(Argentina, 2012)
Dirección y Guión: Alcides Chiesa y Carlos Eduardo Martínez. Producción: Alejandro Montiel. Distribuidora: Primer Plano. Duración: 134 minutos.
La última dictadura militar en Argentina aún deja huellas. Los testimonios y anécdotas resuenan constantemente. La lucha por que se haga justicia sigue en pie. Desde el cine, se han construido ficciones y documentales a lo largo del tiempo que reflejan los hechos ocurridos entre 1976 y 1983. Ahora llega Dixit, un film duro y no apto para cualquiera. Fotos impactantes, archivos televisivos de la época, declaraciones increíbles y testimonios que ponen los pelos de punta. De esta manera, se recorren distintos puntos del país: La Perla en Córdoba, la ex ESMA en Buenos Aires, La Escuelita en Neuquén, etc. Los sobrevivientes o familiares de desaparecidos vuelven al lugar del hecho, a los campos de concentración, a sus más temidos lugares. Recuerdan con detalles cada momento y cada lugar. De a poco reconstruyen la historia argentina y su propia historia. Todos ellos son testigos de uno de los momentos más oscuros del país, sólo por haber estado en el lugar y tiempo equivocados o simplemente en la agenda de un conocido. También están los que creían en la lucha ajena, la cual tomaron como propia.
En contraste, están las palabras del periodismo cómplice de la dictadura, aquel que avaló cada acontecimiento y hasta lo aplaudió, aquel que llamó “presidente” a Videla. Está también la palabra de la Iglesia argentina, que justificó todo acto aberrante por el simple hecho de que la sociedad “no respetaba” el derecho divino. Uno podría creer que con la vuelta a la democracia todo este terror terminó. Sin embargo, cuando comenzaron los juicios y los sobrevivientes se presentaron como testigos, ocurrió lo inimaginable: Jorge Julio López desapareció en 2006, mientras se llevaba a cabo el juicio a Miguel Etchecolatz, encargado de uno de los centros clandestinos de detención de Buenos Aires. Y así es como termina Dixit. Con un silencio atroz y un llamado a la reflexión.
Narrativamente, la propuesta puede resultar monótona. No tiene giros ni recursos que dinamicen el metraje. Sin embargo, los testimonios son lo importante, el centro del documental. Tienen un orden específico, Montiel no deja nada al azar. Aún así, hubiera sido interesante que se profundice en las publicaciones de los medios de comunicación durante el período previo y posterior (cómo eran tratadas las noticias, el nivel de censura, etc.). Como persona que tuvo la suerte de nacer en época de democracia recuperada, que no vivió todo ese terror en carne propia, Dixit me logró conmover, poner en ambiente, hacer sentir todo lo que se sufrió en aquel momento…
Por Fernanda García Arroyo