultados más satisfactorios en Solo contra Todos. Aún cuando no terminó por gustarme esta última obra, sigo pensando que como artista tiene muchas cosas interesantes que podría seguir contando si experimentara un poco menos con las drogas.

Como dije, a nivel visual tiene sus méritos, y el final ambiguo le da personalidad a la película. Una lástima que en la conferencia posterior a sala llena, el director tenía que develar la verdad sobre la historia y quitarle las dudas existenciales a los espectadores. Esas cosas no se hacen.

 

 

 

 

 

Looking for Eric (Inglaterra, Francia, Italia, España, 2009 de Ken Loach)

Por R.W.

Presentada en 62º Festival Internacional de Cine de Cannes 

 

Uno de los cineastas más identificados con una filmografía política ha decidido tomar un descanso sobre los temas que más le obsesionan, como es el conflicto del IRA, la desigualdad social en los sectores obreros e industriales de Inglaterra, el tráfico de personas, la explotación y esclavitud laboral, las guerras civiles, etc. para dedicarse a construir a un personaje más convencional, más cercano al “hombre común”, que al patriota o luchador de causas civiles. No es la primera vez, que Loach decide explorar una veta más humorística, solo que esta vez decide darle un giro “mágico” a su historia.

Eric es un cartero que sufrió un accidente de tránsito. Su vida no está en orden. Psicológicamente su condición es inestable. Es padre soltero de dos adolescentes rebeldes: el menor no le hace caso y se pasa el día jugando a la Playstation, el mayor trafica electrodomésticos y se relaciona con personas que no le gustan a Eric. Sospecha que anda en pandillas delictivas. Además tiene una hija de un matrimonio previo, y una nieta a la que le toca cuidar cada tanto, pero más que nada como excusa para ver a su ex mujer, el amor de su vida, la pareja que tuvo a los 20 años.

Lo único que lo saca a delante a Eric, son las buenas energías que tratan de transmitirle sus amigos. Un día, gracias a los consejos de los mismos y algunas drogas que le saca a su hijo, empieza a ver al goleador del Manchester, Eric Cantoná en su propia habitación. Los consejos del imaginario Cantoná empezarán de a poco a resolver los problemas de Eric.

Este film de Loach carece de la profundidad político – social de sus anteriores trabajos, pero sin embargo resulta un agradable entretenimiento. Simpática y divertida en su primera hora, la película sale adelante gracias a la excelente interpretación de Steve Evets como Eric, y de la sólida performance del propio Cantoná como él mismo. El resto es relleno “soul food”. La película atraviesa diversos momentos. Cuando lo que se desarrolla son los conflictos internos de Eric, la narración es profunda. Además Loach sigue con la mirada la clase media baja de Inglaterra con la cual sigue sintiéndose identificado, lo que al menos confirma la identidad del cineasta. El problema viene en la segunda mitad, cuando la película se convierte en una suerte de obra de gángsters a lo Guy Ritchie, pero con menos humor.

Y cuando la película está lista para caer en un pozo de golpes bajos sin fondos, Loach y su guionista tradicional, Paul Laverty, gracias a su pasión por el fútbol la terminan levantando con uno de los finales más divertidos y originales que haya visto en mucho tiempo. Un final amargo y reflexivo a lo Ken Loach no venía bien para la ocasión. En cambio, la vuelta de tuerca hollywoodense, al menos termina devolviéndole una sonrisa al espectador.

Si bien la inclusión dentro de la Competencia Oficial del Festival de Cannes 2009, solo se justifica porque detrás de cámaras está Ken Loach, es verdad que esta nueva obra del director de Agenda Secreta, se parece más a un entretiempo de un partido durísimo (que sería la filmografía de Loach) que el partido en sí. Pero, de vez en cuando, un descanso, viene bien.

 

 

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