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CRÍTICAS - CINE

El Código del Miedo (Safe)

El Código del Miedo (Safe, Estados Unidos, 2012)

Guión y Dirección: Boaz Yakin. Producción: Lawrence Bender, Dana Brunetti. Elenco: Jason Statham, Catherine Chan, Chris Sarandon, Robert John Burke, James Hong, Reggie Lee, Igor Jijikine, Anson Mount. Distribuidora: Distribution. Duración: 90 Minutos.

Statham contra Todos

Es un goce saber que la vieja escuela de acción sigue activa. En los último años, el cine de artes marciales ha mermado en su calidad: el arribo de coreógrafos orientales que combinan coreografías de artes marciales con efectos especiales ha desprestigiado un poco las tradiciones. Luc Besson y sus obras ya han agotado -exprimido- el género. ¿Dónde están los artesanos? Donner, retirado, McTiernan, rodeado de juicios, Tony Scott sigue deleitándonos cada dos años -por suerte-; pero el problema es que no aparecen caras nuevas. O, al menos, no lo han hecho hasta ahora.

Boaz Yokin, guionista todo terreno que viene de dirigir un drama de fútbol americano con Denzel Washington (Duelo de Titanes) y una comedia con Brittany Murphy (Pequeñas Grandes Amigas), escribió y filmó El Código del Miedo, una verdadera sorpresa dentro de la filmografía de Jason Statham.

Por un lado, sigue la línea de obras de este actor británico que generalmente interpreta a antihéroes con entrenamientos especiales que pasan de ser villanos a héroes por una distinguida veta moral: marginales, renegados, mercenarios que deciden redimirse para salvarse a sí mismos o a seres queridos.

Por otro lado, nos encontramos con un thriller tremendo, con un guión sólido, verosímil, entretenido, sin fisuras, imparable, y con peleas coreografiadas con la meticulosidad y brutalidad de las películas de los ‘80 y ‘90. Hace unas semanas distinguíamos a La Traición dentro de esta estética pero, mientras que la película de Soderbergh fallaba en lo narrativo y en su carácter demasiado frío, El Código genera mayor tensión porque realmente construye personajes por los cuales sentimos compasión, y los lleva al límite.

Dos marginales: Mei, una niña china de 10 años superdotada -una computadora humana capaz de memorizar una serie de números en un segundo- es secuestrada por la mafia china y llevada a Nueva York para realizar un robo; Luke, un ex policía que delató a policías corruptos, convertido en luchador de peleas clandestinas, es perseguido por la mafia rusa tras ganar un enfrentamiento en el que debía caer para cobrar el dinero. Ambos logran escaparse y el destino los une.

Ahora los persigue la mafia china, la rusa y la policía corrupta de Nueva York, incluidos el jefe y el alcalde de la ciudad.

Los primeros minutos son esenciales para que nos demos cuenta de cómo va a venir la mano. Montaje paralelo de la creación de Luke y Mei hasta llegar al presente. De esta forma, la edición se convierte en la principal herramienta que tiene Yakin para narrar. El resto es historia conocida pero emociona igual y sorprende, porque el guión es inteligente, tiene suficientes puntos de giro, idas y venidas para mantener la intriga constante, sin caer en escenas sentimentales pero generando empatía y calidez gracias a la relación amistosa entre los protagonistas.

Con el pulso de Clint Eastwood en Ruta Suicida o Richard Donner en 16 Calles, Boaz Yakin transforma una historia clásica en un gran film de ritmo adrenalínico, que tiene dos sólidas interpretaciones (la pequeña Catherine Chan es un verdadero hallazgo por su versatilidad expresiva y Statham muestra una faceta más humana y creíble) y algunos notables actores secundarios que cumplen con lo que el personaje les demanda (James Hong, Robert John Burke y el reaparecido Chris Sarandon).

Sin demasiadas pretensiones pero con una sólida narración, El Código del Miedo demuestra que no necesitamos a fisicoculturistas con aspiraciones políticas o sementales del porno que destruyen ciudades a pura fuerza bruta en el género mientras tengamos a Jason Statham –que, además, no tiene un pelo de tonto- repartiendo golpes y cuidando a indefensos.

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