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CRÍTICAS - CINE

Los Tres Mosqueteros 3D

Los Tres Mosqueteros 3D (The Three Musketeers, EE. UU./Francia/Inglaterra/Alemania, 2011)


Dirección: Paul W.S. Anderson. Guión: Alex Litvak, Andrew Davies, inspirado en la novela de Alejandro Dumas. Producción: Paul W.S. Anderson, Jeremy Bolt, Robert Kulzer. Elenco: Logan Lerman, Milla Jovovich, Matthew Macfadyen, Ray Stevenson, Luke Evans, Orlando Bloom, Gabriella Wilde, Mads Mikkelsen, Christoph Waltz, Juno Temple, Freddy Fox. Distribuidora: Distribution Company. Duración: 110 minutos.

Assasin’s Creed: Los Mosqueteros

Estamos ante una nueva versión del clásico literario escrito por Alejandro Dumas. En esta ocasión se siguió el mismo camino que está recorriendo Guy Ritchie con su Sherlock Holmes: ritmo trepidante para una película que apunta claramente a la gente joven.
Pero a pesar del nuevo tono de SH, el film se mantenía medianamente fiel a su homónimo literario, algo que jugó a favor para los más críticos. En cambio, en Los Tres Mosqueteros sólo tendremos los nombres de los personajes originales.


El sentimiento que deja finalizado el film es el haber visto una mala mezcla de varias películas, y, lo que es peor aún, que los momentos “inspirados” en otras obras son fácilmente identificables: la Jovovich moviéndose como Trinity de Matrix, tomas exactas a la de los espartanos de 300 cuando rompían filas y luchaban en cámara híper lenta, tomas panorámicas sacadas de La Liga Extraordinaria, todo acompañado por una música demasiado inspirada en la ya mencionada Sherlock Holmes. Y para quienes sean aficionados a los videojuegos, constantemente sentirán estar viendo el Assasin´s Creed, pero con actores reales.


Pero la película no solamente falla al hacer muy obvias sus similitudes con otros largometrajes, sino que por méritos propios hace agua en casi todos los apartados, sobre todo en el guión. La historia carece de atractivo, coherencia, y, sobre todo, al preparar el camino para los clímax, que terminan siendo bastante forzados en su desarrollo y en su conclusión. Sin ir más lejos, en el propio final no queda claro qué es lo que pasa con determinados personajes. Es confuso en los momentos de tensión y también en su desarrollo: los personajes entran y salen de la historia incongruentemente, dejando al espectador bastante descolocado.
Amen que el guión desaprovecha lo poco bueno que construye, como el carisma que desprende el Porthos de Stevenson, o los personajes de Orlando Bloom y el siempre rendidor Christoph Waltz en papeles pensados para tener importancia en una eventual secuela pero totalmente desaprovechados e intrascendentes en esta película.


A esto debemos sumarle la mala dirección de Anderson. Su marcado estilo futurista y sobredosis de secuencias en cámara lenta parecen no ser compatibles con el universo al que adapta, dejando al espectador con una sensación de extrañes, y sobretodo, haciéndolo olvidar que está viendo a Los Tres Mosqueteros y sumergiéndolo en un mundo que roza lo videojueguíl.


Sí es destacable el trabajo de vestuario, sobre todo lo referido a la realeza y guardia imperial; se nota que no quisieron descuidar la caracterización de la ropa típica de la época.
También el arte y escenografía en general es bastante aceptable: el interior de los palacios y sobre todo los exteriores de Paris ubican perfectamente al espectador en la época donde se desarrolla la acción.

Los Tres Mosqueteros es un film fallido. Intentando ser dinámico y apuntando a un público adolescente, se olvida el legado del nombre que está portando, desdibujándose en una mezcla de films rápidamente reconocibles, y peor aún, pareciéndose a una mala intro de videojuego.

Por Jorge Marchisio

Ya todo se dijo sobre Los Tres Mosqueteros, la novela de Alejandro Dumas. Athos, Porthos y Aramis son parte de la cultura popular. Literatura, cine, televisión, videojuegos, internet, ningún medio le dio la espalda a estos valientes espadachines. Su influencia es innegable e inagotable.


¿Por qué no hacer una nueva adaptación a la pantalla grande?, habrá pensando Paul W. S. Anderson.


Así que filmó Los Tres Mosqueteros 3D, que adapta el texto de Dumas… pero a su manera, y en tercera dimensión.


En esta oportunidad, Athos (Matthew Macfadyen), Porthos (Ray Stevenson) y Aramis (Luke Evans) ejecutan misiones de espionaje lideradas por la sensual e intrépida Milady (Mila Jovovich). Pero durante un trabajo en Venecia, en busca de un documento crucial para el desarrollo de armamentos, la mujer los traiciona y le entrega los papeles al nada simpático Buckingham (Orlando Bloom). De esta manera, los valerosos caballeros caen en desgracia. Hasta que, un año después, aparece la inyección de ánimo que necesitaban: D’Artagnan (Logan Lerman), un joven y arrogante que aspira a mosquetero. Casi al mismo tiempo, surge una nueva misión que podrá redimirlos: impedir que el cardenal Richelieu (Christoph Waltz) intente derrocar al Rey Luis XIII (Freddy Jones) con ayuda de Milady. El propósito del maquiavélico dúo es provocar una guerra con Inglaterra. El trío heroíco y D’Artagnan harán el “Uno para todos y todo para uno” y tratarán de impedir el desastre.


La única novedad de esta película está en el tono steampunk. En este subgénero de la ciencia-ficción, historias ambientadas en el siglo XIX —o más atrás— presentan grandes avances tecnológicos desarrollados a partir del vapor y el carbón. Julio Verne supo ser el más famoso exponente del steampunk en la literatura. El cine tampoco se quedó atrás: Las Aventuras de Jim West (la serie y la película), Volver al Futuro III y La Liga Extraordinaria son algunos ejemplos. Por supuesto, difícilmente sea un estilo que le agrade a los más puristas. Sin embargo, la batalla entre barcos que pueden volar al estilo de zepelines vale el precio de la entrada.


También hay influencias del cine de Guy Ritchie. No sólo la imaginería y la dinámica de su reciente versión de Sherlock Holmes: la presentación de los personajes remite a, por ejemplo, Snatch: Cerdos y Diamantes, y el padre de D´Artagnan está encarnado por Dexter Fletcher, uno de los protagonistas de Juegos, Trampas y Dos Armas Humeantes.


Paul W. S. Anderson es un buen director, y a veces genial (sus mejores obras siguen siendo Evento Horizont: La Nave de la Muerte y El Último Soldado, con Kurt Russell haciendo de robot humanizado). Su prioridad es entretener y sabe como hacerlo. Esta vez, si bien le pone garra de siempre, la película tiene tramos que se hacen pesados por un guión flojo y por grandes actores desaprovechados. Desde su papel de Hans Landa en Bastardos sin Gloria, Christoph Waltz se está especializando en componer villanos. Pero aquí no puede lucirse como hubiera debido.


Siguiendo con el elenco, Matthew Macfadyen es el mosquetero trabajado con algo más de profundidad. Sin embargo, quien cae más simpático es el irlandés Ray Stevenson, otra vez componiendo a un guerrero fuerte pero con corazón, como en Rey Arturo y Thor. Como era de esperarse, la Jovovich (esposa del director y estrella de su saga cinematográfica de Resident Evil) participa en las mejores escenas. Y la verdad, la ucraniana tiene carisma y clase a la hora de dar patadas y hacer piruetas. En cuanto a Orlando Bloom, está correcto en su rol de mal tipo, aunque no tanto como el danés Mads Mikkelsen, quien interpreta a Rochefort, temible lugarteniente de Richelieu.


Los Tres Mosqueteros 3D está bien sólo porque no pretende ser más de lo que es. Así y todo, podría haber estado mejor. Pero, a duras penas, alcanza para que el público se entretenga un rato y recuerde las hazañas de héroes como los que ya no existen, y con una imaginería inusual.


 


Por Matías Orta

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