(Estados Unidos/ Canadá, 2012)
Dirección: Mark Tonderai. Guión: David Loucka. Elenco: Jennifer Lawrence, Elisabeth Shue, Max Thieriot, Gil Bellows, Eva Link, Jordan Hayes. Producción: Hal Lieberman, Peter Block y Aaron Ryder. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 101 minutos.
Más allá del encadenamiento comercial…
De antemano puede resultar increíble pero en nuestro amado terror recientemente se ha cortado la racha de “películas bobas para adolescentes” y hemos tenido no una sino dos obras que le escapan a un esquema sustentado en automatismos expositivos, recursos formales vetustos, protagonistas carilindos y una vacuidad extrema. La primera de estas bienvenidas excepciones se intitula The Cabin in the Woods (2011) y se mueve en el terreno escabroso del comentario satírico para con aquellos arquetipos primordiales del subgénero, funcionando en términos prácticos como un “meta- teen” muy irónico y eficaz.
Casi para compensar que la susodicha todavía no ha tenido un estreno en salas por estas pampas, hoy llega la otra realización en cuestión, La Casa de al Lado (House at the End of the Street, 2012), un combo que recubre al verosímil con algodones y a fin de cuentas se decide por el camino opuesto del clasicismo retro y las sutilezas temáticas. Aunque ambas hacen gala de un cúmulo más que generoso de clichés, no cabe duda de que pertenecen a esa clase específica de films que juegan con los prejuicios del espectador vendiéndonos un prólogo estándar cercano al ABC del slasher para de a poco ir traicionando el devenir usual.
Aquí en esencia estamos ante un thriller psicológico con un desarrollo de personajes que supera al del promedio del cine mainstream contemporáneo. La historia presenta las tribulaciones de Elissa (Jennifer Lawrence), una joven que se muda junto a su madre Sarah (Elisabeth Shue) a una casona rural para “comenzar de cero” luego del divorcio de sus padres. Desde ya que el problema surge a partir de las consecuencias de lo acontecido a los vecinos más próximos: una niña enajenada asesinó a sus padres y sólo sobrevivió el hijo varón del clan, Ryan (Max Thieriot), el interés romántico -para bien o para mal- de Elissa.
A decir verdad no debemos perder de vista el hecho de que el opus de Mark Tonderai es principalmente un vehículo para el lucimiento de la siempre exquisita Lawrence, una de las actrices más talentosas y versátiles de los últimos años, como lo demuestran las interesantes Lazos de Sangre (Winter’s Bone, 2010), X-Men: Primera Generación (X-Men: First Class, 2011) y Los Juegos del Hambre (The Hunger Games, 2012). Por suerte la propuesta va más allá del triste encadenamiento comercial y se constituye en un entretenimiento lúcido que dignifica al género, ofrece dinamismo narrativo y hasta regala un par de sorpresas ocultas…
Por Emiliano Fernández
