El Arbol de Lima (Lemon Tree, Francia, Alemania, Israel, 2008)
Dirección: Eran Riklis. Guión: Suha Arraf, Eran Riklis. Producción: Eran Riklis. Elenco: Hiam Abbas, Doron Tavory, Ali Suliman, Rona Lipaz-Michael. Distribuidora: Distribution Company. Duración: 106 minutos.
El flamante nuevo Ministro de Defensa israelí se muda junto a su esposa a una nueva residencia, màs cercana a un bunker de resguardo o guarida que a un hogar, con garita en altura, alambrado, servicio de seguridad y efectivos armados. La mayor amenaz
a que encuentran las fuerzas es, una plantación de limones sobre el lado palestino del futuro muro que se instalarà para dividir ambas tierras. La altura de ramas de arboles de lima, son excusa del temor de inseguridad del ministro por posibles atentados y asi, darnos una mirada fresca, actual y multitemàtica sobre los conflictos entre ambas sociedades.
La dueña de la plantación es Salma (Hiam Abbas, recientemente vista en Visita Inesperada), una viuda palestina que heredó la tierra de su padre y dedicò su vida al cultivo, su hijo ha mudado a Estados Unidaos y ella, dia a dia, en su soledad, recoje los frutos, elabora unos preparados liquidos hasta que un dìa se encuentra con èstos nuevos vecinos y el pedido no formal de abandonar las tierras y ser indemnizada.
El choque de culturas es inminente y la situación toma un revuelo judicialmente, unica via por la cual ambas partes se comunican.
El film es critico en aspectos politicos, por momentos la figura del Ministro es un tanto exagerada en modismos tipicos del snobismo que puede acompañar a una persona adinerada, dentro del relato ha sido parte de lo màs no creible del film. La relaciòn de Salma y la esposa del Ministro, Ziad, es mostrada a travès de las distancias, sin diàlogos pero denotando una brecha como la lìnea divisoria que serìa el futuro muro, dos mujeres completamente opuestas, en vestimenta, cultura, y esencialmente en el trato hacia ellas, compartido por israelíes y palestinos, ambas con sentido de entendimiento de lo que va ocurriendo definitivamente unièndolas. Es evidente ver cómo la sociedad de su misma nación se aleja de Salma, por valores inherentes y lo mal visto.
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