Dramaturgia: Josep María Miró.Traducción: Eva Vallinés Menéndez. Adaptación: Jesús Pece. Dirección: Corina Fiorillo. Asistencia de dirección: Adrián Andrada. Música: Rony Keselman. Iluminación: Soledad Ianni. Vestuario y asistencia escenográfica Julieta Risso. Escenografía: Enric Planas. Actúan: Juan Minujin, Beatriz Spelzini, Martín Slipak, Nelson Rueda. Prensa: Complejo Teatral San Martín.
Un cuerpo total o parcialmente sumergido en un fluido en reposo, recibe un empuje de abajo hacia arriba igual al peso del volumen del fluido que desaloja. Principio de Arquímedes.
Algunos temas sensibles para la configuración social y cultural actual son espinosos para discutir y lidiar, por lo que muchas veces se convierten en tabúes o en temas perturbadores que nos interpelan en lo más hondo de nuestras aprensiones, solicitando una respuesta, o aún más asertivamente, una toma de posición definitiva.
El principio de Arquímedes es una obra del galardonado dramaturgo catalán, Josep María Miró, sobre los prejuicios colectivos de nuestra sociedad obsesionada por la seguridad y la exposición mediática.
En los vestuarios de una pileta, Rubén, uno de los profesores de natación de los niños más pequeños se ve implicado en una acusación de pederastia debido a un gesto inocente malinterpretado por uno de los chicos. Mientras Ana, la meticulosa y obsesiva administradora, indaga sobre la inocencia y la vida privada de Rubén, Héctor, otro profesor de natación, le cuestiona sus métodos pedagógicos y su relación con los niños. De esta manera, la obra va construyendo múltiples puntos de vista que juegan en el escenario, transformando la visión del espectador y su aproximación a los eventos.
La escenografía permite la transformación del escenario para que todo el público pueda observar lo que ocurre estableciendo puntos arquimédicos sobre los cuales es posible comparar y establecer posiciones acerca de los hechos. Los acontecimientos que se desarrollan en este espacio aséptico y despojado demandan la toma de posición por parte del espectador a partir de la intervención del personaje de David, el padre de uno de los niños, cuyo miedo lo lleva a irrumpir en los vestuarios para increpar al profesor de natación de su hijo sobre su controvertido gesto de abrazar y besar a un niño que tenía miedo de sumergirse en el agua sin un flotador.
Construida a partir de retazos de información, El principio de Arquímedes ilumina y ensombrece el escenario para cambiarlo de lugar con el fin de retroceder y avanzar en una historia cuya lógica va cobrando sentido a medida que los personajes abandonan sus seguridades y entran en una zona peligrosa y perturbadora que amenaza su integridad moral.
Los diferentes puntos de vista son desarrollados con maestría a través de un excelente guión que pone en tensión la necesidad de revisar la sociedad del miedo, el rumor y el rencor que estamos construyendo. La adaptación de Jesús Pece y las actuaciones de Juan Minujín, Martín Slipak, Beatriz Spelzini y Nelson Rueda, le dan vida a este principio sobre las sospechas y la ruptura de toda posibilidad de convivencia, ofreciendo una interpretación convincente y apasionada acorde a la idiosincrasia y los modismos argentinos.
Todo lo que no podemos procesar ni afrontar sube a la superficie dejándonos sin defensas. La hipocresía, los prejuicios y toda nuestra configuración ideológica e imaginaria nos dispone a la construcción de miradas y apreciaciones sobre la realidad que la deforman y la modifican para hacerla comprensible e interpretable por nuestros deseos, miedos y fortalezas. Las preguntas que no nos atrevemos a responder salen a la superficie empujados desde abajo por una fuerza que solicita de cada uno de nosotros una respuesta, aunque en realidad tal vez nunca la tengamos.
Teatro: Sala Cunill Cabanellas. Teatro San Martín, Av. Corrientes 1530
Funciones: De Miércoles a Sábados 21 hs – Domingos, 20 hs
Entradas: $80 – Miércoles día popular $45